Navarros
XABIER ZABALTZA Mucho cuidado con los navarros. Uno nunca sabe por d¨®nde le van a salir. Menudo l¨ªo se traen entre ellos. Hay navarros para todos los gustos: navarros m¨¢s espa?oles que don Pelayo y el h¨¦roe del Cascorro juntos, navarros m¨¢s vascos que Josu Ternera, navarros m¨¢s navarros que Viscof¨¢n (que es una multinacional, pero muy navarra) y navarros que, como dir¨ªa C¨¢novas, lo son porque no pueden ser otra cosa. Reto al improbable lector a que adivine a cu¨¢l de esas tribus pertenece el autor de estas l¨ªneas. Tiene su cosa ser navarro. Uno puede estar en varios pa¨ªses a la vez sin necesidad de moverse de su barrio. ?Turismo econ¨®mico! ?Quiere sentirse en pleno coraz¨®n de Borroka Herria? D¨¦se una vueltica por la calle Jarauta de Iru?ea. ?Quiere conocer la Navarra supercalifragil¨ªsticamente hispana, la de la cruzada por Cristo y su Iglesia? La encontrar¨¢ unas calles m¨¢s p"alante, entre Carlos III y Conde Rodezno. Si lo que desea es volverse absolutamente majara no pierda la oportunidad de visitar ambos lugares sucesivamente. Todo por un m¨®dico precio. Y adem¨¢s con garant¨ªa: si no queda satisfecho, le pagamos el psiquiatra. Un admirado pol¨ªtico pamplon¨¦s -espero que no lea este art¨ªculo- se atrevi¨® a afirmar que Navarra es una naci¨®n. Pues no. Navarra es por lo menos dos naciones. O, en t¨¦rminos barojianos, dos abortos nacionales. Si, como dicen algunos, Vasconia es el Ulster de Espa?a, Navarra debe ser el Ulster de Vasconia. Esa supuesta navarridad tan en boga s¨®lo encubre un complejo apabullante por una identidad perdida y un aldeanismo de campanario malamente disimulado con la coartada del bienestar econ¨®mico. A m¨ª hace tiempo ya que me aburren sobremanera tanto tirios como troyanos. Nunca he entendido esa man¨ªa por acordarse de la batalla de Roncesvalles (que, por cierto, no ocurri¨® en Roncesvalles) cada cuarto de hora. Lo de 1512 ("Navarra se uni¨® a Castilla sin abandonar sus fueros", bla, bla, bla) nos lo sabemos todos de carretilla. Si adem¨¢s a nadie le importan lo m¨¢s m¨ªnimo esas bobadas: en esta Navarra ininteligible una facha un poco dicharachera se lo puede montar f¨¢cilmente con el abertzale m¨¢s recalcitrante. Como en tantas otras actividades de la vida cotidiana, cuando del ligoteo se trata las ideolog¨ªas se desvanecen y donde dije I?aki digo Ignacio o viceversa. Especialmente cuando se cuenta con la complicidad de un buen vino y, durante los nueve d¨ªas al a?o que relucen m¨¢s que el sol, de la protecci¨®n de un santo cachondo que, seg¨²n cuentan las malas lenguas, ni siquiera existi¨®. De fueros no s¨¦ si entender¨¢n mucho los navarros, pero anda que de enolog¨ªa... El navarro es terco por naturaleza (proverbial caracter¨ªstica que comparte con el resto de los carpetovet¨®nicos, especialmente con los primos del noroeste). Es el esp¨ªritu de la contradicci¨®n encarnado. La reacci¨®n permanente, r¨¦mora inconsciente de un tradicionalismo obtuso que todav¨ªa no ha cicatrizado. Al navarro es f¨¢cil llevarlo a donde se quiera si se hace adem¨¢n de forzarlo a ir en sentido contrario. Por ejemplo, si yo fuera facha-facha, me montar¨ªa algo as¨ª como una asamblea de representantes municipales vascos en pleno coraz¨®n de la zona nacional de Pamplona. En alg¨²n cine, por ejemplo. As¨ª conseguir¨ªa f¨¢cilmente asustar a los navarricos de a pie con que viene el coco euzkadiano, hambriento de setas forales. Y de paso, dejar¨ªa fuera de juego a muchos euskaltzales que, ilusos ellos, llevan lustros empe?ados en probar que tal amenaza es s¨®lo una excusa para el antivasquismo m¨¢s rancio y que la euskaldunizaci¨®n de Navarra no forma parte de un proyecto pol¨ªtico preconcebido. Uff, espero que a nadie se le ocurra llevar a cabo iniciativa tan maquiav¨¦lica. Shakespeare profetiz¨® que Navarra ser¨ªa la maravilla del mundo. No recuerdo si a?adi¨® algo sobre los que tenemos que padecerla.
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