El 40% de la producci¨®n de calzado se realiza con industria sumergida, seg¨²n los c¨¢lculos de UGT. Ingenier¨ªa fiscal
Las factor¨ªas en las que la manufactura es una de las partes fundamentales del proceso productivo es donde m¨¢s industria sumergida se registra. Esta m¨¢xima adquiere en la comarca del Baix Vinalop¨® cifras de v¨¦rtigo. El 58% del calzado espa?ol se afinca en Elche y Elda. La facturaci¨®n asciende a 230.000 millones. El sindicato UGT calcula que el 40% de esta producci¨®n se realiza a trav¨¦s de la industria sumergida. El clandestinaje en f¨¢bricas paralelas a la firma "limpia" y el trabajo a domicilio forman parte del libro "b" donde algunas empresas guardan el secreto de su competitividad.
Todav¨ªa quedan frescos en la memoria hallazgos incre¨ªbles como el desmantelamiento de una f¨¢brica de calzado, con 10 operarios, justo debajo de una piscina en el chalet de un supuesto empresario. S¨®lo hay que mirar para ver. En algunas casas, o incluso, en antiguas granjas, la necesidad o la piller¨ªa las ha transformado en peque?as factor¨ªas clandestinas con producciones considerables. Antes, uno de los mecanismos de detecci¨®n de estos nidos de fraude era el gasto de luz. ?C¨®mo una simple casa puede gastar tanta energ¨ªa? La respuesta siempre estaba justo detr¨¢s de una peque?a puerta de acceso a una gran habitaci¨®n en la que se alineaban la cadena de producci¨®n. Ahora ya no ocurre. El peque?o resquicio ha desaparecido con los grupos electr¨®genos que disminuyen el gasto. El gran problema con el que chocan frontalmente los sindicatos para atajar y denunciar a las factor¨ªas clandestinas es que se encuentran en propiedades privadas. Antes de entrar en una casa, la Administraci¨®n debe tener pruebas "seguras" de que tras el armario de la cocina se encuentra toda una factor¨ªa. Las condiciones de estos lugares son p¨¦simas. Las malas condiciones de ventilaci¨®n e higiene suponen un grave peligro en el trabajo con productos t¨®xicos como son las colas. La picaresca del calzado es amplia y no se extiende s¨®lo a las condiciones infrahumanas del trabajo a destajo en las temporadas de auge. En una clasificaci¨®n se podr¨ªan separar las factor¨ªas completamente clandestinas, las que tienen alg¨²n trabajador legal, y finalmente, los m¨¢s extendidos, los que declaran el salario convenio y se trabaja seg¨²n la productividad triplicando el salario real. Otro asunto es el trabajo a domicilio. Son las aparadoras, mujeres que compran una m¨¢quina de coser y en casa unen las piezas que antes han sido troqueladas, una labor fundamental para el proceso de producci¨®n. Las radios locales, en la secci¨®n de la bolsa de trabajo, bombardean con anuncios en los que se "buscan aparadoras para trabajar en casa". Este tipo de trabajo se ha convertido en una pr¨¢ctica normalizada pese a que casi ninguna cuenta con el alta en la Seguridad Social. La precariedad en el empleo en este sector se puede medir "con la rotaci¨®n que existe en los contratos", seg¨²n Emilio Domenech, secretario comarcal de UGT. El 63% de las relaciones contractuales en la comarca del Baix Vinalop¨® son inferiores a 3 meses. Algo que causa "inestabilidad en el trabajo y un aumento de los riesgos ante los accidentes laborales", asegur¨®. La posibilidad de detectar la siniestralidad en la industria clandestina queda descartada: "No se pueden cuantificar ya que los trabajadores acuden a urgencias y lo camuflan como accidente dom¨¦stico". Domenech asegura que, en la mayor¨ªa de los casos, "quienes contratan son los que imponen las condiciones y el trabajador no tiene m¨¢s remedio que atenerse a esas condiciones". El calzado es la cuarta industria espa?ola en exportaciones. UGT considera que de los 230.000 millones que factura la industria en la Comunidad Valenciana, fundamentalmente en la provincia de Alicante, el 40% se realiza a trav¨¦s de la industria sumergida. El secretario del Baix Vinalop¨® de UGT lo tiene claro: "La patronal y la Administraci¨®n no dan una soluci¨®n ya que no se quiere generar un coste que encarezca el producto". La continuidad del problema se basa, seg¨²n el sindicato, en la necesidad de buscar competitividad y precios bajos. "No s¨®lo la moda y el dise?o mandan en el mercado, competimos con otros pa¨ªses al tener parte del proceso productivo basado en el precio", estim¨®. El problema a largo plazo del clandestinaje repercute en los trabajadores que no tendr¨¢n cotizaciones para poder cobrar en un futuro una prestaci¨®n digna. Otra de las razones aducidas por UGT para explicar la escasa actuaci¨®n de las autoridades es para utilizarlo de colch¨®n en el desempleo. "La Administraci¨®n no entra de lleno en el problema ya que les sirve para camuflar el desempleo real", asegur¨® Domenech. El sindicato afirma que la industria "m¨¢s legal" que exista en la ciudad tiene econom¨ªa sumergida en las fases de aparado y cortado. Muchas firmas realizan en la factor¨ªa principal las muestras de zapatos de alta calidad que despu¨¦s son distribuidas por la comercial (estas dos mantienen las hojas contables impolutas). En cambio, la producci¨®n en bruto la consiguen a trav¨¦s de subcontratas con empresas clandestinas que mediante la denominada ingenier¨ªa fiscal queda disimulada eficazmente ante el fisco.Los malabarismos contables para ocultar la participaci¨®n del clandestinaje en la realizaci¨®n del calzado para una firma "limpia" son, en ocasiones,dignos de asombro. Es la denominada ingenier¨ªa fiscal. Una nueva pr¨¢ctica para blanquear las ganancias que no se pueden declarar son las facturas de trabajo a domicilio, normalmente a los familiares de los que trabajan en la factor¨ªa, que no superan el medio mill¨®n de pesetas al a?o. Mediante este sistema el empresario puede justificar los gastos y limpiar la participaci¨®n de aparadoras en el proceso de producci¨®n. El IVA de las facturas, sin embargo, se cobra y no se ingresa a Hacienda. "No somos polic¨ªas para detectar las irregularidades, damos el soporte jur¨ªdico y administrativo para hacer la denuncia", afirm¨® el secretario comarcal de UGT, Emilio Domenech. En ocasiones, el miedo es fundamental para no denunciar. El temor a los propios compa?eros y a las posibles represalias de los empresarios son dos motivos fundamentales para pens¨¢rselo dos veces antes de ir con luz y taqu¨ªgrafos a desmantelar el invento fiscal. El Ayuntamiento de Elche ha impulsado dentro del Consejo Econ¨®mico y Social la realizaci¨®n de un estudio sobre el sector del calzado y su repercusi¨®n en otros sectores de la ciudad. El objetivo es buscar medidas para reflotar la industria sumergida y encontrar la diversificaci¨®n de una ciudad casi monoproductiva en el calzado. La ca¨ªda del sector podr¨ªa significar el hundimiento de otros sectores. El 75% de los trabajadores del calzado se encuentran en la Comunidad Valenciana. S¨®lo en la provincia de Alicante se encuentran el 60%, de los que la mitad son de Elche.
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