Los Zoquetes del trail: cari?o a falta de grandes monta?as en Teruel
Las colinas de la provincia aragonesa, una de las zonas m¨¢s despobladas de la pen¨ªnsula, atraen a un millar de corredores de toda Espa?a por la hermandad paralela al evento
Antes de ponerse las zapatillas, cientos de corredores hacen kil¨®metros en coche por las carreteras del Maestrazgo, una belleza que cautiva a ciclistas y moteros, pero que no cura la despoblaci¨®n, esa conducci¨®n en solitario, sin otro veh¨ªculo en los espejos. El Trail Zoquetes es un evento tan fiel a sus ra¨ªces como el pueblo que lo vertebra, Alcorisa, con grafitis de cada generaci¨®n de quintos y una zona azul que no funciona porque sus algo m¨¢s de 3.000 vecinos se plantaron. Esa identidad ha convertido a un lugar con lo justo que ense?ar, unas cimas que no superan los 900 metros de altitud sobre el nivel del mar, en la primera parada del calendario nacional, un motivo para 950 participantes de 23 provincias distintas. Fernando Mateo, uno de los organizadores, un ganadero que lleva las redes sociales, lo explica: ¡°Como no tenemos monta?as, damos cari?o. Y la gente viene aqu¨ª como si fuera una fiesta¡±.
La idea surgi¨® en 2011 cuando un grupo de corredores mont¨® un club, Alcorisa Fondistas. Algunos llevan camisetas con un dise?o m¨¢s propio de un pijama y 5:15 en la espalda, la hora a la que quedan para entrenar y llegar a tiempo al trabajo. Aunque zoquete es un apelativo com¨²n en Arag¨®n, el nombre de la carrera se explica porque el recorrido tocaba una partida de huertas que se llamaba as¨ª. ¡°La gente cree que es de cachondeo, pero no¡±. Corredores entre olivos y almendros.
Al principio, eran carreras de andar por casa, pero la cosa despeg¨® tras la pandemia. ¡°Hacer algo m¨¢s llamativo. Hab¨ªa que buscar dinero y en Teruel no te lo da nadie, ni las instituciones; ahora que la gente est¨¢ respondiendo de toda Espa?a se quieren subir al barco, pero muy poquito. Ha habido a?os que hemos puesto a tocateja¡±, resume Mateo. Primero, explot¨® lo que hab¨ªa en el mapa. ¡°No tenemos grandes monta?as, son colinas. Hay desnivel porque es una carrera muy rompepiernas¡±. El proyecto convenci¨® a corredores de nivel y se gan¨® al popular con el cari?o. ¡°Lo que ofrecemos es cercan¨ªa, no tenemos otra baraja. Ojal¨¢ fuera en Pirineo; si la filosof¨ªa nos funciona en Teruel, ah¨ª lo pet¨¢bamos¡±.
El fin de semana arranca el s¨¢bado con dos andadas, de 11 y 19 kil¨®metros. Ah¨ª empieza el cari?o, una meta con huevos fritos, jam¨®n reci¨¦n cortado, vino o cerveza. El domingo toca madrugar para las carreras ¡ªla m¨¢s temprana, de 36 kil¨®metros, sale a las 8:00, seguida de la media marat¨®n, la prueba reina, de 22 con 1.100 metros de desnivel positivo, y otra de 11¡ª, as¨ª que hay caf¨¦ y bizcocho: az¨²car y cafe¨ªna de toda la vida, nada de modernidades como pastillas ni geles. La guinda es una comida de hermandad, un restaurante para 600. Algo innegociable, pues los dorsales se agotaron hace dos meses y no sacan m¨¢s porque no caben en la comida. Y se organiza en filas, como en la mili, mientras un speaker anuncia a qui¨¦n le toca.
Es la uni¨®n contra la despoblaci¨®n. ¡°Teruel est¨¢ olvidado¡±, lamenta Mateo, parte de un pueblo que se ha defendido con el asociacionismo. ¡°Yo levanto el tel¨¦fono y s¨¦ que ma?ana voy a tener 40 personas para montar lo que sea¡±. Clubes de escalada, tenis, p¨¢del, f¨²tbol sala, piscina, atletismo o petanca. La mayor asociaci¨®n del pueblo es Para¨ªso Caracas ¡ªgestiona el famoso restaurante y un gran cine de 500 butacas¡ª que se llama as¨ª porque un vecino qued¨® prendado de la capital venezolana.
La fecha se ha convertido en estrat¨¦gica porque no abundan las carreras en enero, pero como todo en Zoquetes, no responde tanto al marketing como a la tradici¨®n: siempre fue la segunda semana de enero y as¨ª seguir¨¢. Pese al riesgo meteorol¨®gico. ¡°Aqu¨ª puede nevar, hace fr¨ªo, aire, es invierno, no es venir aqu¨ª a pasarlo bien. No nos influye, nosotros la carrera la hacemos s¨ª o s¨ª¡±. Si acaso, adi¨®s al cortafuegos o a las crestas cuando hay nieve o hielo, porque estas colinas tienen ca¨ªdas pronunciadas. Pero se corre. Esta vez solo se person¨® el viento, que peg¨® de lo lindo en alg¨²n tramo, pero no ensombreci¨® un d¨ªa soleado, con m¨¢ximas de 10 grados.
El peligro de una carrera con tantas subidas cortas es que el cuerpo no ahorra, sabe que coronar cada tachuela es un dolor r¨¢pido, frente a la cautela que impone una gran pared. Eso hace que el motor est¨¦ permanentemente revolucionado, sin apenas descanso: siempre se puede dar un punto m¨¢s. Y esos adelantos de energ¨ªa se cobran con intereses, por eso Zoquetes esgrime m¨¢s v¨ªctimas que algunas carreras con puertos de categor¨ªa especial. Lo sabe Silvia Trigueros, la primera ¨¦lite en confiar en la idea, que se llev¨® el Zoquete del A?o en la presentaci¨®n, en ese cine propio de grandes ciudades, el Hollywood del Bajo Arag¨®n, orgulloso de sus colinas.
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