Argentina defrauda, pero empata
El equipo de Bielsa jug¨® un partido atolondrado frente a una decepcionante Holanda
Argentina conquist¨® el empate frente a Holanda sin apenas armas futbol¨ªsticas. Le falt¨® juego y continuidad, m¨¢s o menos como a Holanda, que no record¨® en ning¨²n instante su solvente actuaci¨®n en el Mundial de Francia. El partido se hizo ca¨®tico en el comienzo y no perdi¨® ese rasgo hasta el final.El encuentro despert¨® una gran expectaci¨®n por el precedente del Mundial. En aquella ocasi¨®n, Holanda elimin¨® a Argentino con un f¨²tbol delicioso que despert¨® la admiraci¨®n general. El encuentro supuso el final de Passarella como seleccionador, entre cr¨ªticas dur¨ªsimas por el decepcionante juego de su equipo, preso de una crisis de identidad.
Marcelo Bielsa, nuevo seleccionador argentino, apenas introdujo cambios con respecto a aquel partido. Faltaron Simeone, Chamot y Almeyda, todos lesionados. Redondo tuvo su oportunidad como medio centro, despu¨¦s de cinco a?os de ausencia del equipo nacional. Pero su retorno fue instrascendente. Pareci¨® superado por el encuentro, de corte aventado, sin control.
HOLANDA 1
ARGENTINA 1Holanda: Van der Sar; Reiziger, Kees van Wonderen (Bert Konterman, m. 45), Frank de Boer, Cocu, Seedorf, Zenden, Davids, Patrick Kluivert, Dennis Bergkamp (Marc van Hintum 78) y Overmars (Van Vossen 57). Argentina: Carlos Roa; Roberto Ayala, Nelson Vivas, Roberto Sensini (Gustavo Lopez, m. 80), Fernando Redondo, Mauricio Pochettino, Claudio Lopez, Javier Zanetti, Gabriel Batistuta, Ariel Ortega (Andr¨¦s Guglielminpietro, m 45; Hern¨¢n Crespo, m. 80), y Juan Veron. Goles. 1-O. M. 10. Davids, de disparo legano. 1-1. M. 84. Batistuta remata desde cerca. ?rbitro. Graham Poll (Inglaterra). Partido amistoso disputado en Amsterdam.
Argentina dedic¨® sus mejores esfuerzos a la presi¨®n. Sin embargo, no exist¨ªa coordinaci¨®n en el acoso. Todos corr¨ªan y cercaban a los holandeses en cualquier sitio, con un gasto de energ¨ªa que limitaba las posibilidades del equipo con la pelota. Una vez recuperada, Argentina depend¨ªa exclusivamente de Ver¨®n, jugador interesante, pero discontinuo. Porque alrededor de Redondo no hab¨ªa centrocampistas puros. Zanetti traslad¨® con demasiada frecuencia y Vivas pag¨® en el medio campo sus carencias. Al fin y al cabo, es un lateral.
?l encuentro qued¨® marcado por el tanto de Davids, tras un error incomprensible de Ayala, que olvid¨® una regla fundamental: un central no debe progresar por el medio con el bal¨®n. Davids lo intercept¨®, prepar¨® su dispar¨® y lanz¨® un remate sensacional. Argentina reaccion¨® con coraz¨®n y poco f¨²tbol. Lo ¨²nico destacable fue el concurso de Ver¨®n en las ¨²nicas acciones con riesgo para la porter¨ªa de Van der Saar.
Aunque confuso en muchas acciones, Ver¨®n particip¨® en tres ocasiones muy claras de su equipo en el ¨¢rea holandesa. Van der Saar sac¨® un remate con el pie y, poco despu¨¦s, Batistuta no consigui¨® aprovechar un excelente pase de Ver¨®n. El tiro golpe¨® el palo. El vers¨¢til jugador del Parma pareci¨® el ¨²nico capaz de interpretar con claridad un encuentro que derivaba hacia la confusi¨®n.
Para Redondo result¨® una noche dif¨ªcil. Le cost¨® distinguir sus labores. Acudi¨® a la presi¨®n, probablemente deseoso de complacer al nuevo seleccionador. Pero en el trabajo de elaboraci¨®n no tuvo ning¨²n peso. El partido iba por otro lado. Se convirti¨® en batiburrillo, sin jugadores capaces de encontrar el hilo.
Holanda dependi¨® de la hiperactividad de Davids y de la clase de Kluivert, el mejor jugador del partido. Cada una de sus intervenciones tuvo el sello de calidad que le falt¨® al encuentro. Como a Argentina, a Holanda le falt¨® un verdadero sustento futbol¨ªstico. No dispuso del bal¨®n, como acostumbra, y se meti¨® en el mismo f¨²tbol acelerado que sus rivales.
El equipo de Rijkaard se encontr¨® con un gol que no merec¨ªa. Lo defendi¨® mal que bien durante 80 minutos. S¨®lo en algunos momentos del segundo tiempo dio la medida de sus posibilidades. Siempre con Kluivert como protagonista, y siempre con problemas para los centrales argentinos. Pocchettino, que debutaba con la selecci¨®n, tuvo una actuaci¨®n discreta, preso de la tensi¨®n.
Si algo distingui¨® al equipo de Bielsa fue su tenacidad. Aun sin cualidades estrictamente futbol¨ªsticas, persigui¨® el empate con una cierta desesperaci¨®n. Se neg¨® a perder, cosa que habla de car¨¢cter, y aprovech¨® la expulsi¨®n de Davids para forzar el ¨²ltimo asalto al ¨¢rea holandesa. Consigui¨® su objetivo a ¨²ltima hora, en un centro de Piojo L¨®pez que pill¨® a todo el mundo en el primer palo. Y como suele suceder, Batistuta se encontraba en el segundo. Sin oposici¨®n, marc¨®. Un gol de toda la vida, t¨ªpico de un delantero inh¨¢bil para muchas cuestiones del juego, pero extremadamente rentable en la cuenta de goles, como volvi¨® a demostrar en Amsterdam.
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