Desconfianza
Esta semana el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa ha presentado la Memoria Anual del Tribunal andaluz. Cuenta que la situaci¨®n de la justicia no ha empeorado desde 1997, y plantea la reforma de la Ley de Jurado. Dice, sin rubor, que esta instituci¨®n debe quedar reservada para los delitos f¨¢cilmente comprensibles, pues los miembros de los tribunales populares no saben enjuiciarlos. Sin embargo, los datos de la Memoria no invitan al optimismo. Las salas penal, civil y social mantienen el mismo ¨ªndice de asuntos pendientes y las de lo contencioso-administrativo han rebasado los 50.000 casos con un retraso que hace imposible el derecho de los ciudadanos a un proceso sin dilaciones. Estas palabras de optimismo y de reforma del presidente son preocupantes y no porque pretendan aliviar su responsabilidad en el atasco, que alguna le corresponder¨¢ por el cargo que ostenta, sino porque vuelve al lenguaje que emple¨® en abril de 1998. Entonces eran periodistas y ciudadanos -que no sab¨ªan contestar las encuestas-, los responsables de la imagen de la Justicia y ahora, muestra la misma desconfianza hacia los ciudadanos cuando afirma que el jurado s¨®lo es v¨¢lido para el enjuiciamiento de delitos f¨¢ciles de enjuiciar. A cambio de la impreparaci¨®n, a su juicio, del ciudadano, quiere tranquilizar con el hecho de que, cada vez m¨¢s, los jueces se implican con la sociedad. De poco vale el dato, aunque sea verdad, si el presidente de los jueces pone trabas a la implicaci¨®n de los ciudadanos en la Administraci¨®n de Justicia a trav¨¦s del jurado, que contempla como una instituci¨®n rival a los tribunales tradicionales o, al menos, eso parece reflejar sus palabras. Dec¨ªa Montero R¨ªos, ministro de Gracia y Justicia, que el jurado debe ser tratado con la dignidad y el afecto de un hermano y no de un rival. Manifestaciones como las de M¨¦ndez de Lugo, que quieren limitar la presencia constitucional del jurado, pueden inducir a recorrer un camino que recorte la dignidad de los ciudadanos, negando su participaci¨®n en la administraci¨®n de una Justicia cuya imagen de deterioro no se la ha dado el jurado, sencillamente porque esta instituci¨®n no exist¨ªa.
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