Hallados en una cuneta informes m¨¦dicos de la familia real brit¨¢nica

Que Dios salve a la reina. Sobre todo de sus doctores, sus secretarias y los servicios de seguridad de Buckingham Palace. El accidental hallazgo del informe m¨¦dico de 70 p¨¢ginas de su majestad Isabel II en la cuneta de una carretera de Escocia dio ayer una inaudita pauta de cu¨¢n poco cuidado se dedica a preservar la intimidad sobre la salud de la soberana, de 73 a?os, y de varios de sus familiares. "Todo est¨¢ en manos de la polic¨ªa", se limit¨® a decir un portavoz de la reina cuando se le pregunt¨® si el informe conten¨ªa realmente datos importantes sobre las ineludibles calamidades que acarrea la vejez y una supuesta maldici¨®n cong¨¦nita que afecta a la Casa de Windsor y a todas sus ramificaciones en la nobleza europea.Fue un episodio ins¨®lito. Un hombre que paseaba su perro por la bah¨ªa de Ayr se tropez¨® con un grueso sobre color manila. Lo abri¨®, y lo primero que vio fue la palabra "Confidencial", estampada en p¨¢ginas y p¨¢ginas con el membrete de la corona brit¨¢nica.

"No me lo pod¨ªa creer", declar¨® el hombre al diario The Sun. "De pronto me convert¨ª en alguien que conoc¨ªa los secretos m¨¦dicos de la realeza. S¨¦ cu¨¢l es el tipo de sangre de la reina y diez de sus familiares".

El sobre conten¨ªa informaci¨®n m¨¦dica elaborada en caso de emergencia para 27 viajes de la reina. Material precioso si cayera en manos equivocadas. En los papeles figuran los nombres y tel¨¦fonos de emergencia de m¨¦dicos que atienden a la soberana. En otras palabras, ya no es un secreto qui¨¦nes conocen el estado de salud de miembros de la realeza, un tema que acaba de ser explorado por Martin Warren, David Hunt y John Rohl en un controvertido libro titulado El secreto p¨²rpura.

Porfiria

El tomo recoge teor¨ªas y ejemplos de casos cl¨ªnicos de desarreglos y demencia como los que inspiraron a los autores del libro, y posterior ¨¦xito taquillero, La locura de Jorge III. Es una referencia a la penosa condici¨®n conocida como porfiria, del griego p¨²rpura, cuya manifestaci¨®n m¨¢s visible es el color del or¨ªn, o la gradual coloraci¨®n de la epidermis. Conviene ver, en este caso, la complexi¨®n del pr¨ªncipe Carlos de Gales. Mary, la reina de Escocia, fue la primera v¨ªctima conocida de este mal, cuyos primeros s¨ªntomas son peri¨®dicos momentos de insanidad, extremada sensibilidad a la luz solar y ag¨®nica incomodidad con vestuarios ajustados.En Inglaterra, el tema de la salud de los soberanos ha apasionado siempre. Hay historias de c¨®mo Jorge V ocult¨® durante toda su vida la existencia del pr¨ªncipe John, uno de sus hijos, que era tarado y que pas¨® su vida en un lugar secreto en la campi?a inglesa, cerca de Sandringham, hasta su muerte en 1919.

La reina madre, nacida como lady Elizabeth Bowes Lyon, crecida en Escocia en el hogar de su padre, el conde Strathmore, en Glamis Castle, que espera cumplir 98 a?os, es un ejemplo de robusta salud y buen ¨¢nimo. Algunos dicen que su envidiable estado de salud responde a una dieta normal, agraciada con buenas dosis de ginebra y t¨®nica.