Los intocables
LUIS ?NGEL HIERROLos datos de inflaci¨®n han provocado la primera alarma en el Ministerio de Econom¨ªa, que se ha visto obligado a anticipar medidas econ¨®micas previstas para el lanzamiento de la campa?a electoral de Aznar a las elecciones generales de la primavera del a?o pr¨®ximo. El decreto y las explicaciones dadas resumen de manera magistral la esencia de la pol¨ªtica econ¨®mica de Rato. En las explicaciones no aparece el efecto inflacionista provocado por la reducci¨®n del IRPF que, en buena l¨®gica con el concepto de renta permanente de Friedman, se ha traducido en una expansi¨®n adicional del consumo y de la inflaci¨®n v¨ªa demanda. Y cuando hay que hablar del precio de la vivienda, cuya inflaci¨®n era inevitable por la conjunci¨®n de la medida anterior con la ca¨ªda de tipos de inter¨¦s y el movimiento de dinero negro, se les echa las culpas a las comunidades aut¨®nomas. El Gobierno nunca falla, si hay fallos son de los dem¨¢s. Y los contenidos son transparentes: a las el¨¦ctricas se les hace pagar con reducciones ¨ªnfimas en las tarifas el anticipo inexplicado de m¨¢s de un bill¨®n de pesetas; en los tel¨¦fonos se toca casi todo menos el monopolio de las llamadas locales, para que Telef¨®nica pueda seguir financiando su aventura americana; los peajes de las autopistas se reducen a cambio de compensaciones pagadas por todos los contribuyentes; en los medicamentos se recorta el margen de las compa?¨ªas pero no el de los farmac¨¦uticos, y en los vuelos se cargan las tintas sobre los pilotos, bestias negras medi¨¢ticas del caos a¨¦reo, y por supuesto, no se liberalizan los vuelos internos. No obstante, de entre las medidas aprobadas destaca, por lo inusual, el recorte de los aranceles de notarios y registradores, el m¨¢s selecto grupo de intocables de nuestro pa¨ªs. Nada m¨¢s y nada menos que el 25% en asuntos relativos a las hipotecas. Al parecer, acabamos de darnos cuenta de que estos intocables, que no cumplen ninguna misi¨®n social que no pudiese realizarse directamente por la Administraci¨®n, cobran en demas¨ªa. Aparte, claro est¨¢, de estar al margen de cualquier sometimiento a la competencia que se les exige a la mayor¨ªa de los productores de bienes y servicios de este pa¨ªs. Todo un descubrimiento. Aunque al menos en este caso hay que premiar la valent¨ªa de Rato.
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