Wall Street toca por primera vez en su historia los 10.000 puntos en un clima de euforia
A los 21 minutos de comenzada la sesi¨®n de ayer, un rugido de satisfacci¨®n estall¨® en Wall Street. El ¨ªndice Dow Jones se situaba en 10.001,70 puntos, el r¨¦cord absoluto de sus 114 a?os de historia. Minutos despu¨¦s, como asustado por su propia audacia, empez¨® a retroceder y cerr¨® la sesi¨®n con p¨¦rdidas de 28 puntos (0,28%), en 9.930,70. Pero la plusmarca qued¨® ah¨ª, como testimonio de la sinton¨ªa entre el optimismo del mercado burs¨¢til de EEUU y la buena salud de su econom¨ªa. Una conjunci¨®n excepcional sobre las que pesan las sombras de la subida del petr¨®leo y la ca¨ªda de las exportaciones.
Hace tres a?os, en 1996, Terry Savage, una columnista financiera de Nueva York, recibi¨® como regalo una camiseta que dec¨ªa: "10.000 en el 2000". Savage confiesa que la posibilidad de que el ¨ªndice Dow Jones alcanzara los 10.000 puntos le pareci¨® "ciencia ficci¨®n, como la idea de vivir en la Luna". Pero si lo de la Luna sigue siendo un sue?o, los cinco d¨ªgitos del Dow Jones son una realidad que ayer se materializ¨® reci¨¦n abierta la sesi¨®n, aunque fuera s¨®lo por unos instantes.La semana comenz¨® con la convicci¨®n generalizada de que no era menester esperar al a?o 2000 para alcanzar el r¨¦cord hist¨®rico profetizado en la camiseta que Savage recibiera hace tres a?os. La cifra m¨¢gica de 10.000 es la culminaci¨®n de toda una d¨¦cada en la que Wall Street se ha comportado como un "toro", un fen¨®meno que ha alarmado a Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal estadounidense. Greenspan ha hecho llamamientos a la cautela, en un intento de frenar la "exuberancia irracional" del mercado financiero neoyorquino.
Sin precedentes
Pero una y otra vez esos llamamientos han sido contrarrestados por cifras que demostraban la in¨¦dita fortaleza de los fundamentos de la econom¨ªa del pa¨ªs. Hace muchas generaciones que EE UU no conoc¨ªa algo semejante: un crecimiento fuerte del PIB (3,8% el pasado a?o) que crea empleo (4,5% de paro) y se combina con una inflaci¨®n ins¨®litamente baja (1,8%), lo que permite abaratar el precio del dinero (el principal tipo de inter¨¦s de la Reserva Federal est¨¢ en el 4,8%) y volver a inyectar energ¨ªas a la inversi¨®n y el consumo.
La pregunta del mill¨®n de d¨®lares es si tanto la econom¨ªa real como la Bolsa pueden seguir as¨ª. ?Cu¨¢nto tardar¨¢ el oso de la depresi¨®n en reemplazar al toro de la euforia en Wall Street? Si, como predica Greenspan, se miran los fundamentos de la econom¨ªa, no hay todav¨ªa razones excesivas para la inquietud, dicen muchos analistas. La base que impulsa desde comienzos de los noventa el crecimiento econ¨®mico de EE UU sigue ah¨ª: la revoluci¨®n tecnol¨®gica que ha permitido a las empresas reducir sus costes y aumentar su productividad.
El resultado de la revoluci¨®n inform¨¢tica, crecimiento sin subidas de precios, ha permitido a la Reserva Federal reducir sus tipos de inter¨¦s, lo que, adem¨¢s de estimular el consumo y la inversi¨®n, ha hecho poco atractivos los beneficios del mercado de bonos y ha empujado a la gente a comprar acciones de unas empresas que mantienen sus costes bajos y sus beneficios estables. Se ha a?adido el abaratamiento del petr¨®leo, que, si no ha beneficiado a Tejas y Oklahoma, ha permitido controlar los precios en todo el pa¨ªs.
"El excepcional abaratamiento del petr¨®leo y de los pr¨¦stamos ha sido decisivo para estimular el optimismo general", dice David Orr, de First Union Capital Markets Group. ?Durar¨¢ esta excepcionalidad? "Los precios del crudo han comenzado a subir de nuevo, lo que puede tener consecuencias inflacionistas e impulsar a la Reserva Federal a subir los tipos de inter¨¦s", responde Marshall Acuff, de Salomon Smith Barney.
Otra sombra en el horizonte, se?ala Barbara Marcin, de Citibank Asset Management, es "el retroceso en los beneficios registrado el pasado a?o por empresas importantes como consecuencia del descenso de las exportaciones". Las crisis exteriores han afectado al sector exportador norteamericano, y han ahondado el d¨¦ficit comercial del pa¨ªs, pero tambi¨¦n han tenido efectos ben¨¦ficos.
La explosi¨®n de la compra de acciones a trav¨¦s de Internet ha sido otro elemento decisivo para Wall Street. Decenas de millares de particulares compran y venden acciones desde sus hogares u oficinas a trav¨¦s de la red, al precio de cinco d¨®lares (unas 750 pesetas) la transacci¨®n.
Carrera mete¨®rica
"?EE UU est¨¢ mucho mejor que el resto del mundo o hemos tenido suerte?", se pregunta David Orr, de First Union. "Creo que han actuado las dos cosas. Pero algunos de los elementos de buena fortuna, como los bajos precios del petr¨®leo o los parad¨®jicos efectos beneficiosos de la crisis asi¨¢tica, no pueden durar mucho".
De eso nada, replican algunos analistas citados por The Wall Street Journal, que predicen que el ¨ªndice de valores industriales llegar¨¢ a los 11.500 puntos antes del 2000. Quiz¨¢ la explicaci¨®n m¨¢s sabia sea la confesi¨®n de ignorancia de Robert Sobel, profesor de historia econ¨®mica en la Universidad de Hofstra. "Intentar comprender el mercado actual a partir de la experiencia del pasado no es muy inteligente".
Los datos le dan la raz¨®n. Nacido el 16 de febrero de 1885, con 14 valores industriales -12 ferrocarriles y dos f¨¢bricas-, el Dow Jones comenz¨® en 62,72 puntos. Tan s¨®lo en noviembre de 1972 alcanz¨® los 1.000. Desde entonces, la ascensi¨®n ha sido vertiginosa: 2.000 en enero de 1987 y 3.000 en abril de 1991. Pero nada comparable a lo de esta d¨¦cada: desde los 2.800 de enero de 1990 a los cinco d¨ªgitos. Espectacular para todos. E inquietante para algunos.
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