El Parlamento silencia a un funcionario

Un ejemplo de la crispaci¨®n realmente existente entre el Parlamento y la Comisi¨®n, y de la guerrilla de la C¨¢mara contra el Tratado, es lo sucedido en la comisi¨®n parlamentaria de Cultura. ?sta neg¨® la palabra a un director del Ejecutivo, contra el derecho de la Comisi¨®n Europea a ser o¨ªda en todas las sesiones, si lo solicita, que est¨¢ recogido en el art¨ªculo 140 del Tratado de la Uni¨®n.Se discut¨ªa el programa de formaci¨®n Connect, y cuando el responsable de la Direcci¨®n General XII (Investigaci¨®n, dependiente de la comisaria Edith Cresson) de la Comisi¨®n, Domenico Lenarduzzi, se dispon¨ªa a intervenir, un diputado expres¨® una moci¨®n de orden. Phillipe Monfils, liberal belga, aleg¨® que la Comisi¨®n est¨¢ dimitida, por lo que Lenarduzzi carec¨ªa de legitimidad para hablar. Su argumento contrariaba el art¨ªculo 159 del Tratado, que asegura la continuidad de los trabajos de un Ejecutivo dimisionario hasta que no sea sustituido.

Al alegato de Monfils le sigui¨® una acalorada discusi¨®n. Las portavoces de los grupos mayoritarios, socialista y popular, defendieron el derecho de la Comisi¨®n a hablar. El presidente de la comisi¨®n parlamentaria, Peter Pex (holand¨¦s del PPE), someti¨® el asunto a votaci¨®n. Los eurodiputados presentes optaron por violar el Tratado e impusieron el silencio a Lenarduzzi. ?ste recogi¨® sus trastos y se fue por donde hab¨ªa venido.

Los liberales -como Monfils- han sido los m¨¢s encarnizados enemigos de la comisaria Cresson, de quien pretendieron obtener la dimisi¨®n el pasado enero. Y, como otros, se aprestan a exigir su cese fulminante en la hip¨®tesis de que el colegio Santer continuase en funciones hasta diciembre.