"La polic¨ªa lleg¨® sin avisar y me mult¨®"

Mar¨ªa es prostituta, tiene 28 a?os y un hijo de tres. Su marido la ha abandonado. Vive en un modesto apartamento en una localidad del oeste de la regi¨®n, a 50 kil¨®metros de la capital. Cada d¨ªa recorre esa distancia para llegar a la zona de la fuente de la Casa de Campo. A las 21.30 de ayer le hac¨ªa gui?os a todos los conductores que pasaban despacio por su lado. Horas antes, hacia las 17.30, ella y su cliente fueron multados por una patrulla de la Polic¨ªa Municipal. "Est¨¢bamos en el coche. Yo le estaba haciendo un franc¨¦s [una felaci¨®n] a mi cliente. Nos hab¨ªamos puesto en un sitio donde no pasaba nadie. La polic¨ªa lleg¨® sin avisar, no pusieron ni las sirenas. Los agentes se colocaron pegados a la ventana mirando lo que hac¨ªamos. Mi cliente les dijo que le dejaran un momento para vestirse. Luego le obligaron a bajar y le cachearon, incluso registraron su coche. Despu¨¦s sacaron la libreta y nos pusieron una multa a cada uno. La m¨ªa era de 50.000 pesetas".

La mujer no para de quejarse del comportamiento de los agentes: "Llevan mes y medio sin parar de putearnos. Est¨¦s donde est¨¦s, te paran y te piden el carn¨¦ de identidad. Bastante desgracia tenemos como para que nos vengan con todo esto".

Una prostituta que acompa?aba a Mar¨ªa, de unos 40 a?os y que lleva ya tres ejerciendo la prostituci¨®n en la Casa de Campo, asegur¨®: "Todo esto [los cacheos, identificaciones y multas] es una pantomima. La polic¨ªa viene y nos presiona, pero si de verdad quisieran acabar con esto, lo har¨ªan en media hora".

A un travestido y a una prostituta hispanoamericana que trabajaban ayer junto a la zona del lago les parece "intolerable la persecuci¨®n policial". Aunque aseguran que hay muchas prostitutas que "no respetan nada, que mantienen relaciones sexuales en lugares por donde pasan ni?os".