Ni Holmes ni Carvalho

"Un inspector de polic¨ªa puede ser alguien pr¨®ximo a nosotros; un vecino, un amigo o esposo. No es cierto que se pase el d¨ªa limpiando el rev¨®lver, o bebiendo whisky". Con esta advertencia del editor Josep Grau ha salido a la venta la singular novela polic¨ªaca Madera quemada. Memorias de un polic¨ªa. Su autor, Eugenio Mengual, de 55 a?os e inspector jefe del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa en la reserva, ha querido plasmar en ella de una manera novelada sus 30 a?os de experiencia al frente de la comisar¨ªa de Alcoy. El libro tiene como protagonista a Manuel Ruiz Belmonte, un inspector de la Brigada de Polic¨ªa Judicial, que llega a Alcoy casualmente tras el fallecimiento de un compa?ero a manos de ETA y huyendo de la amenaza de la banda terrorista. Autor y protagonista encierran muchas semejanzas. "Los dos son hombres completos que no han perdido los valores de la infancia y que se enfrentan a la edad adulta asumiendo el poder amar y el sentir rencor", explica Mengual. La obra, con una tirada de 1.000 ejemplares, ahonda en la faceta m¨¢s personal de los agentes. "El polic¨ªa es una persona a menudo estereotipada, pero que como la mayor¨ªa de los mortales tiene familia, hijos y mujer que le hacen pasar por el aro", aclara el autor con humor. El hilo conductor del relato son los casos en los que trabaja el inspector Manuel Ruiz Belmonte narrados sin el relumbr¨®n que hizo c¨¦lebre el g¨¦nero americano de novela policiaca. No hay cr¨ªmenes misteriosos e irresolubles en c¨¢maras cerradas aunque s¨ª torpes delitos cometidos con prisa para conseguir unos gramos de hero¨ªna. Sus delincuentes no siempre se redimen y los asesinos no siempre son descubiertos. Aborda cr¨ªmenes que no suceden en lejanos pa¨ªses ni bajo nombres sonoros, sino en una peque?a ciudad. As¨ª, la novela tiene referencias a casos y delincuentes conocidos en Alcoy, que aparecen desfigurados o disfrazados. Del mismo modo que Arthur Conan Doyle inmortaliz¨® los m¨¦todos de la polic¨ªa en la Inglaterra victoriana a trav¨¦s de Sherlock Holmes, Mengual hace lo propio con el modus operandi de la polic¨ªa de ahora en una peque?a ciudad. Con todo, su autor clarifica que no se trata de una novela autobiogr¨¢fica ni una cr¨®nica de sucesos. En su redacci¨®n invirti¨® cerca de dos a?os y la comenz¨® en 1997, cuando dej¨® su cargo de inspector jefe. Su editor vislumbra que el libro puede dar cuerda a la publicaci¨®n de nuevas novelas con el mismo protagonista, de igual modo que V¨¢zquez Montalb¨¢n mantiene con vida a Carvalho. De la amplia oferta de novelas policiacas Eugenio Mengual se queda con Cuerda de presos, obra con la que el tambi¨¦n polic¨ªa Tom¨¢s Salvador gan¨® el premio Nadal. Algo que dif¨ªcilmente olvidar¨¢ el responsable de la editorial Mis¨¨ria i Companyia es el d¨ªa que recibi¨® la petici¨®n para que publicase la novela. "No es normal que se presente en casa de uno un inspector acompa?ado de otro polic¨ªa, con un mont¨®n de papeles e interesados en hablar conmigo". De esta conversaci¨®n result¨® la publicaci¨®n de la novela que incorpor¨® el antet¨ªtulo Madera quemada en recuerdo a las primeras novelas del g¨¦nero que se imprim¨ªan en papel de madera quemada: "Era un material de baja calidad y que caracteriz¨® a la edici¨®n de las novelas negras", recuerda Josep Grau.