La ciudad del ocio
A San Mart¨ªn de la Vega le ha tocado la loter¨ªa. De eso est¨¢ convencido el alcalde del municipio, el socialista Juan Carlos V¨¢llega, entusiasta confeso de la ubicaci¨®n all¨ª de la Ciudad del Ocio. Para algunos sanmartineros resulta inevitable rememorar aquella escena de Bienvenido m¨ªster Marshall en la que los lugare?os de un peque?o pueblo mesetario como el suyo marchaban por las calles coreando su memorable "Americanos os recibimos con alegr¨ªa". Las cosas han cambiado mucho, sin embargo, desde aquel cuadro magistral que pintara Berlanga. Ahora vienen los americanos con sus mu?ecos bajo el brazo pero el dinero lo tenemos que poner nosotros. El pasado mes de enero, el Gobierno regional firmaba un acuerdo con la Time Warner por el que la multinacional del ocio se reserva la gesti¨®n exclusiva del Parque Tem¨¢tico, que ser¨¢ financiado con dinero p¨²blico, y el de las empresas que se adhieran al proyecto. Sesenta mil millones para empezar a hablar. Una iniciativa en la que el Gobierno regional ha puesto todo su empe?o por entender que una industria de esas caracter¨ªsticas supondr¨¢ un revulsivo econ¨®mico de enorme trascendencia para Madrid. La idea es alargar en un d¨ªa o dos la estancia de los turistas que vienen a la capital, limitada actualmente en gran medida a las visitas al Museo del Prado, el Palacio de Oriente o El Escorial, y a las correspondencias con ciudades pr¨®ximas como Segovia, ?vila y sobre todo Toledo. Un parque tem¨¢tico es un aliciente a?adido incuestionable para nuestra regi¨®n como lo deber¨ªan ser el teatro, la ¨®pera y los espect¨¢culos musicales.
La primera idea del consejero de obras, Luis Eduardo Cort¨¦s, fue acudir a Steven Spielberg por entender que el prestigio y tir¨®n popular del cineasta norteamericano garantizaban el ¨¦xito. Su personal prospecci¨®n en ese campo le permiti¨® pronto comprender que en la industria de los parques tem¨¢ticos son habas contadas y que s¨®lo la Disney, la Universal y la Time Warner est¨¢n avaladas por su experiencia. El socio finalmente elegido es de la m¨¢xima solvencia, lo que tampoco asegura a priori que el negocio vaya a ser rentable. La amarga y ruinosa experiencia del Eurodisney de Par¨ªs obliga a tentarse muy bien la ropa a quienes lo promueven. Ah¨ª est¨¢n los negros augurios que les pintan los directivos de AEPA, la Asociaci¨®n Espa?ola de Parques de Atracciones. Ellos han echado n¨²meros, y seg¨²n sus cuentas, para que la Ciudad del Ocio sea rentable ha de atraer tres millones anuales de visitantes a los que deber¨ªan cobrar unas 5.000 pesetas por cabeza. Toman como referente para ello el Parque de Atracciones de Madrid, que visitan cada a?o un 1.800.000 personas con un gasto en torno a las 3.000 pesetas por persona. La AEPA considera que para alcanzar el nivel cr¨ªtico de afluencia de p¨²blico habr¨ªa que convertir el de San Mart¨ªn de la Vega en un "parque de destino", es decir, un complejo que por s¨ª solo atrajera a visitantes de toda Espa?a e incluso de otros pa¨ªses, y ello requiere inversiones mayores a las previstas.
Son, en cualquier caso, los c¨¢lculos de una organizaci¨®n que ve en el proyecto un peligroso rival para el actual parque de la Casa de Campo, socio eminente de la misma. Tanto es as¨ª que a instancias de sus propietarios han denunciado ante Bruselas el Parque Tem¨¢tico por supuesta competencia desleal. Una denuncia m¨¢s que discutible, sobre todo porque la asociaci¨®n no procedi¨® igual con otros complejos de ocio como Port Aventura, Isla M¨¢gica y, especialmente, Terra M¨ªtica, que tambi¨¦n se han beneficiado por distintos mecanismos de ayudas p¨²blicas ya sean directas o indirectas.
Lo cierto es que la llamada "parqueman¨ªa" est¨¢ proporcionando algunos disgustos a quienes invirtieron en ella a instancias de los poderes pol¨ªticos. A pesar del apoyo entusiasta del nacionalismo catal¨¢n, Port Aventura no logra levantar cabeza; lo mismo sucede con Isla M¨¢gica, que tiene a su disposici¨®n toda la infraestructura de la Expo; y en cuanto a Terra M¨ªtica, a¨²n por inaugurar, los expertos lo califican de aut¨¦ntica locura de la Generalitat Valenciana.
Con semejante panorama en el sector, Madrid tendr¨¢ que trabajar de forma muy profesional para que el de la Warner sea realmente el conejo de la suerte.
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