Miles de ciudadanos en la monta?a

VIENE DE LA P?GINA 1 Por 300 pesetas los adultos y 100 los estudiantes, pensionistas y parados, la vegetaci¨®n mediterr¨¢nea se pone al alcance de todo el mundo. El Jard¨ªn Bot¨¢nico est¨¢ abierto de 10.00 a 17.00 de lunes a s¨¢bado y de 10.00 a 15.00 los domingos y festivos. Para acceder al espacio bot¨¢nico, la parada de autob¨²s m¨¢s cercana es la del 61, en la avenida del Estadi. La otra opci¨®n es pasear desde el recinto ferial de la plaza de Espanya, pasando por las fuentes de Montju?c y el Palau Nacional hasta acceder al estadio ol¨ªmpico. M¨¢s que un jard¨ªn. Barcelona tiene desde ayer un centro de actividad cient¨ªfica, de recreo y de divulgaci¨®n. El nuevo espacio verde ha dejado de ser un proyecto. Miles de ciudadanos lo pudieron comprobar ayer -entre frutas, ninfas y canciones- durante la inauguraci¨®n del nuevo espacio en una jornada de puertas abiertas. Representaciones y actos de animaci¨®n a favor de la naturaleza se realizaron en la ma?ana de ayer en Montju?c. Los ciudadanos, por curiosidad o expectaci¨®n, demostraron una vez m¨¢s su alto grado de implicaci¨®n con la ciudad. Desde los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992, cada vez que se inauguran nuevas infraestructuras o se materializan nuevos equipamientos p¨²blicos, los barceloneses participan masivamente en ellos. Despu¨¦s de m¨¢s de siete a?os hablando del Jard¨ªn Bot¨¢nico, hab¨ªa que comprobar el resultado. A primera vista, da la sensaci¨®n de ser una mezcla de plaza de cemento y vegetaci¨®n, mezcla de urbanizaci¨®n y naturaleza, campo y ciudad. Y esto no le acaba de gustar a todo el mundo. La veintea?era Raquel Rodr¨ªguez, de profesi¨®n t¨¦cnica agr¨ªcola, opina: "El cemento y el hierro oxidado que bordean la instalaci¨®n son demasiado duros al contacto y a la vista". El enclave bot¨¢nico tiene unas pasarelas de hormig¨®n que circundan los trozos de terreno cultivados. Los desniveles del suelo hacen que el jard¨ªn tenga una configuraci¨®n especial. Se aprovechan las inclinaciones naturales del terreno para fraccionarlo irregularmente y crear microclimas. Las pasarelas describen al visitante un itinerario en el que descubre por s¨ª mismo cada una de estas zonas, con la ayuda de paneles indicativos que detallan el tipo de vegetaci¨®n y el lugar de procedencia. Desde cada punto del jard¨ªn se posee una visi¨®n privilegiada sobre la ciudad y del propio jard¨ªn. ?ste fue ayer uno de los aspectos m¨¢s valorados por los ciudadanos que participaron en la inauguraci¨®n: "El entorno es precioso y a esta parte de la monta?a le hac¨ªa falta", afirmaba Pepita Gast¨®. Pero todav¨ªa queda mucho por hacer y algunos visitantes se mostraban esc¨¦pticos. Jos¨¦ Mar¨ªa Valls es jardinero. Subi¨® a la monta?a en busca del nuevo jard¨ªn, que le defraud¨® porque "no est¨¢ acabado ni es caracter¨ªstico de las especies bot¨¢nicas mediterr¨¢neas y est¨¢ poco poblado". Aunque las cr¨ªticas eran sobre todo a los servicios, como las se?alizaciones -por poco claras- o la falta de fuentes, de ceniceros y de bancos para descansar. El jard¨ªn est¨¢ s¨®lo en su primera fase. Adem¨¢s de un terreno al aire libre, este espacio verde se completar¨¢ con viveros, un laboratorio, un herbario y una biblioteca, entre otras instalaciones. Los primeros visitantes vieron ayer demasiados trozos de tierra sin vegetaci¨®n, y es que la flora tardar¨¢ de 10 a 15 a?os en tener el vigor y la altura deseados. Por eso, el dise?o es atractivo, pero la vegetaci¨®n es todav¨ªa modesta. Lo que tambi¨¦n agrad¨®, en estos tiempos que reclaman ecolog¨ªa y solidaridad, es que el espacio se utilice para generar nuevos recursos. Los bot¨¢nicos priman las tecnolog¨ªas y sistemas eficientes respetuosos con el entorno. Las farolas de los parterres, por ejemplo, tienen placas para aprovechar la energ¨ªa solar y se utilizan sistemas de riego espec¨ªficos para hacer un uso racional del agua. Todo en busca de la sostenibilidad, uno de los grandes retos del nuevo siglo. Una nueva meta La nueva meta ser¨¢ ahora, seg¨²n dijo el alcalde de Barcelona, Joan Clos, "conseguir que el parque de atracciones de Montju?c forme parte del espacio verde de la monta?a". Pero el problema de los proyectos es siempre el presupuesto. La materializaci¨®n del Jard¨ªn Bot¨¢nico se aplaz¨® durante a?os por falta de subvenciones. Hasta 1997 (seis a?os despu¨¦s de que se propusiera tal iniciativa) no se consigui¨® que la Uni¨®n Europea lo financiase con 704 millones de pesetas.