Trampa mortal en la frontera con Albania
Cinco miembros de una familia de refugiados mueren por una mina a pocos metros de Morina
Cinco refugiados albanokosovares de una misma familia murieron ayer en el paso fronterizo de Morina, entre Yugoslavia y Albania, cuando el coche en el que viajaban pas¨® sobre una mina anticarro instalada por el Ej¨¦rcito yugoslavo. La familia Berisha ya hab¨ªa cruzado el control yugoslavo cuando, seg¨²n testigos, recibi¨® indicaciones para que el veh¨ªculo en que viajaba abandonara la fila de coches y adelantara a un tractor. Momentos despu¨¦s, una explosi¨®n segaba la vida de cinco personas, entre ellas tres ni?os, y dejaba gravemente heridas a otras dos. Miembros del Ej¨¦rcito italiano se hicieron cargo de los heridos, que fueron trasladados a un centro m¨¦dico de la capital albanesa, Tirana.
ENVIADO ESPECIALEran las 2.40 de la madrugada del domingo. Hac¨ªa fr¨ªo. La familia Berisha hab¨ªa cruzado el ¨²ltimo control de la polic¨ªa serbia. Atr¨¢s quedaba Kosovo y su aldea de Belagevci, cerca de Pristina, de la que fueron expulsados el viernes. All¨ª, en Morina, los Berisha vieron a los ¨²ltimos representantes de la limpeza ¨¦tnica disfrazados de aduaneros. Unos hombres con gorra de plato que retiran los documentos y les azuzan para que corran hacia Albania, con sus "amigos de la OTAN". A la familia Berisha, dividida entre un tractor hacinado de vecinos y amigos y un desvencijado autom¨®vil blanco, la bandera roja albanesa con el ¨¢guila negra les debi¨® parecer una garant¨ªa de seguridad. El puente de Morina, que une Yugoslavia con Albania, tiene cien metros de tierra de nadie. Por ¨¦l han cruzado desde el inicio de los bombardeos de la OTAN la gran mayor¨ªa de los 400.000 deportados de Kosovo que se amontonan en decenas de campos de refugiados en toda Albania. En la madrugada del domingo, los Berisha guardaban la vez dentro del convoy con paciencia. Por alg¨²n motivo, Ibush decidi¨® adelantar al tractor que iba delante. Al girar el volante hacia la izquierda, donde se yerguen cinco enormes pivotes de cemento de forma piramidal, la rueda delantera del coche pis¨® una mina antitanque y todo salt¨® por los aires. El camino de paso seguro por ese puente de Morina se reduce a cuatro metros, la mitad de ellos embarrados. Su esposa Hajrije, que iba al lado, la abuela Nasmije, su hija Lavdie, de 15 a?os, su hijo discapacitado Flamur, de 13, y su otro var¨®n, Dritan, de 10, fallecieron casi en el acto.
Miedo a un ataque serbio
La explosi¨®n fue tan brutal que se escuch¨® a varios kil¨®metros de distancia. Algunos pensaron de inmediato que se trataba de un nuevo ataque serbio contra alguno de los seis campos de entrenamiento de la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK), que se hallan en el ¨¢rea de Kukes. En los primeros minutos tras el incidente, la confusi¨®n fue total. ?Una mina antipersona, un proyectil de ob¨²s o una granada de mortero? En Morina, los cientos de kosovares que estaban en el puente quedaron horrorizados. Unos corr¨ªan hacia atr¨¢s y otros hacia adelante jug¨¢ndose todos la vida en una zona minada con taladraduras hidr¨¢ulicas hace una semana por las tropas yugoslavas.
Detr¨¢s del coche blanco de Ibush transitaba el resto de la familia, que fue testigo directo de la tragedia. El abuelo de los Berisha dijo despu¨¦s que la maniobra de Ibush no fue provocada tanto por el atasco sino por la obsesi¨®n de los aduaneros serbios del otro lado de que la caravana se diese prisa y avanzase. No quer¨ªan atascos ni retrasos. El cuerpo sin vida de Hajrije lleg¨® poco despu¨¦s al lado alban¨¦s. Tra¨ªa un agujero en vez de cara. Iba inerte, bambole¨¢ndose de un lado a otro. En la carpa montada por M¨¦dicos del Mundo de Francia se top¨® con una morgue improvisada. All¨ª, en una camilla verde, esa misma que a diario sirve para dar socorro a ni?os p¨¢lidos por la deshidrataci¨®n, mujeres que paren -el s¨¢bado hubo tres casos-, o ancianos desfallecidos, qued¨® durante horas en espera del entierro.
La abuela Nasmije, herida de extrema gravedad, fue traslada al hospital de Kukes, un edificio vetusto en forma de L en el que los olores a formol y orina se mezclan formando una peste agria e insoportable. All¨ª, en ese lugar de resurrecci¨®n, se fue para siempre sin que los m¨¦dicos pudiesen coser sus heridas de muerte. Los cad¨¢veres de los tres ni?os, varados en Morina, al lado del coche volteado, fueron expuestos a la curiosidad. Los aduaneros serbios los dejaron a la vista primero, para que los vieran todos y aumentara su p¨¢nico, y despu¨¦s los cubrieron con mantas.
"Herido desconocido"
Al cuarto hijo, a Besnik, de 11 a?os, se lo llevaron en volandas al campamento Italia-1, entre Morina y Kukes, y all¨ª ingres¨® en el hospital de campa?a como "herido desconocido". No llevaba papeles y los m¨¦dicos no se preocuparon por su identidad, pues prefirieron interesarse por su vida. Una vez estabilizado, y a pesar de su gravedad -tiene un trauma encef¨¢lico intenso-, lo trasladaron en uno de los helic¨®pteros del Ej¨¦rcito italiano a un hospital de Tirana. Por la ma?ana, en otro d¨ªa miserable, de intenso fr¨ªo y lluvia, Mustaf¨¢, el t¨ªo de los ni?os, regres¨® a pie a Morina con la intenci¨®n de recuperar los tres cad¨¢veres que se quedaron en tierra de nadie. Pero los serbios ya se los hab¨ªan llevado de regreso a Kosovo. Mustaf¨¢ aprovech¨® un par¨®n en el flujo de refugiados a la una del mediod¨ªa para caminar de regreso por ese puente de la muerte para hablar con los aduaneros. All¨ª le dijeron que s¨®lo exist¨ªa un cad¨¢ver y que ¨¦ste estaba en la morgue de Prizren. Los otros dos ni?os hab¨ªan desaparecido. Seg¨²n le informaron, de ellos tan s¨®lo quedan unos trozos. "La principal obsesi¨®n de ellos era que la polic¨ªa serbia no les separara y pudieran llegar todos juntos a Albania", se lamentaba. Mustaf¨¢ retorn¨® a Albania, enfundado en una sudadera azul y algo encogido, como si temiera algo. "Si no me han disparado a la ida o a la vuelta, eso significa que est¨¢n dispuestos a entregar el cad¨¢ver", declar¨®.
El responsable de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) en Kukes, Owen O"Sullivan, explic¨® que las minas antitanque son muy visibles durante el d¨ªa, pero muy dif¨ªciles de ver en medio de la noche, y menos a¨²n cuando la mayor¨ªa de los tractores carecen de luz o ¨¦sta es muy d¨¦bil. "Este es un terrible incidente que lo ¨²nico que consigue es dar un tinte a¨²n m¨¢s tr¨¢gico a lo que est¨¢ sucediendo en Kosovo" dijo el jefe de la OSCE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.