Torre Bar¨® recuerda a Jordi Pujol que el metro a¨²n no llega al barrio
La sombra del metro plane¨® sobre la visita que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, realiz¨® ayer tarde a Torre Bar¨® y Ciutat Meridiana, en Nou Barris. La promesa electoral realizada por Converg¨¨ncia i Uni¨® en la campa?a de las pasadas elecciones municipales -todav¨ªa en tr¨¢mite de cumplirse- pes¨® como una losa en esta visita del presidente de la Generalitat porque algunos vecinos de Torre Bar¨® le recriminaron que a¨²n no se haya realizado.
Aunque el recorrido de Pujol se produjo cuando est¨¢ a punto de cerrarse el acuerdo entre los vecinos y la Direcci¨®n General de Transportes de la Generalitat para que un metro ligero conecte finalmente los barrios de Ciutat Meridiana, Torre Bar¨®, Can Cuy¨¤s y Vallbona, se notaba que los presidentes de algunas entidades vecinales ten¨ªan ganas de recordarle los compromisos contra¨ªdos en las pasadas elecciones municipales, cuando afirm¨® que el metro llegar¨ªa a estos barrios. El periplo de Pujol por la zona norte de Nou Barris dio comienzo en Trinitat Nova, donde inaugur¨® la ampliaci¨®n de la Escuela Superior de Conservaci¨®n y Restauraci¨®n de Bienes Culturales. Muy cerca de all¨ª trabajaban las m¨¢quinas en la prolongaci¨®n de la l¨ªnea IV del metro, que ahora tiene el final en la v¨ªa J¨²lia (Roquetes). Las obras acabar¨¢n a final de a?o. Pese a que Pujol dijo que su visita no ten¨ªa nada que ver con el metro, era consciente de que esta reivindicaci¨®n iba a estar presente y reconoci¨® que "si no tuviera la percepci¨®n de que estamos cumpliendo los compromisos contra¨ªdos, quiz¨¢ no habr¨ªa venido". El ambiente estaba crispado y desde la Asociaci¨®n de Vecinos de Torre Bar¨® se encargaron de demostrarlo interrumpiendo en varias ocasiones a Pujol en la conferencia de prensa, aunque ¨¦l cape¨® el temporal como pudo. La llegada de Pujol a la plaza Roja de Ciutat Meridiana fue sonada. Una banda de tambores y trompetas le hizo los honores. Un grupo de j¨®venes que ped¨ªa la legalizaci¨®n de las drogas blandas se confund¨ªa con los vecinos que se acercaban para recriminarle por no haber visitado hasta ahora Torre Bar¨® o alg¨²n chaval que le ped¨ªa un aut¨®grafo. El motivo oficial de su visita era inaugurar una oficina de Bienestar Social en la plaza Roja, m¨¢s conocida popularmente entre el vecindario de la zona como "oficinas de malestar social" porque, seg¨²n explic¨® un dirigente vecinal, son las primeras que ocupan cuando surgen conflictos. Pujol no gan¨® ayer para sobresaltos, aunque sin torcer el gesto. Si alg¨²n dirigente vecinal puso a prueba su paciencia interrumpi¨¦ndole a cada paso, algunos de sus admiradores se excedieron en su demostraci¨®n de afecto. Cuando desde el escenario sonaba el pasodoble Espa?a ca?¨ª, un fornido vecino se abalanz¨® para darle un sonoro beso. Pujol se apart¨® para evitar que le estampara un segundo beso en la otra mejilla, dici¨¦ndole: "?No me estropee, oiga!". En ese momento de intensa actividad para el servicio de seguridad del presidente estall¨® una traca de petardos que ensordeci¨® y asust¨® a la concurrencia. Catal¨¢n y castellano El discurso de Pujol empez¨® en castellano ante un variopinto p¨²blico atra¨ªdo por los redobles de la banda. Arranc¨® suave diciendo: "Ten¨ªa dudas de que me entendieran en catal¨¢n, pero he visto que lo entienden perfectamente porque han gritado cuando el representante del Ayuntamiento, ?lex Montes, se ha referido al metro". Pujol fue intercalando el catal¨¢n y el castellano para decir que estos barrios necesitan una atenci¨®n especial del Ayuntamiento y de la Generalitat. No en vano apostill¨® que se han invertido 18.000 millones de pesetas en cinco a?os. La visita de Pujol finaliz¨® con una reuni¨®n con los presidentes de las entidades a la que se impidi¨® la entrada a los periodistas de la comitiva.
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