El Congreso de J¨®venes Fil¨®sofos debate en Madrid las diferentes caras de la tragedia

Muchas virtudes tiene la tragedia: es rom¨¢ntica, redime al hombre de lo falso de la realidad y su alma es alegre. Al menos en el sentido cl¨¢sico, seg¨²n algunas de las conclusiones del XXXVI Congreso de J¨®venes Fil¨®sofos, dedicado a Lo tr¨¢gico y clausurado ayer en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid. "La realidad es falsa pero, en cambio, es alegre el descubrimiento de esa falsedad", dijo Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo, que particip¨® como invitado en el congreso y para quien las cat¨¢strofes de las guerras por televisi¨®n "son tragedias malas porque s¨®lo producen compasi¨®n".

?Qu¨¦ tiene de bueno la tragedia? ?se fue uno de los interrogantes que rastrearon m¨¢s de doscientos j¨®venes fil¨®sofos de Espa?a, Portugal, Italia y Argentina y que hallaron una de las respuestas en boca de Garc¨ªa Calvo: "?Es alegre!", porque, para el sexagenario fil¨®sofo, el descubrimiento de la falsedad "no es m¨¢s que el hallazgo de la verdad. ?Eso es alegre!".Con estas palabras, Garc¨ªa Calvo cerr¨® su intervenci¨®n el jueves en el C¨ªrculo de Bellas Artes, al igual que tambi¨¦n lo hicieron como invitados especiales durante el encuentro Quint¨ªn Racionero, Jorge P¨¦rez Tudela, Patxi Lanceros, Carlos Fern¨¢ndez Liria, Gabriel Aranzueque y Miguel Cereceda, organizador del congreso y profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, para quien el tema de lo tr¨¢gico se ha escogido "por lo que supone de fracaso en la realizaci¨®n de una sociedad humana justa y libre".

Los autores m¨¢s citados durante las jornadas celebradas en Madrid fueron Nietzsche, Hegel, Simmel, Pascal, Arist¨®teles, Plat¨®n, Her¨¢clito... El acercamiento a Lo tr¨¢gico lo hizo Garc¨ªa Calvo con una charla titulada La rotura del sujeto porque, asegura, "sin una rotura no hay tragedia. ?Romper! La rotura, la cat¨¢strofe, es necesaria para entender esto de lo tr¨¢gico". Luego critic¨® el uso de la palabra "sujeto" para referirse a alguien de poco fiar, por lo que agreg¨® que "un sujeto es un mal sujeto", pero para el fil¨®sofo "todos somos malos sujetos" porque poco a poco el hombre descubre que est¨¢ hecho de fragmentos y que nunca termina de ser uno"; "estamos mal hechos", concluy¨®.

Esta ¨²ltima afirmaci¨®n la respald¨® diciendo que el yo est¨¢ roto y es un mal constitutivo. Record¨® que es el descubrimiento del alma por parte del psicoan¨¢lisis el que establece que uno no era uno porque estaba roto y en continua contradicci¨®n. En resumen, que "uno que cree que sabe lo que hace, no sabe lo que hace. Pero esa rotura est¨¢ tapada. Todos creemos que somos uno, el del carnet de identidad. Y es cuando sucede algo que destapa lo que revela la contradicci¨®n que hay en uno y que no era quien pens¨¢bamos". Es en ese instante cuando ha de aparecer la tragedia.

La literatura y el cine actuales no se libraron de los comentarios de Garc¨ªa Calvo, para quien las buenas tragedias no tienen espacio para juicios morales, son lugares donde los buenos y los malos no existen. Puso entonces de estandarte a La Iliada: "Es una verdadera obra donde todos son malos". La alegr¨ªa es como el alma de la tragedia, y por eso insisti¨® en que "una tragedia bien hecha es alegre. ?Da alegr¨ªa!".

Los medios

Todo lo contrario a lo que sucede con las llamadas tragedias reales cargadas de moralismos y cuyas im¨¢genes divulgan los medios de comunicaci¨®n, sobre todo la televisi¨®n, y que s¨®lo producen compasi¨®n. "Son tragedias malas y aburridas porque toda tragedia en la que hay compasi¨®n y conmiseraci¨®n en los h¨¦roes son malas obras", asegur¨® Garc¨ªa Calvo.Es entonces cuando los medios de comunicaci¨®n se convierten en una tragedia, seg¨²n Gabriel Aranzueque, debido a que "la repetici¨®n de las cat¨¢strofes produce en el espectador pereza de pensar y reflexionar sobre los hechos".

Para Quint¨ªn Racionero, una virtud de la tragedia es que la persona tome conciencia de la realidad y de que pertenece al mundo de la tierra, de la vida, de la muerte y de lo que pasa entre ellas. "Es un privilegio que se debe en parte a la interpretaci¨®n que hizo Grecia del romanticismo".

"La tragedia canta el paso inexorable del tiempo destructor, el car¨¢cter irresoluble del conflicto de estar vivos", seg¨²n Aranzueque. Para este joven fil¨®sofo, investigador de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, el fulgor de la tragedia "s¨®lo nos abraza por completo cuando acecha nuestro destino".