Yeltsin y Primakov intentan vencer la resistencia del FMI a conceder nuevos cr¨¦ditos
Tanto Bor¨ªs Yeltsin como Yevgueni Primakov concentran estos d¨ªas sus esfuerzos en arrancar del Fondo Monetario Internacional (FMI) el compromiso de desbloquear cr¨¦ditos ya concedidos y de otorgar otros nuevos. El presidente asegura que est¨¢ dispuesto a abandonar su lecho de enfermo y participar, si es necesario, en la vital negociaci¨®n con el hospital de bancos. Su primer ministro se prepara a emprender la semana pr¨®xima un importante viaje a EEUU en el que discutir¨¢ con Michel Camdessus, director gerente del FMI, y con el vicepresidente estadounidense, Al Gore, un amplio informe sobre el estado de la econom¨ªa rusa y la necesidad de inyectarle nuevos fondos.
Puede que Primakov sea lo m¨¢s cercano a un izquierdista que ha pasado por la Casa Blanca (sede del Gobierno) en los siete a?os largos de la Rusia postsovi¨¦tica, pero eso no impide que reconozca que, sin la ayuda del FMI, su pa¨ªs no puede cuadrar m¨ªnimamente las cuentas de su maltrecha econom¨ªa. En eso coincide con sus dos predecesores en el cargo, Sergu¨¦i Kiriyenko y V¨ªktor Chernomirdin, que acaban de expresar su confianza en que se logre un acuerdo con el Fondo este mismo mes.Chernomirdin, que como primer ministro entabl¨® magn¨ªficas relaciones con Camdessus y Gore, se ha reunido con ambos en EE UU y ha salido muy optimista de las entrevistas. Kiriyenko, por su parte, muy bien visto tambi¨¦n en Occidente, ha apoyado en p¨²blico la l¨ªnea seguida por Primakov y su ministro de Finanzas, Mija¨ªl Zad¨®rnov. En cierta forma, ambos dirigentes, representantes del ala reformista ahora casi ausente del Gobierno (la ¨²nica excepci¨®n notoria es Zad¨®rnov), est¨¢n actuando como agentes para tratar con el Fondo.
En cambio, el viceprimer ministro, Yuri Masliukov, comunista de carn¨¦ (aunque pragm¨¢tico), est¨¢, aunque lo niegue, semiapartado de la febril actividad negociadora. De viaje a Jap¨®n, se ha descolgado con unas declaraciones en las que, pese a reconocer la validez de la econom¨ªa de mercado, echa la culpa del caos econ¨®mico de Rusia a la rapidez de la transici¨®n desde la estatalizaci¨®n caracter¨ªstica del sistema sovi¨¦tico. ?sa es la causa, se?ala, de que "la industria est¨¦ en proceso de colapso". Parece que Primakov dejar¨¢ a su te¨®rico n¨²mero dos en Mosc¨² y que se llevar¨¢ a Washington a Zad¨®rnov.
Primakov no puede contentar a todos al mismo tiempo. Cada declaraci¨®n que hace en el sentido de dar un mayor papel al Estado en la direcci¨®n de la econom¨ªa para corregir el tr¨¢nsito salvaje hacia el capitalismo de mercado, le enajena, por su olor sovi¨¦tico, el respaldo del Fondo. Por el contrario, sus matizadas defensas de la v¨ªa reformista aplicada tras la descomposici¨®n de la URSS es recibida con hostilidad en la Duma, dominada por los comunistas y sus aliados. Desde la C¨¢mara se le hace llegar adem¨¢s el claro mensaje de que, si sacrifica a Masliukov, visto con recelo en el FMI, perder¨¢ el apoyo que le permiti¨® el pasado septiembre convertirse en primer ministro.
Cr¨ªticas de la Duma
Las dos ¨²ltimas muestras de rebeld¨ªa de la Duma han sido la reducci¨®n (desde el 20% al 15%) del impuesto sobre el valor a?adido y el aumento de la carga fiscal para los contribuyentes de mayores ingresos, a aplicar a partir del a?o 2000. El l¨ªmite actual es del 35%, pero los diputados lo elevan hasta el 45% para ingresos superiores a 300.000 rublos anuales, unos dos millones de pesetas.
No es probable que Yeltsin vete esta ¨²ltima ley (a¨²n debe pasar por el Consejo de la Federaci¨®n), aunque s¨®lo sea porque los diputados han sido tan h¨¢biles que la han ligado a otra disposici¨®n que interesa al Gobierno, ya que cede al presupuesto federal el primer 3% de todos los ingresos fiscales. Ese obst¨¢culo no ser¨¢ definitorio a la hora de negociar con el FMI, que tiene a una delegaci¨®n estudiando sobre el terreno la marcha de la econom¨ªa rusa y las posibilidades de aplicaci¨®n del presupuesto. Su informe ser¨¢ estudiado por el consejo de directores del Fondo antes de la llegada de Primakov, con el que se discutir¨¢ luego. El jefe del Gobierno pide el desbloqueo de los fondos del supercr¨¦dito de m¨¢s de dos billones de pesetas concedido en julio y la aprobaci¨®n de nuevos pr¨¦stamos. El objetivo es inyectar dinero fresco en la econom¨ªa y no pagar en 1999, por el servicio de la deuda, m¨¢s de 8.000 millones de d¨®lares (1,2 billones de pesetas). El Estado ruso debe abonar m¨¢s del doble.
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