El Juli conquista la Monumental

Era el primer pase¨ªllo de El Juli en Barcelona y el joven fen¨®meno madrile?o ha conquistado a la afici¨®n de la Ciudad Condal. Primero, arrastr¨¢ndola hacia las taquillas hasta conseguir un entrad¨®n (tendidos y gradas llenos; andanadas, menos). Y luego lo ha hecho en el ruedo, merced a unas condiciones que hacen de ¨¦l un privilegiado: serenidad, valor, arte, reflejos, variedad. Y eso ante dos corn¨²petas que, a decir vredad, tampoco es que dieran excesivas facilidades, y no por dif¨ªciles por sus ideas, sino porque su escasez de fuerzas, ahogados en el exceso de kilos, les hizo pararse pronto y obligar a El Juli a hacer uso de su inteligencia y sus recursos, que son muchos. En el sexto, El Juli realiz¨® una lidia completa. La petici¨®n de las dos orejas fue un¨¢nime y la salida a hombros, sin que el p¨²blico abandonase sus localidades, aut¨¦nticamente triunfal. A eso se le llama cabeza y coraz¨®n de figura. Si El Juli sigue as¨ª, va a dar muchos dolores de cabeza a quienes est¨¢n considerados como principales figuras del escalaf¨®n.

Una de esas figuras, Enrique Ponce, no tuvo una tarde afortunada ante el ganado de sus amigos, los Gim¨¦nez Indarte. Ponce estuvo en exceso conformista y no respondi¨® a su condici¨®n de figura. Litri encabezaba el cartel, y en su primero estuvo digno, aunque intermitente en el acoplamiento. En el segundo, sobrero, su labor se caracteriz¨® por las precauciones y por la brevedad con la espada.