Kosovo, el d¨ªa despu¨¦s
Al d¨ªa siguiente de que caiga la ¨²ltima bomba atlantista sobre posiciones serbias y termine el espect¨¢culo medi¨¢tico correspondiente, comenzar¨¢n a abordarse los problemas reales que tienen planteadas en Kosovo las potencias intervinientes. Dejando de lado las mil y una incertidumbres que afectan a la OTAN ante su posible intervenci¨®n, los problemas pol¨ªticos referidos a Kosovo son tan variados y de tal envergadura que en el espacio de este art¨ªculo apenas pueden ser esbozados.El primero es que ning¨²n partido albano kosovar querr¨¢ jugar seriamente la baza impuesta por las potencias occidentales: formar parte de la federaci¨®n yugoslava. Se limitar¨¢n a aguantar tres a?os para poder proclamar su independencia, confiando en que las tropas de la OTAN estacionadas all¨ª protejan su boicot a las reglas de ese juego pol¨ªtico impuesto por las potencias intervinientes. Por supuesto, existen en Occidente las consabidas voces que apuestan por la opci¨®n secesionista como la m¨¢s f¨¢cil y las m¨¢s justa, pero esa salida es pura y simplemente pan para hoy y hambre para ma?ana. Como rep¨²blica independiente, Kosovo dista mucho de ser viable: har¨ªan falta masivas inversiones para poner en marcha su arruinada infraestructura industrial y agr¨ªcola, al margen de que su disparada tasa de natalidad hace que el desempleo sea un problema cr¨ªtico con o sin serbios. Por si fuera poco, los partidos albaneses de Kosovo est¨¢n profundamente divididos entre s¨ª. Y uno de ellos, el que constituye por s¨ª mismo el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK), es un problema muy serio en s¨ª mismo. Hace pocos d¨ªas, el diario Illyria, ¨®rgano de la comunidad albanesa en los Estados Unidos, reproduc¨ªa las amargadas declaraciones de James Hooper, un ex alto cargo de la diplomacia norteamericana y actualmente miembro de la Balkan Action Council, un lobby albano kosovar que desde hace ya mucho tiempo pide una intervenci¨®n occidental en la zona: "El problema es que los Estados Unidos y la OTAN tienen dos problemas juntos: uno es Milosevic, el otro es el ELK (Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo). Los moderados albaneses est¨¢n siendo aplastados entre los serbios y el ELK".
Hooper trasladaba a su entrevista todos los resquemores que los pol¨ªticos albano kosovares han acumulado contra el ELK pero que el actual momento delicado no les permite expresar. Por si fuera poco, el ELK es v¨ªctima de profundas rencillas internas entre facciones, desde aquella soportada desde la di¨¢spora albano kosovar en Alemania y Suiza hasta la de los l¨ªderes de los kacaki o guerrilleros de la regi¨®n de Drenica, de arraigada tradici¨®n combativa y que en su calidad de "irregulares" son m¨¢s duros que los "profesionales" de las otras unidades del ELK. Todo ese complejo panorama hace temer que un Kosovo independiente se transforme en un Bangladesh europeo, en perpetuo riesgo de inestabilidad pol¨ªtica y social.
?Significa esto que Belgrado debe continuar ejerciendo su arbitraria pol¨ªtica en Kosovo? Desde luego que no; pero tampoco conviene hacerse falsas ilusiones sobre soluciones quir¨²rgicas milagrosas. Ni siquiera el poder de Milosevic se ver¨ªa afectado. Aparte de que perder ante enemigos muy superiores en fuerza le dar¨ªa una justificaci¨®n para continuar en su puesto, habr¨ªa que contar con ¨¦l como garante de un nuevo compromiso. ?En qui¨¦n confiar caso de que alguien pudiera derrocarlo desde el exterior? ?En el radical Seselj, en el inestable Draskovic, en cualquiera de los pol¨ªticos tornadizos de la escena pol¨ªtica serbia? Para muestra, lo que est¨¢ ocurriendo en la Republika Srpska.
Y ya que sale a colaci¨®n, la independencia de Kosovo significar¨ªa que dejar¨ªan de existir argumentos para defender la continuidad de una Bosnia federal multi¨¦tnica. Bendecir la secesi¨®n de los albaneses con el argumento de que no pueden coexistir con los serbios har¨ªa v¨¢lidas las tesis de los radicales serbobosnios y croatobosnios de que tambi¨¦n para ellos es inviable la vida en com¨²n con los bosniacos. Ahora mismo esto ya no es una hip¨®tesis: tienen mucho que ver con este planteamiento la crisis entre Westendorp y los pol¨ªticos de la Republika Srpska en torno al arbitraje de Brcko, y la tensi¨®n desatada entre bosniacos y croatobosnios por el extra?o atentado contra Jozo Leutar, ministro del Interior en la Federaci¨®n croato-musulmana, acaecido el pasado 16 de marzo.
?Cabe la posibilidad de que Kosovo se integre en Albania? Por el momento parece un final remoto. La mayor¨ªa de los albaneses no lo desean, porque, al margen de sus opiniones sobre las diferencias con los hermanos kosovares, saben que el pa¨ªs no asimilar¨ªa f¨¢cilmente el impacto de esa reunificaci¨®n: ni pol¨ªtico ni econ¨®mico ni demogr¨¢fico. De hecho, Albania va tan mal que en Italia, desde los pasillos de la Farnesina a la prensa, se ha estado debatiendo la conveniencia de hacer de ese pa¨ªs un protectorado.
Y para terminar, queda la cuesti¨®n macedonia. No es ning¨²n secreto que el ELK propugna la uni¨®n de los albaneses allende Kosovo y eso incluye el tercio occidental de Macedonia, poblado de albaneses, muchos de ellos originarios de Kosovo, de mentalidad especialmente tradicionalista. En Skopje se rumorea con cierto fundamento que, de inc¨®gnito, ya est¨¢n desplegadas en la peque?a rep¨²blica unidades del ELK armadas y preparadas. En la prensa albano macedonia se idolatra a los hermanos luchadores del otro lado de la frontera, y el terreno est¨¢ listo para la aparici¨®n de opciones pol¨ªticas m¨¢s radicales que las representadas por los principales partidos albano macedonios actualmente existentes. Mientras la situaci¨®n en Kosovo no se haya definido, en Macedonia reinar¨¢ una tensa calma y la fr¨ªa separaci¨®n inter¨¦tnica entre albaneses y eslavo macedonios. Pero Kosovo sentar¨¢ un precedente, sea el que sea, y no faltar¨¢n albaneses que pidan lo mismo para ellos en Macedonia. Si eso ocurre, la existencia de la min¨²scula rep¨²blica -el Estado m¨¢s joven de Europa- quedar¨¢ en entredicho.
En fin, ocurra lo que ocurra, tenemos Kosovo para rato. Ya se habla de cinco a?os como primer plazo de permanencia para las tropas de la OTAN en el sur de los Balcanes. Por desgracia, cada vez hay m¨¢s canciller¨ªas balc¨¢nicas, desde Zagreb a Atenas, pasando por Sof¨ªa, Skopje y, por supuesto, Belgrado, que piensan algo muy peligroso: que los arreglos arbitrados por las potencias intervinientes en las ¨²ltimas crisis balc¨¢nicas son en realidad parches provisionales y, por lo tanto, perecederos. Demasiado perecederos.
Francisco Veiga es profesor de Historia de Europa Oriental en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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