Postal al d¨ªa
?ltimos retoques de las fachadas del Palacio de Correos, tras una restauraci¨®n de dos a?os
La restauraci¨®n exterior del Palacio de Correos acaba de concluir sobre los 10.000 metros cuadrados de fachadas que dan a la calle de Alcal¨¢ y la plaza de Cibeles. En las pr¨®ximas semanas, las tres esferas reci¨¦n reinstaladas de su gran reloj, a unos 70 metros sobre el suelo, el m¨¢s prominente de Madrid, volver¨¢n a dar las horas una vez reiluminadas sus agujas y palos. Las obras de las fachadas han costado algo menos de 500 millones de pesetas. Han durado dos a?os, tras algunas intermitencias presupuestarias. Han sido ejecutadas por operarios de conservaci¨®n del Patrimonio Art¨ªstico, adem¨¢s de los de varias contratas. Los andamios que cubr¨ªan el torre¨®n central del palacio, que data de 1917, han sido desmontados casi al completo. Quedan a¨²n algunos remates en los frontales del paseo del Prado y Montalb¨¢n.Bel¨¦n Isla, arquitecta del departamento de Arquitectura de la Secretar¨ªa General de Comunicaciones, fue la autora del proyecto de restauraci¨®n y es la directora de obra. "A?os atr¨¢s", explica, "sobrevino un desprendimiento s¨®lido sobre el suelo de la calle, que aceler¨® la urgencia de la reforma". Este hecho oblig¨® a cubrir los principales pin¨¢culos de la edificaci¨®n. "Optamos por embutirlos con mallas y hemos comprobado que esta iniciativa ha sido adoptada luego en numerosas restauraciones madrile?as", indica.
Todas las fachadas han sido delicadamente adecentadas con t¨¦cnicas que abarcan desde el mero chorro de agua hasta los rayos l¨¢ser, seg¨²n su grado de deterioro. Las zonas m¨¢s erosionadas han sido preconsolidadas y tratadas mediante hidrofugantes. Pero las tareas m¨¢s costosas han consistido en la eliminaci¨®n de los recrecidos, su ulterior reinstalaci¨®n y el tratamiento de los anclajes f¨¦rreos que engarzaban numerosos sillares y piezas de la estructura del edificio. Ahora han sido reemplazados por otros nuevos, de acero inoxidable.
"La principal sorpresa ha sido la de descubrir la extraordinaria riqueza ornamental, modernista, que las fachadas conten¨ªan. Sobreabundan los leones. Esta riqueza no era perceptible desde la calle, ya que la orientaci¨®n del edificio y las copas de los ¨¢rboles de la plaza la cegaban", se?ala Isla. "Adem¨¢s de los casi cuarenta pin¨¢culos que el edificio tiene, posee decenas de grupos escult¨®ricos, con sirenas, atlantes y tritones, as¨ª como una riqu¨ªsima gama her¨¢ldica, medallones con rostros de navegantes y motivos navales. Las esculturas son obra, principalmente, del escultor ?ngel Garc¨ªa", detalla. De esta forma, Madrid recupera la visi¨®n de uno de sus principales emblemas urbanos que, por su aspecto catedralicio, el escritor Ram¨®n G¨®mez de la Serna denomin¨® Nuestra Se?ora de las Comunicaciones.
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