Manuel Alvar entra en la Academia de la Historia hablando sobre el quechua
El fil¨®logo y ling¨¹ista cubre la vacante de Luis D¨ªez del Corral
El III Concilio de Lima, en el que quedaron por primera vez plasmadas por escrito las lenguas aimara y quechua, centr¨® ayer el discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia del fil¨®logo y ling¨¹ista Manuel Alvar (Benicarl¨®, 1923). Elegido el pasado enero nuevo miembro de la Academia de la Historia para cubrir la vacante de Luis D¨ªez del Corral, Alvar inici¨® su intervenci¨®n con un "cu¨¢nto os debo y no s¨¦ c¨®mo pagaros".
Alvar continu¨® su discurso recordando que empez¨® queriendo ser un "historiador sin adjetivos" y que nunca fue "otra cosa que historiador de hechos sincr¨®nicos y de hechos diacr¨®nicos". Miembro de la Real Academia Espa?ola desde 1974, instituci¨®n que dirigi¨® entre 1988 y 1991, Alvar, que es autor de una ampl¨ªsima y rica producci¨®n cient¨ªfica y ha sido catedr¨¢tico de Gram¨¢tica Hist¨®rica y de Lengua Espa?ola durante cincuenta a?os, se refiri¨® en su discurso a esa "realidad distinta a la que llamamos Am¨¦rica", y acerca de ese lugar donde ¨¦l ejerci¨® la docencia dijo luego: "All¨ª vine a caminar; nunca a cobijarme, pues desde el norte del r¨ªo Bravo hasta la Tierra del Fuego mis pasos buscaban viejos textos, cronistas apasionados, campos de soledad o de dolor".
La evangelizaci¨®n
En un discurso denso y muy documentado, titulado Comentarios al III Concilio de Lima, 1582-1583, Alvar subray¨® la importancia de aquellos sucesos hist¨®ricos, porque all¨ª se plantearon todos los problemas de la evangelizaci¨®n de los ind¨ªgenas. El problema, seg¨²n Manuel Alvar, era c¨®mo transmitir el mensaje apost¨®lico, si en espa?ol o en las lenguas ind¨ªgenas, y el III Concilio de Lima decidi¨® que no habr¨ªa cl¨¦rigo que no supiera la lengua de los ind¨ªgenas.
El concilio era "una consecuencia de la disciplina de Trento, y se enlaza con los esfuerzos de crear c¨¢tedras de lengua ind¨ªgena para poner en pr¨¢ctica el acuerdo del II Concilio de Lima, que pretend¨ªa que la evangelizaci¨®n fuera en quechua".
Alvar se?al¨® a los cronistas de Indias como "un manadero de informaciones", y explic¨® que se document¨® en el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana de Madrid, donde manej¨® dos op¨²sculos que proceden del III Concilio de Lima y que le permitieron "muy variadas informaciones" al ser "trabajos del m¨¢s alto inter¨¦s tanto por su contenido antropol¨®gico como por su informaci¨®n ling¨¹¨ªstica".
Afirm¨® que en el concilio se plantea la ense?anza en aimara porque en algunos sitios era mayoritaria frente al quechua, que era m¨¢s utilizada, si bien el catecismo se imprimi¨® en espa?ol, de acuerdo con las normas que llegaban de Madrid, que a su vez eran las normas de Roma.
En dos columnas adyacentes, a?adi¨®, se escribi¨® en aimara y en quechua, con lo cual se puede establecer un paralelismo entre las lenguas ind¨ªgenas y el espa?ol, suscit¨¢ndose su coexistencia. "Presentar esas p¨¢ginas triling¨¹es, cuando ha sido necesario, se ha resuelto de manera ponderada", precis¨® Alvar, quien explic¨®: "En la parte superior, y a rengl¨®n corrido, el texto espa?ol; bajo ¨¦l, y ocupando verticalmente media p¨¢gina, el relato en quechua (a la izquierda) y en aimara (a la derecha). De este modo se puede proceder a unos cotejos claros y harto c¨®modos".
Seg¨²n el fil¨®logo, hay una clara relaci¨®n entre el quechua y el aimara. "Fon¨¦tica y morfolog¨ªa son harto pr¨®ximas en las dos lenguas, ambas tienen car¨¢cter polisint¨¦tico y aglutinante".
A lo largo de su discurso, el fil¨®logo intercal¨® numerosas citas bibliogr¨¢ficas, y puso de relieve algunas pr¨¢cticas supersticiosas de los indios: hechicer¨ªas, nigromancias, ag¨¹eros, sue?os pr¨¦sagos; formas de sacrificios y ofrendas religiosas; rituales de la muerte; pr¨¢cticas abortivas y fiestas del a?o, entre otras.
El discurso de Alvar fue contestado por el acad¨¦mico ?lvaro Galm¨¦s, que dio la bienvenida "a un fil¨®logo e historiador tan valioso", y subray¨® entre los m¨¦ritos de Alvar "el de haber liberado a la dialectolog¨ªa de una vida rutinaria en la que se hallaba inmersa", su labor en el campo de la toponimia y como fil¨®logo editor de textos medievales.
Babelia
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