Los astilleros gaditanos hacen los mejores buques lanzadera, pero tienen p¨¦rdidas de 16.000 millones
Fiel a su historia, Astilleros Espa?oles (AESA) ha vuelto a renovar su capacidad para proyectar, a la vez, luces y sombras. El nuevo presidente, Marcelino Alonso, asisti¨® la pasada semana en Puerto Real (C¨¢diz) a la botadura del Navion Hispania, el buque lanzadera (shuttle) m¨¢s avanzado del mundo: un alarde tecnol¨®gico al alcance de pocos. Horas antes, el propio Alonso tuvo que despachar con calificativos como "desastrosos" o "lamentables" las preguntas de los periodistas sobre los resultados de la empresa en 1998. S¨®lo las plantas de C¨¢diz y de Puerto Real perdieron 16.000 millones de pesetas, en un contexto en el que, te¨®ricamente, las factor¨ªas deficitarias estaban abocadas a desaparecer a partir del uno de enero de este a?o.
"Ese es el verdadero peligro", avis¨® el presidente. Alonso no recurri¨® a los eufemismos para analizar la situaci¨®n del grupo naval, aunque debajo del brazo trajo un posible bal¨®n de ox¨ªgeno. "Existen indicios de que estamos remontando la situaci¨®n complicada del pasado a?o" respecto a la falta de contrataciones, dijo. Y, al tiempo, anunci¨® negociaciones abiertas "y por buen camino" con firmas como Enagas, Cenargo, Trasmediterr¨¢nea o Petrobrass para contratar barcos. La factor¨ªa de C¨¢diz se quedar¨¢ sin trabajo dentro de dos meses si no se producen nuevas contrataciones. Puerto Real todav¨ªa tiene faena en los diques. AESA, la firma m¨¢s emblem¨¢tica de la Bah¨ªa de C¨¢diz, afronta con incertidumbre los pr¨®ximos meses: encara el futuro con un nuevo marco de ayudas autorizadas por la UE (1999-2003) y, a la vez, con las primeras movilizaciones en la calle. El comit¨¦ de C¨¢diz ha comenzado una serie de concentraciones a las puertas de la factor¨ªa para demandar nuevas y urgentes contrataciones, una medida de presi¨®n, no obstante, muy alejada de la virulencia demostrada en otras ocasiones. El presidente del comit¨¦ de empresa, Jes¨²s Gargallo, cree que tras la pol¨ªtica "de gradas vac¨ªas" se esconden otras intenciones pol¨ªticas. "A cualquier reconversi¨®n le precede la falta de trabajo, por lo que nos tememos que esto sea el pre¨¢mbulo de algo gordo que puede ocurrir en los pr¨®ximos meses", afirma. Reconversiones Alonso ha asegurado que no se producir¨¢n ni cierres de plantas ni reconversiones "masivas" en el grupo. "Eso es absolutamente disparatado", dijo el pasado martes. S¨ª advirti¨® el presidente a los trabajadores que "habr¨¢ que darse un panz¨®n de trabajar". El colectivo laboral escudri?a esta advertencia: ambas partes acaban de pactar unas condiciones laborales que se negociaron durante dos a?os, se ha reorganizado cada centro productivo y se eliminaron las tareas gremiales -hist¨®ricamente predominantes en la construcci¨®n naval- para conseguir la polivalencia de los empleados. La negociaci¨®n fue costosa. Los trabajadores no creen conveniente abrir de nuevo ese debate. Con un ojo en Bruselas -en el Consejo de Ministros de Industria de la UE del pr¨®ximo mes de abril- y otro en el mercado internacional, donde la feroz competencia desleal de Corea y Jap¨®n tumba las posibilidades comerciales de los astilleros europeos, en la empresa se conf¨ªa en que la decisi¨®n de la UE pase, adem¨¢s de por mantener las primas del 9% del precio final de la construcci¨®n del barco, por la autorizaci¨®n de otras ayudas fiscales y destinadas a la capitalizaci¨®n de la compa?¨ªa. Se calcula que las primas supondr¨¢n una inversi¨®n anual cercana a los 28.000 millones de pesetas. Nueva etapa Tras la marcha de Antonio Mendoza a la empresa privada -quien hab¨ªa llegado al grupo con el aval de buen gestor aunque se va dejando a la compa?¨ªa sumergida en p¨¦rdidas y con la cartera de pedidos casi a cero-, AESA encara una nueva etapa interna. Marcelino Alonso ya ha ense?ado algunas cartas: mejorar los plazos, el coste y la calidad, conceptos que, en realidad, forman parte del abec¨¦ de cualquier proceso industrial. Los trabajadores esperan que no se cumpla de nuevo el dicho local: "Cuando astilleros se resfr¨ªa, C¨¢diz estornuda" y advierten de que ya han pagado "demasiado caro" el proceso continuo de reconversiones. Las estad¨ªsticas mandan: la factor¨ªa de C¨¢diz pagaba la n¨®mina a 2.743 trabajadores hace 20 a?os y la de Puerto Real a 2.183 empleados. Hoy, en C¨¢diz quedan 415 operarios en plantilla; en las instalaciones puertorreale?as trabajan alrededor de 1.200 personas. Cada una de las factor¨ªas proporciona trabajo a un millar de trabajadores auxiliares. "La parte laboral ha cumplido uno a uno sus compromisos, renunciando incluso a mejoras econ¨®micas, no podemos ser una vez m¨¢s la cabeza de turco", avisan los trabajadores "por lo que pudiera venir".
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