Cientos de comercios inician la batalla contra las tarjetas de cr¨¦dito

Un centenar de comercios madrile?os emprendieron ayer su batalla contra las comisiones que les cobran las entidades financieras por las operaciones con tarjetas de cr¨¦dito. Para ello ofrecieron a sus clientes descuentos de entre el 2% y el 6% de su compra a cambio de que abonasen la factura en efectivo. Esta iniciativa, que se generalizar¨¢ todos los lunes a partir del pr¨®ximo, es iniciativa de la Confederaci¨®n de la Peque?a y Mediana Empresa (Copyme), que considera "abusivas" tales comisiones.

Ayer, un centenar de establecimientos comenzaron a aplicar esta medida de presi¨®n, a modo de ensayo general para la vuelta de las vacaciones de Semana Santa. Sin embargo, la generalizaci¨®n de la medida esperar¨¢ hasta el 5 de abril y se extender¨¢ a los dem¨¢s lunes del mes. En ese momento, si las entidades financieras no hubieran reaccionado a la protesta, los comerciantes estudiar¨ªan intensificarla: ya sea extendi¨¦ndola a otros d¨ªas de la semana o combin¨¢ndola con movilizaciones.Y es que los peque?os y medianos empresarios parecen haber agotado la paciencia con las entidades financieras. Cada vez que un cliente formaliza el pago con la tarjeta de cr¨¦dito, entre el 2% y el 6% del importe de la compra se le va de las manos al comerciante (un 7%, en el caso excepcional de las saunas) y termina en las arcas de la entidad que act¨²a de intermediaria en la operaci¨®n. A mayor abundamiento, las cerca de 30 pesetas en conexiones telef¨®nicas que se consumen con cada compra tambi¨¦n acaban en el debe del titular del establecimiento. Y todo ello, mientras los emisores de las tarjetas miman a sus mejores clientes -los grandes almacenes y los hipermercados- con unas condiciones mucho m¨¢s llevaderas: una comisi¨®n que oscila entre el 0,25% y el 0,5%, e incluso la supresi¨®n total, en determinadas circunstancias, de esta ya de por s¨ª reducida tarifa.

El vicepresidente de la Copyme y alma m¨¢ter de esta rebeli¨®n, Salvador Bellido, fue uno de los comerciantes que predic¨® ayer con el ejemplo y ofreci¨® los descuentos alternativos a los compradores en su cadena de tiendas de textil. El resultado fue sorprendente. "Aunque el d¨ªa es flojo de ventas y no se pueden extrapolar grandes conclusiones, el 60% de los que iban a abonar su compra con tarjeta se decantaron por el pago en met¨¢lico cuando mis dependientes les informaron de que les har¨ªamos una rebaja del 4%". No es un descuento espectacular, pero se nota: 400 pesetas por cada 10.000 pesetas.

En cambio, los responsables de las tarjetas de cr¨¦dito tienen una visi¨®n muy distinta del problema. Consideran que la posibilidad de abonar con dinero de pl¨¢stico constituye una comodidad muy valorada por la clientela y que ser¨ªa contraproducente que los gastos de las operaciones se le repercutieran al consumidor en lugar de al tendero. "En ese caso, la gente terminar¨ªa abandonando los peque?os negocios y se marchar¨ªa a las grandes superficies, que cuentan con tarjetas propias y no llevan comisi¨®n", apunt¨® un portavoz de Visa.

Inseguridad ciudadana

Lo cierto es que el crecimiento de las peque?as tarjetas bancarias con banda magn¨¦tica se antoja imparable, y su uso tambi¨¦n: en 1998, las ventas mediante este sistema se incrementaron en Madrid en torno al 26% con respecto al ejercicio anterior. El aluvi¨®n es tan llamativo que a determinadas horas del d¨ªa -hacia las siete de la tarde, los s¨¢bados a ¨²ltima hora de la ma?ana y en cualquier momento del d¨ªa en fechas se?aladas, como las navidades-, la compraventa se retrasa porque los enlaces con los diferentes terminales inform¨¢ticos de los bancos se encuentran al borde de la saturaci¨®n.Salvador Bellido est¨¢ convencido de que buena parte de este fen¨®meno se debe a la sensaci¨®n de inseguridad ciudadana que percibe parte de la poblaci¨®n. "La utilizaci¨®n de la tarjeta es mucho mayor en las grandes ciudades, donde la gente se siente m¨¢s tranquila sin dinero encima, que en las capitales de provincia. Y no deja de ser una paradoja que el factor de la inseguridad nos termine repercutiendo negativamente tambi¨¦n por este flanco", reflexiona.

El porcentaje de facturaci¨®n por tarjeta var¨ªa notablemente entre unos y otros sectores, seg¨²n los datos que ha recopilado Copyme entre sus afiliados. En alimentaci¨®n, el 25% de la factura de cada establecimiento corresponde al pl¨¢stico, una proporci¨®n que se eleva al 30% en el caso del equipamiento para el hogar, el 50% en ocio y el 60% en el caso de los art¨ªculos de uso y vestido.

Con todo, la palma se la llevan los restaurantes, donde 7 de cada 10 comidas se abonan con tarjeta de cr¨¦dito, siempre seg¨²n la confederaci¨®n del sector. Puesto que en este tipo de locales se aplica una comisi¨®n de entre el 3,15% y el 3,75%, el vicepresidente de Copyme, Salvador Bellido, calcula que se est¨¢ perdiendo entre uno y dos puestos de trabajo en cada uno de esos establecimientos.

La consigna que se han marcado los promotores de la protesta es la de no cejar en su empe?o hasta conseguir una reuni¨®n para abordar el problema con el presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca, Jos¨¦ Luis Leal, una posibilidad que hasta ahora no han podido concretar.

Luis Bl¨¢zquez, consejero de Econom¨ªa madrile?o y ex banquero, ha elogiado la "utilidad" de las tarjetas, pero aboga por un entendimiento entre las partes afectadas.