"Tenemos que insistir en el "p¨®ntelo p¨®nselo", pero para todas las edades"
Combate el sida en primera l¨ªnea desde los a?os m¨¢s terribles de la epidemia. Pepa Mu?oz S¨¢nchez (Casabermeja, M¨¢laga, 1956) vio morir a muchos pacientes que por edad podr¨ªan haber sido de su cuadrilla. Los actuales est¨¢n cada d¨ªa m¨¢s llenos de vida. Esta m¨¦dico del Hospital de Basurto ley¨® el pasado jueves su tesis doctoral, en la que radiograf¨ªa el sida en Euskadi entre 1984 y 1995. Pregunta. ?C¨®mo vivi¨® en la trinchera el antes y el despu¨¦s de los tratamientos? Respuesta. Vivimos la llegada del AZT, en 1987, con esperanza. Antes la demanda era "s¨¦ que voy a morir, s¨®lo quiero que me ayuden a bien morir". Era gente de nuestra edad a la que s¨®lo pod¨ªamos dar cari?o y comprensi¨®n.A veces hubo que ampliar camas en la unidad de infecciosos porque no cab¨ªan. Desde el verano pasado, en m¨¢s del 50% de las camas hay otros pacientes. La evoluci¨®n de los tratamientos ha hecho que los enfermos vivan m¨¢s y con mejor calidad de vida. P. ?Qu¨¦ reclaman hoy? R. Dicen "dame todo aquello que pueda tomar para vivir el mayor tiempo posible, y por favor hazme el c¨®ctel que me sea m¨¢s f¨¢cil de llevar". Esta ¨¦poca empez¨® a comienzos de 1997. P. ?C¨®mo es el contacto con los enfermos en Basurto? R. Cuando llegu¨¦ a la unidad de infecciosos, el coste afectivo para m¨ª fue alt¨ªsimo. Hoy las cosas han cambiado. Existe gente con la que establecer una relaci¨®n es muy dif¨ªcil, sobre todo los drogadictos activos, pero la mayor¨ªa es gente que ha dejado las drogas, ha rehecho su vida y un d¨ªa descubre que est¨¢ infectado. O se ha contagiado en una relaci¨®n heterosexual. Vienen la consulta cada 3 o 4 meses, te van contando su vida, sus proyectos... Antes no hab¨ªa proyectos. P. ?C¨®mo se comunica a alguien que tiene el VIH? R. Le explicamos las ventajas e inconvenientes de los tratamientos para que decida. Y le insistimos en que no es como antes. La historia ha cambiado. Hay personas vivas a las que se les diagnostic¨® antes de 1988. P. ?Hasta d¨®nde es esencial seguir el tratamiento a rajatabla? R. Basta con saltarse unas dosis para que la eficacia caiga, porque el virus se hace resistente. Si la militancia es absoluta, son eficac¨ªsimos. Es cierto que en el mejor de los casos hay que tomar diez pastillas al d¨ªa. P. ?Qu¨¦ ha sido lo m¨¢s ¨²til para frenar la expansi¨®n del sida? R. Las campa?as correctas que ha hecho el plan del sida: el intercambio de jeringuillas, los programas de metadona, el kit.... Las campa?as machaconas contra la droga. No s¨¦ si hay menos drogadictos, pero no vemos ni la mitad de infectados por v¨ªa intravenosa. Gran parte del control de la enfermedad ha venido de asumir que las drogas son un problema social y de darle salidas de tipo social. Tambi¨¦n fue util¨ªsima, por mucho que la Iglesia la vituperara, la campa?a para adolescentes sobre el sexo seguro, la del P¨®ntelo, p¨®nselo. P. Los adolescentes hoy son otros. ?Hay que insistir? R. La cantidad de j¨®venes que se incorpora a la enfermedad ha bajado. No obstante, creo que habr¨ªa que reforzar aquella campa?a. No s¨®lo para los adolescentes, sino a lo largo de todas las edades. Cuando tengas una aventura ocasional o empieces una relaci¨®n con alguien que no sabes con qui¨¦n se ha acostado antes, c¨²brela. El preservativo es feo, pero es ¨²til, para el sida y otras muchas enfermedades. Y si la relaci¨®n se formaliza, se hacen los dos la prueba y ya est¨¢. P. ?Ocurre? R. Sobre todo gente que ha tenido alguien de su entorno enfermo. La probabilidades de infectarse en una ¨²nica relaci¨®n son muy muy bajas, pero puede ocurrir. Conozco dos casos. En esto las mujeres llevamos las de perder. Porque este virus es ocho veces m¨¢s efectivo en la direcci¨®n hombre-mujer que a la inversa. R. ?D¨®nde est¨¢ el equilibrio entre estar concienciado y estar obsesionado por el riesgo? R. El conocimiento no debe generar p¨¢nico, tampoco con el sida. Ahora hay una guerra, en Yugoslavia, bastante cerca de aqu¨ª. Sabemos que ha empezado, pero no cu¨¢ndo va a terminar. Saberlo no significa que nos van a matar. P. ?Le preocupa el aumento de contagios por la v¨ªa sexual que se registra en Euskadi? R. Han pasado del 5%, antes de 1988, al 19% de los diagnosticados en 1998. Creo que es por la v¨ªa sexual por donde se nos puede escapar la epidemia. Dir¨ªa a todo aquel que alguna vez haya tenido una pr¨¢ctica de riesgo que se hiciera la prueba, para estar seguro de que no lo tiene. Y si lo tiene, para que se beneficie de los tratamientos desde ya. P. Si hay avalancha, al consejero Azkuna le va a dar un mal. R. Al contrario, deber¨ªa ponerse muy contento de que le llegaran centenares. Evitar¨ªa contagios, ahorrar¨ªa mucho dinero, el coste social disminuir¨ªa mucho porque podr¨ªan seguir trabajando y generando riqueza. Un mes de tratamiento cuesta lo que dos o tres d¨ªas de hospitalizaci¨®n. P. ?Qu¨¦ les dir¨ªa a las ONG que se oponen al registro de seropositivos? R. Que es necesario si queremos ver c¨®mo evoluciona la infecci¨®n en el Pa¨ªs Vasco y planificar de verdad qu¨¦ recursos hacen falta. Y No, como siempre, copiar a los norteamericanos. No est¨¢ re?ido con guardar la confidencialidad absoluta de los pacientes. Un sistema perfectamente custodiado por una o, a lo sumo, dos personas responsables. De modo que si la informaci¨®n saliera de ah¨ª se pudiera ir a buscarlos. P. El Ararteko investiga el caso de una seropositiva que al ir a abortar le pusieron como condici¨®n que se ligara las trompas. R. Eso es ilegal. La decisi¨®n debe ser de la mujer, que tiene derecho a tener hijos en el futuro. Cuando alguien usa el aborto como m¨¦todo anticonceptivo hay que ponerle en manos de un psiquiatra o un psic¨®logo. Y si su cabeza no funciona, por la v¨ªa judicial, esterilizarle a petici¨®n de la familia.
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