Manglano evita acusar a Perote en el juicio de las 'escuchas del Cesid'

O se salvan los dos o se condenan juntos. El ex director general del Cesid, Emilio Alonso Manglano, correspondi¨® ayer a las declaraciones exculpatorias hacia ¨¦l que realiz¨® el martes su antiguo subordinado, el ex coronel Juan Alberto Perote, evitando acusarle de haber conservado, sustra¨ªdo y filtrado m¨¢s tarde al diario El Mundo las conversaciones telef¨®nicas grabadas entre 1984 y 1991 por el Gabinete de Escuchas del servicio secreto.

"No s¨¦ qui¨¦n lo hizo", contest¨® escuetamente Manglano a la pregunta de qui¨¦n entreg¨® a El Mundo los documentos y cintas que desencadenaron en junio de 1995 el esc¨¢ndalo de las escuchas del Cesid. Cuando se le record¨® que fue ¨¦l quien, cinco d¨ªas despu¨¦s de la primera publicaci¨®n, present¨® una denuncia contra Perote, aleg¨® que este asunto ya fue juzgado por el tribunal militar y que no quer¨ªa a?adir nada.Sin embargo, la condena de siete a?os de c¨¢rcel que la justicia castrense impuso a Perote no se refer¨ªa a las cintas y documentos sobre las escuchas, ya que el tribunal estim¨® que ¨¦stas no afectaban a la seguridad nacional, sino a las sustracci¨®n de 1.200 microfichas con sus notas de despacho con el director.

Es, precisamente, en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid donde Perote debe responder de haber ordenado conservar, incumpliendo las normas del centro, las conversaciones privadas de personas de relevancia p¨²blica grabadas por el Gabinete de Escuchas y de haberse quedado con copias de las cintas, un delito por el que el fiscal le pide cinco meses de arresto. La acusaci¨®n se basa, fundamentalmente, en el testimonio del comandante Jos¨¦ Manuel Navarro Benavente, ya fallecido, y en la denuncia del propio Manglano, quien ayer no la ratific¨® ante el tribunal.

Manglano y Perote siguen sin cruzar palabra, pese a la proximidad f¨ªsica a la que les obliga el banquillo, pero sus defensores, Luis Rodr¨ªguez Ramos y Jes¨²s Santaella, intercambian con frecuencia puntos de vista durante las largas y tediosas sesiones del juicio y entre ellos parece existir, al menos, un pacto t¨¢cito de no agresi¨®n mutua, seg¨²n se deduce de sus preguntas y de las respuestas de sus clientes.

Durante m¨¢s de cuatro horas, el ex director del Cesid, de 72 a?os, tuvo que afrontar el interrogatorio de las acusaciones, mucho m¨¢s duro que el que soport¨® Perote en la v¨ªspera. Con un tono firme y alto, producto quiz¨¢ de su formaci¨®n militar o de una incipiente sordera, s¨®lo se irrit¨® cuando el diputado Pablo Castellano le pregunt¨®, o afirm¨® m¨¢s bien, si entre las actividades del Cesid a las que se hab¨ªa referido Manglano, cuando dijo que algunas deber¨ªan seguir in¨¦ditas por muchos a?os, estaba su implicaci¨®n en cr¨ªmenes de Estado. El presidente de la Sala, Perfecto Andr¨¦s Ib¨¢?ez, ataj¨® el interrogatorio y tach¨® de impertinente la cuesti¨®n.

Manglano defendi¨® la actuaci¨®n del Gabinete de Escuchas, aunque dijo que s¨®lo la conoc¨ªa "de una manera muy gen¨¦rica", pues quedaba muy lejos de su responsabilidad. "Yo no estaba en la letra menuda", asegur¨®, tras recriminar a la abogada de Pedro J. Ram¨ªrez por su empe?o en presentarle como "un superm¨¢n" capaz de controlar todo lo que suced¨ªa en el centro. Asegur¨® que Perote s¨®lo le entreg¨® una grabaci¨®n del Rey mientras hablaba por el tel¨¦fono de su coche, lo que le llev¨® a advertir de inmediato a don Juan Carlos sobre la vulnerabilidad de ese sistema de comunicaci¨®n. Lo mismo hizo, agreg¨®, con el fallecido ministro Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez; mientras que, tras conocer que tambi¨¦n hab¨ªa sido grabado el ex ministro Jos¨¦ Barrionuevo, ech¨® "una bronca" a sus subordinados para que se dedicasen a otros menesteres.