Echar un ¨®rdago

Todo el mundo, excepci¨®n hecha de los momotombos socialistas -Cipri¨¤ Ciscar y Asunci¨®n, especialmente-, est¨¢ al cabo de la calle de cu¨¢n negro es el horizonte electoral del partido. Sin embargo, eso parece importarle poco a los mentados gur¨²s, empecinados en situar a sus peones en las candidaturas a fin de recuperar el puesto de mando, aunque en el 2003 ya peinen canas y est¨¦n maduros para viajar a M¨¢laga en los autobuses de la tercera edad. Ante este panorama conflictivo resulta asombroso el aguante del l¨ªder, Joan Romero, acosado desde el mismo d¨ªa en que fue entronizado para pastorear la traves¨ªa del desierto. Aunque muy suyo es para administrar sus posibilidades, entiendo que ha llegado el momento de echarles un ¨®rdago, m¨¢s que un pulso, a los adversarios. Dir¨ªales: qu¨¦dense ustedes con el santo y la peana, pongan a un cabeza de lista y la lista entera, que yo regreso a mis cuarteles. Lo malo es que Romero ya se cree los jubilosos sondeos de opini¨®n que cuita Madrid.