La fiebre de los tel¨¦fonos m¨®viles llega a las "favelas" de R¨ªo de Janeiro

R¨ªo de Janeiro vive la "fiebre del tel¨¦fono m¨®vil"; en los ¨²ltimos ocho meses, unas 8.000 nuevas l¨ªneas m¨®viles han sido vendidas en la ciudad. Lo curioso es que alrededor de un 40% de esas l¨ªneas fueron compradas por las clases m¨¢s bajas de la poblaci¨®n, y la explicaci¨®n no est¨¢ en un nuevo y s¨²bito milagro econ¨®mico, pero s¨ª en la absoluta falta de perspectivas para que se instalen tel¨¦fonos fijos a medio plazo. Una encuesta divulgada ahora indica que en la Rocinha, la m¨¢s poblada favela de Am¨¦rica Latina, unos 10.000 de sus 180.000 habitantes compraron tel¨¦fonos m¨®viles en los ¨²ltimos cuatro meses. Hasta diciembre, Telef¨®nica era la ¨²nica operadora de telefon¨ªa m¨®vil en R¨ªo de Janeiro. La entrada de ATL, su ¨²nica competidora, signific¨® una verdadera guerra de tarifas y una caza desenfrenada al consumidor. Hasta entonces, el precio de Telef¨®nica para una l¨ªnea m¨®vil era de 300 d¨®lares (45.000 pesetas), que cay¨® de inmediato a los 80 de ATL. La agresividad de Telef¨®nica, en todo caso, logr¨® asustar a su rival, que pas¨® a la defensiva. Las tarifas bajaron mucho, y si la devaluaci¨®n del real aument¨® los precios de los aparatos, Telef¨®nica opt¨® por ofrecer una segunda l¨ªnea pr¨¢cticamente gratis a sus suscritores, para luego reducir los precios de las llamadas a la mitad de lo cobrado por ATL.

La reacci¨®n no se hizo esperar, y a la guerra de las tarifas se sum¨® la de propuestas a nuevos suscritores: las dos empresas publican enormes avisos en los diarios informando que basta con pasar por una tienda especializada para salir hablando por tel¨¦fono.

Con eso surgi¨® una fuerte demanda donde menos se esperaba: las clases econ¨®micamente m¨¢s sacrificadas de la poblaci¨®n- Antes de la privatizaci¨®n hab¨ªa alrededor de 600.000 tel¨¦fonos m¨®viles en esa ciudad de seis millones de habitantes. Telef¨®nica pr¨¢cticamente dobl¨® esa cantidad (tiene ahora un mill¨®n de usuarios), y ATL logr¨® captar otros 400.000. Hoy d¨ªa, por unos 500 reales (280 d¨®lares) es posible adquirir un aparato ya habilitado, y la venta se hace en cuotas mensuales. El problema, en todo caso, surgir¨¢ a la hora de la factura: las llamadas por tel¨¦fono m¨®vil, pese a todas las promociones provocadas por la feroz competencia, cuestan seis veces m¨¢s que las de telefon¨ªa fija. Ese fantasma, al menos por ahora, no parece asustar a los cariocas.