"?Pero qu¨¦ bien estamos jugando!"
Los internacionales espa?oles disfrutaron como chiquillos del inolvidable partido de Valencia
![Santiago Segurola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe505581b-3596-4161-bc77-1816c8c68bf7.png?auth=d22627484165dfcb062103e8d1fdebeb92a54c13220f4fd6553111e786e168fa&width=100&height=100&smart=true)
Se les tiene por multimillonarios que han olvidado el entusiasmo de su infancia, cuando perfilaban sus condiciones como futbolistas en bald¨ªos, pasillos, plazas y calles, cuando cre¨ªan vislumbrar el don natural que les har¨ªa jugadores de Primera Divisi¨®n, cuando la pelota era todo en sus vidas y no necesitaban m¨¢s que un partido contra el barrio de enfrente para sentirse felices. Es cierto que ahora son ricos y famosos, y que los rigores de su profesi¨®n les han vuelto desconfiados, y que muchas veces parecen hartos del f¨²tbol, pero tambi¨¦n es cierto que todos est¨¢n dispuestos a recuperar su infancia cuando tienen la oportunidad de disfrutar del juego como ni?os.Los internacionales espa?oles tuvieron este sentimiento de plenitud frente a Austria. Algunos sintieron una liberaci¨®n que se reflejaba en su rostro. Con ojos desaforados, Valer¨®n no celebraba tanto los goles como la oportunidad que ten¨ªa de participar en un momento memorable. Corr¨ªa y se abrazaba a sus compa?eros. "?Pero qu¨¦ bien estamos jugando!"!, gritaba. Y con el siguiente gol, lo mismo. Se sent¨ªa el hombre m¨¢s feliz del mundo, probablemente porque en Valencia recuper¨® el f¨²tbol como un lugar para la felicidad. Como cuando era un muchacho.
Si algo produjo el encuentro frente a Austria fue un sentimiento inmenso de satisfacci¨®n entre todos los internacionales. Se sab¨ªan unos privilegiados: hab¨ªan jugado el partido so?ado, la obra perfecta tantas veces perseguida y casi nunca alcanzada. Su alegr¨ªa era incontenible. Hablaban unos de otros con admiraci¨®n, quiz¨¢ porque, por fin, se hab¨ªa reunido un equipo animado por la misma sensibilidad. Despu¨¦s de una largu¨ªsima trayectoria profesional, Guardiola y Fran nunca hab¨ªan jugado juntos. Result¨® como esperaban. "Es un futbolista maravilloso", dijo Guardiola, un radical del toque, feliz por encontrarse con unos futbolistas que beb¨ªan de las mismas fuentes. Jugadores como Fran, como Valer¨®n, como Ra¨²l, cuya conexi¨®n con el centrocampista del Barcelona ha sido instant¨¢nea. Los dos son la expresi¨®n de la esperanza en un equipo que ha tocado el coraz¨®n de la gente.
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