De la pista de carreras a la adopci¨®n, pasando por una condena a muerte
"Estamos sorprendidos, nos han llamado de todas partes y ya casi no nos queda ning¨²n perro para ser adoptado". As¨ª de euf¨®rica hablaba la presidenta de la Associaci¨® de Defensa dels Animals d"Osona, Beatriu Cayuela, despu¨¦s de que los casi 250 galgos que cuidaba a la espera de encontrarles un propietario hayan ido partiendo hacia sus nuevas casas. El jueves por la tarde ya s¨®lo quedaban 112 y se prev¨¦ que en pocos d¨ªas todos abandonen la perrera y vayan a vivir con sus nuevos propietarios. Con estas adopciones acabar¨¢ una historia que empez¨® cuando hace un mes y medio cerr¨® el can¨®dromo Pabell¨®n de Barcelona. Tras el cierre, los propietarios de los galgos que all¨ª compet¨ªan optaron por llevar a los m¨¢s j¨®venes al otro can¨®dromo de la ciudad. A los m¨¢s viejos, en cambio, les esperaba un futuro peor, que pasaba por la inyecci¨®n letal. Cuando la noticia lleg¨® a o¨ªdos de esta entidad, se produjo una movilizaci¨®n para salvar a los galgos del sacrificio. Despu¨¦s de meterlos, como buenamente pudieron, en una granja de Vic, hicieron una llamada internacional para encontrar personas interesadas en adoptarlos. Era una llamada desesperada, ya que el coste de mantener a tantos animales habr¨ªa acabado r¨¢pidamente con el peque?o presupuesto de la asociaci¨®n. Las respuestas no tardaron en llegar, y lo han hecho de toda Europa y Estados Unidos. Marion Webb, responsable de la Sociedad Irlandesa para la Prevenci¨®n de la Crueldad hacia los Animales, se encontraba la semana pasada en Vic para ayudar a organizar las adopciones. Webb lleg¨® de Irlanda despu¨¦s que unos amigos estadounidenses la alertaran de la situaci¨®n de los galgos del can¨®dromo de Barcelona. "El sacrificio de estos perros es intolerable en una sociedad como la nuestra" se quejaba Webb. Esta irlandesa asegura que el problema de los perros de carreras es universal: "No s¨®lo ocurre aqu¨ª; en Irlanda y Gran Breta?a muchos can¨®dromos hacen lo mismo, y nos hemos tenido que enfrentar con muchos de ellos". En muchos pa¨ªses anglosajones, donde las carreras de galgos son muy populares, se han creado asociaciones dedicadas exclusivamente a cuidar los perros que ya no sirven para competir. Cuando se le pregunta a Marion Webb por las razones concretas que la han llevado hasta Catalu?a, su respuesta es tajante: "Por responsabilidad". Webb asegura sentirse "culpable" de que su pa¨ªs, Irlanda, sea uno de los grandes exportadores de cachorros de galgo para la competici¨®n. Por eso, ayer decidi¨® hacerse cargo de los 112 animales que quedan en la improvisada perrera de la Associaci¨® de Defensa dels Animals d"Osona. En los pr¨®ximos d¨ªas, la asociaci¨®n que ella representa intentar¨¢ buscar una casa para cada uno de los perros que a¨²n quedan en Vic. En principio se les buscar¨¢ un hogar en Irlanda y en Gran Breta?a, pero no se descarta que se puedan llevar hacia otros pa¨ªses de Europa e incluso a Estados Unidos. Pocos de ellos se quedar¨¢n en Espa?a, puesto que la responsable de la entidad irlandesa no conf¨ªa mucho en las buenas intenciones que han mostrado algunos interesados de este pa¨ªs. "No es que no me f¨ªe de los espa?oles, pero conozco gente en varios pa¨ªses que cuidar¨¢n bien de los perros", se esforzaba a explicar Webb. Las restricciones a la hora de adoptar un perro han originado m¨¢s de un conflicto. Manuel Callao y su mujer, residentes en Castell¨®n, se mostraron molestos porque se les estaban poniendo muchos problemas para adoptar una pareja de galgos. Callao asegur¨® que tiene experiencia en el trato con perros y explic¨® que quer¨ªa los galgos para llev¨¢rselos a correr con ¨¦l. Aun as¨ª se encontr¨® con la negativa de la representante de la Sociedad Irlandesa para la Prevenci¨®n de la Crueldad hacia los Animales. Al cabo de un buen rato de discusi¨®n, se lleg¨® al acuerdo de que esta entidad se encargar¨ªa de llevarle un par de perros despu¨¦s de comprobar su idoneidad para cuidarlos. Tanto control en las adopciones no es fortuito. Las protectoras de animales aseguran que muchos galgos acaban ahorcados en ¨¢rboles o envenenados cuando los propietarios descubren que tener un perro de estas caracter¨ªsticas implica ciertos sacrificios. Una adoptante, Aurora Freixa, explicaba ayer el cambio de vida al que le ha llevado la pareja de galgos que tiene desde la semana pasada: "Mi marido y yo nos levantamos a las siete y los sacamos a correr tres veces al d¨ªa". Aun as¨ª, esta adoptante no se queja, ya que convencer a su pareja para adoptarlos no fue una tarea f¨¢cil: "Me cost¨® peleas, sudor y l¨¢grimas", comentaba con una expresiva sonrisa en la boca. Desde que la dificil situaci¨®n de estos galgos apareci¨® en los medios de comunicaci¨®n, mucha gente se ha interesado en las adopciones. No obstante, la presidenta de la Associaci¨® de Defensa dels Animals d"Osona ha puesto unos requisitos b¨¢sicos: "No hemos dado ning¨²n perro a gente que los quiera para la reproducci¨®n ni para hacer carreras", asegura. El posible sacrificio de los 250 galgos ha generado reacciones en todo el mundo durante los ¨²ltimos d¨ªas. La entidad osonense ha recibido cientos de llamadas de toda Europa y Estados Unidos que han producido una gran sorpresa en la entidad. La Sociedad Irlandesa para la Prevenci¨®n de la Crueldad hacia los Animales tambi¨¦n ha visto como su trabajo con los perros tocaba el coraz¨®n a m¨¢s de uno: "Estamos recibiendo dinero de gente de medio mundo y esperamos no defraudarles", explica Webb.
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