Ayuntamientos democr¨¢ticos
Ahora tienen 20 a?os, que dir¨ªa Serrat y ellos no estaban all¨ª... En abril de 1979 se celebraron las primeras elecciones democr¨¢ticas para la constituci¨®n de los ayuntamientos -a los cuatro meses de aprobada la Constituci¨®n- y fue un momento pol¨ªtico tan importante como ¨¦ste, junto con la celebraci¨®n de las primeras elecciones generales y m¨¢s tarde la conquista de la autonom¨ªa para Andaluc¨ªa. ?sta no existir¨ªa sin el papel que en su consecuci¨®n jugaron los Ayuntamientos de entonces; que no se olvide que fueron ¨¦stos los que iniciaron el proceso que permiti¨® que luego los andaluces ganaran el 28 de febrero de 1980 la autonom¨ªa plena para Andaluc¨ªa. Las primeras elecciones municipales significaron la certeza de que la democracia iba a ser ya una realidad en los m¨¢s de 8.000 municipios de Espa?a y que la elecci¨®n directa por los vecinos de sus representantes iba por fin a ser posible, acabando con el oscurantismo en el que hab¨ªan estado inmersos durante los largos a?os de la dictadura. Con ellos la democracia era ya m¨¢s tangible; era algo que se pod¨ªa ver y palpar de una forma muy cercana... pero ellos, los populares, no estaban all¨ª; los dem¨¢s, s¨ª. Todos hemos cambiado, afortunadamente, mucho a lo largo de estos a?os y la derecha tambi¨¦n, pero es verdad que el PP como tal, entonces no exist¨ªa, aunque s¨ª estuvieran presentes muchos de los que hoy se encuentran ejerciendo la pol¨ªtica en el partido del Gobierno. Si recuerdo estas cosas no es porque dude del car¨¢cter del Partido Popular, que no es el caso, sino por el nulo entusiasmo que dicha conmemoraci¨®n ha suscitado en el Gobierno, en su partido y en la mayor¨ªa de sus alcaldes, hoy regidores de la mayor parte de los grandes municipios espa?oles. Concretamente en Andaluc¨ªa las ocho capitales de provincia tienen, espero que por poco tiempo -y ustedes lectores comprender¨¢n que piense as¨ª-, alcaldes y alcaldesas del PP, y han hecho que pase la celebraci¨®n de una fecha hist¨®rica para la democracia espa?ola sin pena ni gloria, y es una l¨¢stima. ?Por qu¨¦ ninguno de los regidores y regidoras de nuestros grandes municipios lo ha festejado? No se me ocurre otra respuesta que la de que ellos no estaban all¨ª, sino no se entiende, pero no deja de ser un poco ruin y algo miserable. Yo fui concejal del Ayuntamiento de Sevilla en 1979 y vicepresidenta de la Diputaci¨®n provincial y luego he sido otras muchas cosas, y no recuerdo nada m¨¢s emocionante ni importante en mi vida pol¨ªtica que aquellas primeras elecciones democr¨¢ticas, en la que entr¨¢bamos a gobernar pueblos y ciudades sin sabe apenas que es lo que ten¨ªamos que hacer con eso de la gesti¨®n de la cosa p¨²blica. El entusiasmo de la gente, la ilusi¨®n de los ciudadanos fue tan importante y tan generalizada que merec¨ªa la pena, sin duda, recordarlo, y no por ning¨²n af¨¢n de nostalgia ni porque crea que cualquier tiempo pasado fue mejor, que no lo creo -cada momento tiene sus afanes-, sino porque en la vida de los pueblos, como en las de las personas, es importante el recuerdo; hay que conocer por qu¨¦ han pasado las cosas y c¨®mo nos han pasado, para mejorar nuestro quehacer cotidiano y poder transmit¨ªrselo a las generaciones futuras. La historia reciente de Espa?a no se puede entender sin conocer la historia de sus municipios, que son el primer n¨²cleo de la convivencia ciudadana. ?Y c¨®mo han cambiado las cosas desde entonces! Habr¨¢ que hacer, pueblo a pueblo, la historia de los ayuntamientos democr¨¢ticos y todo lo que supusieron. Hoy s¨®lo quiero que estas palabras sirvan de homenaje a cuantos hombres y mujeres tiramos del carro municipal en aquellos a?os, en los que gobern¨®, gracias a los pactos entre los distintos partidos, la izquierda en las ocho capitales andaluzas y en la mayor¨ªa de sus pueblos, pero tambi¨¦n quiero recordar a la derecha de entonces, la UCD, que s¨ª que era un partido de centro -aunque de todo hubiera en la vi?a del se?or-, y su muy diferente talante con respecto a los que hoy nos gobiernan. Tambi¨¦n, como nosotros, cometieron errores. El m¨¢s grave de todos fue, sin duda, no entender a los andaluces en su lucha por la autonom¨ªa, pero estoy segura de que si ellos hubieran sido los que gobernaran hoy los ayuntamientos andaluces no hubiera ca¨ªdo la conmemoraci¨®n en el olvido. Tanto han cambiado las cosas que en aquel primer Ayuntamiento democr¨¢tico de la ciudad de Sevilla apenas ¨¦ramos tres las mujeres concejales, y hoy Sevilla tiene a una mujer por alcaldesa y en las pr¨®ximas elecciones municipales se va m¨¢s que a triplicar la presencia de las mismas. No entiendo lo que ha pasado. ?Qu¨¦ trabajo le hubiera costado a Soledad Becerril, por ejemplo, reunir un d¨ªa a todos aquellos que representaron la llegada de la democracia al consistorio hispalense? ?Piensa que el recuerdo de Luis Uru?uela (PA), Antonio Rodr¨ªguez Almod¨®var (PSOE), Alonso Balosa (entonces, como tantos otros, PCE) y Rafael L¨®pez Polanco (UCD) iba a producirse alg¨²n dem¨¦rito? ?Tan ocupados se hallan en esta larga precampa?a que no tienen tiempo para ocuparse de estas cosas que tambi¨¦n son importantes? Lamento profundamente que aquellos primeros alcaldes y concejales andaluces no hayan podido ser recordados en aquellos ayuntamientos que gobernaron con tanto entusiasmo y en unos momentos tan dif¨ªciles para todos. Se inici¨® una andadura que deb¨ªa haberse conmemorado, pero a algunos parece como si se les nublaran las entendederas cuando se acercan unas elecciones. ?Qu¨¦ le vamos a hacer! Para todos ellos va desde aqu¨ª mi m¨¢s entra?able recuerdo... todav¨ªa queda tiempo para rectificar. Espero que as¨ª se haga.
Amparo Rubiales es diputada socialista.
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