Asfixiados por la falta de ingresos fiscales
Marco jur¨ªdico administrativo El mapa municipal de Catalu?a se caracteriza, como indica Josep Mir, de la Universidad Pompeu Fabra, por una excesiva fragmentaci¨®n: 946 municipios que adolecen adem¨¢s de "numerosas disfunciones en los t¨¦rminos municipales, como puede ser la existencia de n¨²cleos de poblaci¨®n a caballo entre m¨¢s de un t¨¦rmino municipal". Un estudio de la Generalitat cuenta m¨¢s de 300 disfunciones no resueltas en el mapa municipal de Catalu?a. Tambi¨¦n adolece de una fuerte descompensaci¨®n territorial: mientras que hay comarcas que no alcanzan los 10.000 habitantes, otras superan el mill¨®n y medio. La Generalitat no ha hecho nada en estos 20 a?os, seg¨²n Mir, para corregir y racionalizar el mapa municipal y se ha limitado a superponer a los anteriores niveles de administraci¨®n -ayuntamientos, diputaciones, etc¨¦tera- otros nuevos, los consejos comarcales, que padecen una fuerte crisis de legitimidad y funcionalidad. Y no ha resuelto el problema de la gobernabilidad de las ¨¢reas metropolitanas. Mir cree que, una vez consolidada la legitimidad democr¨¢tica de los ayuntamientos, deber¨ªa avanzarse en el principio de autonom¨ªa local y abordar una revisi¨®n del sistema electoral que permita una mayor identificaci¨®n con los cargos elegidos y m¨¢s control democr¨¢tico de su actividad. Manel Mas, presidente de la Federaci¨®n de Municipios, cita como una reforma posible la elecci¨®n directa del alcalde por los ciudadanos. Evoluci¨®n pol¨ªtica Desde las primeras elecciones democr¨¤ticas se han celebrado en total cinco comicios municipales en los que el mapa pol¨ªtico ha ido evolucionando hacia una progresiva partidificaci¨®n; es decir, "la progresiva ocupaci¨®n del escenario electoral por parte de los partidos pol¨ªticos", se?ala el equipo de an¨¢lisis pol¨ªtico del ¨¢rea de Ciencias pol¨ªticas de la Universidad Aut¨®noma. Si observamos un mapa coloreado de los municipios de Catalu?a seg¨²n la lista m¨¢s votada, se observa que en las primeras elecciones democr¨¢ticas se sit¨²an en primer lugar las candidaturas independientes, en segundo lugar las de CiU y a continuaci¨®n, a muy corta distancia, las de UCD, seguida del PSC. Poco a poco, los colores cambian y CiU acaba poniendo su color en la mayor parte del territorio a base de absorber las candidaturas ex franquistas de UCD y muchos de los independientes, que tienen con importante componente acomodaticio. La izquierda concentra su fuerza en una peque?a parte del territorio -las ¨¢reas metropolitanas- que en cambio tiene una gran fuerza demogr¨¢fica. Hacienda municipal Cuando los primeros alcaldes democr¨¢ticos tomaron posesi¨®n de su cargo, el 88% de los gastos consolidados del conjunto del sector p¨²blico estaba en manos de la Administraci¨®n central. Las corporaciones locales apenas controlaban el 11,9%. En 1996, la Administraci¨®n central controlaba el 65,5% del gasto p¨²blico, la auton¨®mica el 22,6% y los ayuntamientos hab¨ªan quedado estancados pr¨¢cticamente en el mismo lugar en que estaban: el 12%. Eso significa que el proceso de descentralizaci¨®n acometido durante estos a?os se ha hecho en beneficio exclusivo de las administraciones auton¨®micas y en absoluto, como hubiera parecido m¨¢s l¨®gico, en beneficio de la Administraci¨®n m¨¢s pr¨®xima al ciudadano, que es la local. En pa¨ªses con estructura federal, como Alemania, Austria, Canad¨¢ y Suiza, esta Administraci¨®n controla una media del 17,3%. Y en los pa¨ªses de la OCDE menos descentralizados, con dos niveles b¨¢sicos de Administraci¨®n, la central y la local, ¨¦sta controla un promedio del 29,57% del gasto consolidado. Adem¨¢s de este raquitismo de la hacienda local, N¨²ria Bosch y Antoni Castells, de la Universidad de Barcelona, se?alan que hasta 1991 los municipios catalanes tienen m¨¢s gastos corrientes e ingresos y el endeudamiento grava las arcas municipales de forma considerable. Esta tendencia comienza a invertirse a partir de 1992, con una recuperaci¨®n de la capacidad de ahorro gracias a la contenci¨®n del gasto (44.000 pesetas por habitante de promedio) y en 1994 se consigue por primera vez una situaci¨®n de super¨¢vit, que en 1996 es de 2.968 pesetas por habitante. Saneadas, pues, las cuentas locales no por un aumento de los recursos, sino por una contenci¨®n en el gasto, la Administraci¨®n local catalana adolece, seg¨²n N¨²ria Bosch y Antoni Castells, de dos problemas de fondo: la falta de peso espec¨ªfico del conjunto del sector p¨²blico espa?ol y la ausencia de una pol¨ªtica de impuestos adecuada, de modo que el sistema tributario local no dispone de mecanismos adecuados para adaptarse a la realidad de cada municipio. En estos aspectos deber¨ªan centrarse las reformas en los pr¨®ximos a?os. Urbanismo El urbanismo municipal de estos 20 a?os ha estado orientado en primer lugar a subsanar las enormes carencias previas y a implantar el concepto de planeamiento. En estos a?os se han aprobado 684 planes urban¨ªsticos, que abarcan el 76,4% del territorio catal¨¢n. S¨®lo quedan sin planeamiento las zonas menos habitadas, de modo que el 99% de la poblaci¨®n vive en municipios con plan urban¨ªstico aprobado. ?sta ha sido la gran obra de los ayuntamientos democr¨¢ticos, su gran campo de acci¨®n pol¨ªtica. Pero en este ¨¢mbito, Amador Ferrer y Joaquim Sabat¨¦, de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, se?alan una contradicci¨®n fundamental: se ha desarrollado un rico e intenso planeamiento local, pero esta acci¨®n de gobierno ha sufrido las secuelas de la estrepitosa ausencia de un planeamiento territorial. La Generalitat no ha abordado en estos a?os la confecci¨®n de planes territoriales, y la actuaci¨®n municipal ha quedado sin la necesaria vertebraci¨®n. Una de las carencias de la pol¨ªtica urban¨ªstica, en este caso imputable a los propios municipios, ha sido la incapacidad de articular dentro del planeamiento urban¨ªstico una pol¨ªtica de vivienda socialmente adecuada, mediante actuaciones destinadas a reducir el precio del suelo y a rescatar espacios para promociones p¨²blicas. Obra p¨²blica La situaci¨®n que encontraron los primeros gestores municipales en lo relativo a infraestructuras era desoladora. Su primer cometido fue, pues, abordar la modernizaci¨®n de las estructuras f¨ªsicas. Carme Bellet Sanfeliu y Joan Ganau Casas, del departamento de Geograf¨ªa y Sociolog¨ªa de la Universidad de Lleida, han analizado la estructura de la inversi¨®n p¨²blica licitada en los ¨²ltimos 20 a?os en Catalu?a por las distintas administraciones y llegan a una primera conclusi¨®n: los municipios catalanes han tenido menos inversiones que los del resto de Espa?a. La media anual de inversi¨®n por habitante es en este periodo en Catalu?a de 29.576 pesetas, frente a las 37.569 del promedio de Espa?a. El mayor volumen de inversiones se produce entre 1988 y 1994, periodo que concentra el 54% del total. Estos a?os incluyen las inversiones ol¨ªmpicas. Pues bien, incluso en este periodo de fuerte alza de la inversi¨®n, el volumen licitado en Catalu?a sigui¨® siendo inferior, en 12.000 pesetas por habitante y a?o, al del resto de Espa?a. Y la diferencia es imputable, en su mayor parte, a la baja inversi¨®n de la Administraci¨®n central en Catalu?a. S¨®lo en los ¨²ltimos a?os se ha corregido en parte esa diferencia. Los municipios afrontan ahora varios problemas: la dispersi¨®n y el caos de las fuentes de financiaci¨®n ("muchos municipios recurren a diversas administraciones para resolver el mismo problema", recuerdan Bellet y Ganau) y la necesidad de abordar determinados problemas (por ejemplo, los de saneamiento) desde una perspectiva supramunicipal. Servicios personales y colectivos Tras un primer periodo de diagn¨®stico y creaci¨®n de estructuras pol¨ªticas y asistenciales en el ¨¢mbito de los servicios personales y una fase posterior de consolidaci¨®n y extensi¨®n, los municipios tienen en el ¨¢rea de servicios uno de sus mayores retos. Han consolidado una red de asistencia primaria que en estos momentos est¨¢ al borde del colapso por el aumento de la demanda, y ha de abordar servicios especializados cada vez m¨¢s complejos en ¨¢reas que, como la juventud, la tercera edad o la marginaci¨®n, requieren la concurrencia de varias administraciones. Margarida Casta?er, Isabel Salamana y Joan Vicente, de la unidad de Geograf¨ªa de la Universidad de Girona, se?alan como principales retos de futuro aumentar los recursos, subsanar las carencias, dotarse de instrumentos de gesti¨®n e informaci¨®n que permitan optimizar los recursos, incentivar la participaci¨®n de los agentes privados en la promoci¨®n econ¨®mica, introducir el concepto de sostenibilidad en las actuaciones municipales y basar la competitividad en la educaci¨®n y la formaci¨®n.
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