Rosendo ahuyenta con su rock los fantasmas de la c¨¢rcel de Carabanchel
El cantante actu¨® anoche en la antigua prisi¨®n y grab¨® su disco "Siempre hay una historia"
Rosendo eligi¨® el escenario de la c¨¢rcel de Carabanchel, su barrio, para grabar con un concierto el directo de su pr¨®ximo disco. Esta prisi¨®n ser¨¢ pronto derruida y con sus muros caer¨¢ parte de las historias de presos pol¨ªticos del franquismo y de delincuentes con mayor y menor fama. Siempre hay una historia ha titulado Rosendo su nuevo trabajo, pero el rockero de Carabanchel, con la sobriedad que lo caracteriza, no ha querido utilizar un lugar tan simb¨®lico con fines demag¨®gicos. Y no quiso en ning¨²n momento mencionar el lugar ni su historia.
Sin ira, pero sin lamentaciones, Rosendo ha querido poner el punto final a la historia de este emblem¨¢tico edificio a su manera. Una forma, dijo ¨¦l hace unos d¨ªas, de recuperar esa construcci¨®n que lo asustaba de ni?o para el uso com¨²n de los vecinos del barrio. El concierto dur¨® unas dos horas, en las que Rosendo hizo un repaso a su discograf¨ªa de m¨¢s de 27 a?os. Interpret¨® 26 temas, entre los que se encontraban algunos de su ¨²ltimo disco, A tientas y barrancas, junto con otros cl¨¢sicos de su repertorio, como Loco por incordiar, Listos para la reconversi¨®n, Pan de higo o Agradecido. Con una formaci¨®n de guitarra, bajo (Rafael J. Vegas) y bater¨ªa (Mariano Montero), recuper¨® ciertos rasgos de su sonido inicial y record¨® sus tiempos con Le?o, el grupo con el que se hizo famoso a principios de los a?os ochenta. Las limitaciones del aforo, unas 2.000 personas, fueron un excelente filtro. Ah¨ª s¨®lo se encontraban los rosend¨®logos, los rosendistas y los rosendoadictos. Cada una de las canciones fue coreada casi al completo, y entre una y otra reclamaban a gritos a su ¨ªdolo. Lo ideal para un directo potente. Y potencia hubo de sobra en este rockero que hace recuperar la fe en un g¨¦nero que muchos consideran acabado. El p¨²blico, con una buena cantidad de j¨®venes veintea?eros, le da la raz¨®n, entre calimochos, porros y cerveza. Con un alto muro con alambradas a un lado del escenario y una pared con varios pisos de ventanas enrejadas, hubo s¨®lo un momento en que se record¨® el l¨²gubre marco del concierto. "No estamos todos, faltan los presos", core¨® un grupo, y pronto se generaliz¨® el grito. Rosendo s¨®lo sonri¨® y se inclin¨® en un profundo saludo. Fue uno de los momentos emotivos de esta fr¨ªa noche de viernes. El otro fue la aparici¨®n de Luz Casal, que interpret¨® con Rosendo la hermosa A la sombra de una mentira. Alg¨²n que otro petardo celebr¨® este fin de fiesta. Despu¨¦s del concierto, en lo que era el gimnasio de la prisi¨®n, Rosendo se sent¨ªa aliviado. "Me alegra haber terminado con esto", dijo. Y afirm¨® que no le hab¨ªa parecido oportuno referirse a la historia de Carabanchel. "Me conformo y me alegro bastante con que me hayan dado la autorizaci¨®n para hacerlo aqu¨ª. No hace falta remover la mierda para que huela".
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