Tienen toda la raz¨®n
El proceso de negociaci¨®n y resoluci¨®n propiamente dicho... se realizar¨ªa en unas condiciones de ausencia permanente de todas las expresiones de violencia del conflicto... Ello conlleva que una negociaci¨®n resolutiva no comporte imposiciones espec¨ªficas, respete la pluralidad de la sociedad vasca, sit¨²e todos los proyectos en igualdad de condiciones de consecuci¨®n. No, no son buenos deseos del portavoz del Gobierno ni tampoco extractos del fenecido Pacto de Ajuria Enea. Son p¨¢rrafos de la Declaraci¨®n de Lizarra suscrita por el PNV y el resto de las formaciones nacionalistas vascas. Y, por supuesto, tienen toda la raz¨®n, como la tienen al convocar una manifestaci¨®n por la paz -por cierto, de escaso ¨¦xito- y un paro, hoy, de una hora de duraci¨®n.El problema es ?contra qui¨¦n se manifiestan o contra qui¨¦n paran? Pues que haya paz con Euskadi no depende ni de Madrid ni de Par¨ªs, depende de Bilbao o Vitoria. Euskadi lleva lustros proyectando sus problemas sobre otros para no tener que negociarlos internamente. Esta idea de que quien "revienta" la paz es quien se opone a la violencia mientras que los violentos piden paz ?no es mirar la realidad en negativo? Pues una de dos, o atendemos a Lizarra, y entonces quien lo incumple -como antes Ajuria Enea- es EH, de modo que mal podr¨ªa el PNV ir de su mano, o nos olvidamos de Lizarra para poder pactar con EH, pero entonces es el PNV quien impide la paz. ?Quiere usted la paz? Pues abandone la violencia, as¨ª de sencillo. Pero sigamos oyendo lo que dicen.
Pues tiene tambi¨¦n toda la raz¨®n el PNV cuando asegura que frente a la mejora constante de la econom¨ªa, el bienestar y la cultura hay una degeneraci¨®n d¨ªa a d¨ªa del Estado de derecho y el terrorismo que se va diluyendo en la m¨¢s tr¨¢gica impunidad. Y es mucho m¨¢s cierto a¨²n que hay un deterioro de la Constituci¨®n, que se burla el Estatuto, que se asiste a un abejorramiento de la justicia... por las instancias pol¨ªticas y que, en definitiva, el Estado de derecho en vez de perfeccionarse con la pr¨¢ctica democr¨¢tica est¨¢ degenerando cada d¨ªa. No es frecuente tanta capacidad de an¨¢lisis: el PNV ha conseguido mirarse en el espejo con inusitada precisi¨®n y ha hecho un diagn¨®stico casi perfecto. S¨®lo que, una vez m¨¢s, lo ha hecho sobre el negativo. Pues es cierto que pretende diluir el terrorismo de ETA en la m¨¢s total impunidad; es cierto que es dif¨ªcil ejercer la justicia en Euskadi; es muy cierto que el Estado de derecho se deteriora cada d¨ªa all¨ª.
Todo eso est¨¢ ocurriendo y por ello tiene tambi¨¦n sentido pedir observadores internacionales del proceso democr¨¢tico vasco, pero para que comprueben si el Gobierno del PNV ha conseguido imponer un orden civil de convivencia que permita elecciones libres o si, pasivamente aliado con j¨®venes matones callejeros, est¨¢ imponiendo un Estado f¨¢ctico de excepci¨®n donde ni la justicia se puede ejercer con libertad, ni se pueden completar las listas electorales por temor a ser agredido y ni siquiera se puede presentar un libro en la Universidad. De modo que es cierto, cabe dudar si en Euskadi se dan condiciones para unas elecciones libres. Pero ello no por Madrid o Par¨ªs, sino por la complicidad del propio Gobierno del PNV, que tiene aherrojada a su polic¨ªa, defiende a los culpables de 800 asesinatos, nombra una comisi¨®n parlamentaria para dialogar con las v¨ªctimas compuesta por los propios asesinos y se manifiesta por la paz de la mano de los incendiarios.
Finalmente, tambi¨¦n tiene raz¨®n el PNV cuando dice que "Euskal-Herria tiene la palabra". Pero se da la circunstancia de que s¨®lo dos d¨ªas m¨¢s tarde de esas explosivas declaraciones del PNV, y en una encuesta del CIS, los vascos han vuelto a decir lo que son y quieren, y as¨ª, frente a menos de un 30% que dicen ser s¨®lo vascos, casi el 60% expresa un sentimiento de doble identidad y m¨¢s de un 5% afirma ser s¨®lo espa?ol. Eso es lo que el pueblo vasco es y quiere ser en sus dos terceras partes, espa?ol y vasco, vasco y espa?ol, y lo lleva diciendo hace a?os. Y eso es lo que los nacionalistas no quieren o¨ªr a pesar de firmar declaraciones instando a respetar la pluralidad de los vascos.
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