Inmovilismo y plan de choque
El pasado jueves se conoc¨ªa la evoluci¨®n de los precios en Espa?a durante el pasado mes de marzo: el ¨ªndice de precios al consumo (IPC) sub¨ªa un 0,4% -el doble de lo previsto en el mejor de los casos- y la tasa anual se situaba en el 2,2%, sobrepasando el objetivo del Gobierno para todo el a?o. Un d¨ªa despu¨¦s, el Consejo de Ministros aprobaba un decreto-ley antiinflacionista que rebajaba la mayor¨ªa de los precios regulados: electricidad (un 1,5%), tarifas telef¨®nicas (entre el 10% y el 20%, excepto las urbanas), peajes de las autopistas (un 7%, con compensaciones a las empresas concesionarias), m¨¢rgenes de distribuci¨®n de productos farmac¨¦uticos para mayoristas (1,5%), gas natural (entre un 2% y un 4%), reducci¨®n de los aranceles que cobran los notarios y registradores en las hipotecas (un 25%), etc¨¦tera. La celeridad con que se debe aplaudir la reacci¨®n del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda al conocer la subida de la inflaci¨®n tiene otra cara en su interpretaci¨®n: el inmovilismo del Ejecutivo, que ha dejado que la situaci¨®n se pudra antes de actuar. La mayor parte de los analistas hab¨ªan pronosticado el susto en los precios. Si se pod¨ªan bajar las tarifas que ahora lo han hecho sin poner en riesgo el modelo, ?por qu¨¦ han tardado tanto en hacerlo?
Una de las principales cr¨ªticas que ha de digerir el equipo de Rodrigo Rato es que en 1996 puso el piloto autom¨¢tico, acompa?ado por la coyuntura y por las tendencias que hab¨ªa dejado implantadas el ¨²ltimo ministro de Econom¨ªa socialista, Pedro Solbes, y que no ha aprovechado los tiempos de bonanza para hacer las reformas pendientes, que le generar¨¢n impopularidad en los sectores afectados. Todo lo que a Aznar le suena a impopularidad lo deja para m¨¢s adelante, y que arree el que llegue: que la guerra de Kosovo est¨¢ complicada, perfil bajo y que aguanten el chaparr¨®n Solana, Clinton y los socialdem¨®cratas europeos; que los aeropuertos son una cat¨¢strofe, culpa de la imprevisi¨®n socialista; que los precios suben por la falta de transparencia en su composici¨®n y por una competencia imperfecta en los servicios, privatizaciones a destajo para hacer liquidez, pero sin tocar los mecanismos m¨¢s sensibles que pueden limitar sus apoyos (?por cierto, qu¨¦ pasa con el monopolio del gas?).
El hecho de que la inflaci¨®n haya superado en marzo el objetivo del 1,8% para todo el a?o tiene bastantes implicaciones negativas. En primer lugar, para la credibilidad del propio Gobierno, que ha hecho bandera de que, al rev¨¦s de los socialistas que no cumpl¨ªan lo que programaban, el PP s¨ª lo hac¨ªa con las cifras que presentaba al Parlamento. En segundo lugar, y lo m¨¢s importante, negativo para la competitividad de la econom¨ªa espa?ola en relaci¨®n con la UE y, sobre todo, con la zona euro: el IPC de marzo, en tasa anual, es el triple del promedio del IPC de los 11 pa¨ªses del euro en febrero: se aleja la convergencia nominal y la real. En tercer lugar, para el ahorro: el repunte de la inflaci¨®n sit¨²a las cuentas corrientes de bancos y cajas de ahorro en rentabilidad real negativa, lo que equivale a que el dinero all¨ª depositado pierda poder de compra y a que se deduzca que el mejor ahorro es el que se gasta, no lo que se guarda. Un est¨ªmulo a?adido a la inflaci¨®n.
Otro efecto negativo tiene que ver con la decisi¨®n tomada por el Banco Central Europeo (BCE) hace dos semanas. Si el tipo de inter¨¦s ha quedado en el 2,5% y la inflaci¨®n es del 2,2%, la tasa real de inter¨¦s es del 0,3%, tan baja que sin duda estimular¨¢ el endeudamiento y el gasto, y de nuevo, el peligro inflacionario. Si a esto le a?adimos una fuerte demanda interna, atizada por el crecimiento del empleo y por el incremento del poder adquisitivo de los salarios a trav¨¦s de la bajada de las retenciones a cuenta, el panorama es inquietante.
De lo que se deduce que despu¨¦s de la terapia de choque del decreto-ley (el Ejecutivo ha estimado que reducir¨¢ el IPC en 0,3 puntos) siguen siendo imprescindibles las reformas estructurales pendientes y, quiz¨¢, un ajuste fiscal a mitad de a?o si en abril la inflaci¨®n contin¨²a creciendo a este ritmo.
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