Las presiones de Collymore
El delantero del Aston Villa abandona la temporada por culpa de una depresi¨®n y recibe tratamiento m¨¦dico en el mismo centro que Gascoigne
Aunque es posible que el desaliento estuviera ya fragu¨¢ndose, las cosas empezaron a irle de mal en peor a Stan Collymore, la estrella del Aston Villa brit¨¢nico, el pasado mes de agosto en Par¨ªs. En pleno Mundial de F¨²tbol, una noche le peg¨® all¨ª en p¨²blico a su entonces novia, la presentadora de televisi¨®n Ulrika Johnson. Ella abandon¨® el bar donde se encontraban entre sorprendida y avergonzada. A su regres¨® a Londres, dio por terminada la relaci¨®n. El juego de ¨¦l, que se disculp¨®, empez¨® a flaquear visiblemente. Sus escasos goles y diferencias con el equipo acabaron devolvi¨¦ndole al banquillo. Incapaz de remontar su carrera a los 28 a?os, ahora reconoce que padece una depresi¨®n y ha pedido auxilio m¨¦dico.Su salud y futuro profesional est¨¢n en manos de los mismos especialistas que han atendido, por motivos similares, a su colega Paul Gascoigne o a la modelo Kate Moss. Las distintas dependencias londinenses de la cl¨ªnica Priory, donde tratar¨¢ de recuperarse Collymore, componen un lugar selecto y apartado frecuentado casi siempre por famosos en apuros. John Gregory, entrenador del Aston Villa, cree que s¨®lo all¨ª podr¨¢ poner en orden sus ideas el deportista. "Es hora ya de que Stan dedique todos sus esfuerzos a lo m¨¢s importante, recuperarse del des¨¢nimo. Ha tratado de combinar el f¨²tbol con los m¨¦dicos, pero no ha sido posible", ha dicho. Sus palabras, ponderadas y en apariencia comprensivas, no han logrado despejar la duda de los aficionados brit¨¢nicos acerca de las verdaderas razones de la ca¨ªda de Collymore.
El Aston Villa pag¨® 7 millones de libras (1.700 millones de pesetas) al Liverpool por su traspaso. Cuando sus goles dejaron de aparecer en el marcador, Collymore se convirti¨® en un lastre del que el propio Aston trat¨® de deshacerse devolvi¨¦ndole a su club de origen, el Nottingham. La operaci¨®n no lleg¨® a cerrarse, pero el jugador no supo mantener un perfil bajo, seg¨²n la jerga futbol¨ªstica brit¨¢nica. En palabras llanas, fue algo bocazas y critic¨® sin rubor la l¨ªnea defensiva de su equipo. Los errores y las derrotas sal¨ªan, seg¨²n ¨¦l, de una defensa mediocre.
Cuando el Aston Villa perdi¨® por 3-0 en casa contra el Chelsea la pasada semana, Collymore se?al¨® de nuevo a voces a los defensas. El entrenador no aguant¨® m¨¢s.
Aunque John Gregory asegura que el internamiento del jugador nada tiene que ver con sus puyas, la afici¨®n ve en ello algo m¨¢s que un nuevo bajonazo moral del antiguo goleador. "Se han acabado los entrenamientos. Stan ya no regresar¨¢ esta temporada. La decisi¨®n de pedir ayuda psiqui¨¢trica ha sido tomada despu¨¦s de consultar a todas las partes", repite, sabedor de que la poca simpat¨ªa que parece sentir por ¨¦l es motivo tambi¨¦n de comentarios en los c¨ªrculos futbol¨ªsticos. Con todo, depresiones como las de Collymore empiezan a ser frecuentes en el f¨²tbol brit¨¢nico. Sus estrellas, cada vez m¨¢s j¨®venes, "viven en mundos artificiales y sin fronteras", asegura el psiquiatra Cosmo Hallstrom. "Viven una ficci¨®n y no pueden mantener relaciones normales con su entorno. Les rodean los fot¨®grafos y acaban por no saber qui¨¦nes son sus verdaderos amigos", a?ade ¨¦ste experto, que achaca las tribulaciones del jugador al estr¨¦s. "Ser millonario no garantiza equilibrio emocional alguno, y este es un caso claro de ello", concluye.
El m¨¦dico cree que Collymore se recuperar¨¢ del todo. El entrenador del Aston Villa le desea lo mejor, pero no oculta que prefiere traspasarlo a seguir teniendo problemas en los vestuarios. De momento, el club espera su regreso el pr¨®ximo verano.
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