La vida junto a un ex guerrillero
La espa?ola ?lvarez Basso renunci¨® a su trabajo en la ONU para casarse con el l¨ªder del FMLN de El Salvador
El comandante guerrillero latinoamericano Facundo Guardado conoci¨® a la funcionaria internacional espa?ola Carmen ?lvarez Basso en El Salvador, cuando corr¨ªan la sangre y la esperanza en esa peque?a naci¨®n de Am¨¦rica Central, diezmada por una guerra civil de doce a?os y miserias m¨¢s antiguas. La relaci¨®n entre la gallega universitaria y el jefe miliciano que condujo a sus tropas hasta uno de los barrios m¨¢s elegantes de San Salvador durante la ofensiva del 89, fue de desarrollo complicado y prendi¨® en el turbulento departamento de Chalatenango, frontera con Honduras, principal teatro de operaciones de los combates entre el Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN) y el ej¨¦rcito.La relaci¨®n pas¨® por la vicar¨ªa, prosper¨® con dos hijas, Gisela y Carlota, y, tras los acuerdos de paz del 16 de enero de 1992, continu¨® en pol¨ªtica igualmente vigorosa. El FMLN qued¨® registrado como partido, y Guardado fue su candidato a la presidencia del gobierno en las elecciones del pasado d¨ªa 7. De no haber ganado el aspirante de la derecha, Carmen hubiera sido primera dama de El Salvador.
Carmen ?lvarez Basso, que sintoniza con las preocupaciones sociales de su esposo, de quien admira sus principios y respeto por los dem¨¢s ("se jug¨® la vida por la libertad de su pueblo", dice), reanudar¨¢ ahora el programa Cultura para la Paz de la Unesco, y redactar¨¢ un documento sobre la paz en una sociedad acostumbrada a la guerra desde que el lugarteniente de Cort¨¦s, Pedro Alvarado, descubriera sus costas en 1524. "Preparo una versi¨®n popular de lo que es el concepto de cultura de paz, porque el a?o que viene es el A?o de la Cultura de la Paz de Naciones Unidas. Es tambi¨¦n un aporte de Espa?a porque mi contrato est¨¢ financiado por Espa?a". Carmen ten¨ªa 28 a?os y belleza de sobra cuando en 1991 lleg¨® a San Salvador como observadora de Naciones Unidas. Hab¨ªa estudiado Derecho en Salamanca y Alcal¨¢ de Henares, y un master en Administraci¨®n de Empresas P¨²blicas y Urbanismo en la Universidad de Nueva York, y entre sus planes no figuraba enamorarse de un guerrillero que sufri¨® prisi¨®n y tortura, presentaba credenciales marxistas durante la contienda y, ya en democracia, se acerc¨® a la socialdemocracia y al libre mercado, en tanto que compa?eros en la direcci¨®n del FMLN permanecen en el dogma y la exclusi¨®n.
Carmen viaj¨® para investigar violaciones de derechos humanos, algo que pocos quer¨ªan hacer porque la hostilidad de la derecha y el ej¨¦rcito contra las misiones de paz de Naciones Unidas era manifiesta. Acept¨® la propuesta y acompa?o a otros cinco funcionarios: un civil, dos polic¨ªas y dos militares extranjeros. "Fue la primera oficina que tuvo contacto con los guerrilleros, y entonces comenz¨® la historia. Yo era la ¨²nica que no ten¨ªa la dimensi¨®n de lo que significaba Guardado, aunque era muy conocido porque desde los 15 a?os hab¨ªa dirigido luchas populares", recuerda.
Guardado, 44 a?os, sin tiempo para hacerse bachiller, hab¨ªa sido jefe del FMLN en el volc¨¢n de San Salvador, y fue designado despu¨¦s interlocutor del grupo de la ONU, donde Carmen era la ¨²nica mujer. Las reuniones fueron frecuentes: as¨ª lo exig¨ªan los complejos preparativos de la paz. "Pero la gente empez¨® a comentar: "Claro, tienen tantas reuniones porque t¨² le gustas al comandante". Estos cotilleos me costaron bastante caros. Cuestionaron mi trabajo, y fui trasladada tras la firma de la paz". La presi¨®n y las habladur¨ªas fueron tantas que opt¨® por no pedir la renovaci¨®n de su contrato con Naciones Unidas, y perdi¨® otro que abordaba proyectos de reconstrucci¨®n. Sus jefes en el organismo internacional le propusieron desplazarse a Camboya, pero decidi¨® quedarse y trabajar en una fundaci¨®n nacional. Lo hizo durante tres a?os, dedicada a promover el desarrollo de las mujeres en una sociedad con grandes desigualdades y atrasos. Lleg¨® la paz, y empez¨® a salir con Facundo Guardado, que ya trabajaba en San Salvador. "Al a?o siguiente nos casamos". La criticaron mucho: "?C¨®mo se te ocurre dejar tu carrera con lo bien que vas?".
Fue una decisi¨®n dif¨ªcil. Ahora ha retomado su carrera. "Alg¨²n d¨ªa recuperar¨¦ mi estatus profesional, me dije, pero nunca voy a encontrar un hombre como ¨¦ste. Me potencia mucho profesionalmente, con ¨¦l me enriquezco en una relaci¨®n de igual a igual. No hemos tenido problemas por provenir de distintas culturas".
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