La escalada
La estrategia es la escalada, aunque para una parte y otra tenga significados asim¨¦tricos. Cada d¨ªa, la Alianza Atl¨¢ntica anuncia que sus ataques a¨¦reos han sido m¨¢s amplios que el anterior, a la vez que aumenta el abanico de objetivos a alcanzar. Ya no son puramente militares sino cada vez m¨¢s econ¨®micos e incluso pol¨ªticos, desde centrales el¨¦ctricas hasta la televisi¨®n serbia, como elemento de propaganda de guerra, o centros de poder o de decisi¨®n, "centros neur¨¢lgicos", se dice. Es una "nueva clase de blancos", seg¨²n el portavoz del Pent¨¢gono, mientras que se mantiene la idea inicial de presionar as¨ª sobre los serbios, especialmente los militares, para que a su vez presionen para poner fin a esta situaci¨®n. Si es que esto es una guerra, no es una guerra total, ni un bombardeo indiscriminado como el de Londres o Dresden durante la Segunda Guerra Mundial. Tampoco una guerra limpia, pero aunque algunas se podr¨ªan haber evitado, y pese a que se carece de informaci¨®n fidedigna al respecto, el n¨²mero de bajas causadas entre la poblaci¨®n serbia parece limitado, desde luego en comparaci¨®n con la potencia de fuego desplegada. Es de esperar que la estrategia de la escalada no quiebre esta premisa.
Los 19 l¨ªderes de los Estados de la OTAN han anunciado en Washington que la campa?a a¨¦rea va a ir a m¨¢s, al tiempo que se cerca a Serbia. Es una se?al de determinaci¨®n para evitar dar la impresi¨®n de quiebro ante la capacidad de resistencia del r¨¦gimen de Milosevic. Es tambi¨¦n reflejo del mayor, que no total, control aliado del espacio a¨¦reo yugoslavo. No hay otra estrategia, pues en la cumbre de Washington ha quedado claro -Milosevic se frotar¨¢ las manos, una vez m¨¢s- que no hay consenso sobre una posible operaci¨®n terrestre, aunque, es de suponer, se seguir¨¢ preparando. La campa?a a¨¦rea puede durar mucho tiempo a¨²n.
En su obra cl¨¢sica On Escalation (1965), Herman Kahn defin¨ªa la escalada como una situaci¨®n en la que "cada parte puede ganar al aumentar sus esfuerzos de alg¨²n modo, a condici¨®n de que la otra parte no anule este aumento, (subrayado del autor) al incrementar sus propios esfuerzos". Es justamente lo que intenta Milosevic -sobre cuya fortaleza o debilidad pol¨ªtica empieza a haber informaciones contradictorias-, con una escalada de un g¨¦nero completamente distinto. Por una parte prosigue y aumenta la limpieza ¨¦tnica, no s¨®lo en Kosovo, para negociar eventualmente con un territorio semivac¨ªo o al que habr¨¢ llevado algunos serbios m¨¢s, sino incluso a Montenegro. Y as¨ª consigue una escalada cuya otra pata es la ampliaci¨®n territorial del conflicto. Sin atacar Hungr¨ªa (miembro de la OTAN) u otros pa¨ªses de la zona, los serbios lanzan peque?as incursiones contra algunos pa¨ªses de la zona, y sobre todo Milosevic usa la palanca desestabilizadora de las mareas de refugiados, adem¨¢s de otros medios de presi¨®n. Mientras Bosnia sigue siendo un posible reh¨¦n, Milosevic est¨¢ aumentando sobremanera su presi¨®n sobre Montenegro, la otra rep¨²blica de la Federaci¨®n Yugoslavia, en defensa de cuyo presidente Djukanovic, la Alianza m¨¢s all¨¢ de las buenas palabras, amenazas o cerco al que est¨¢ sometiendo a Yugoslavia, puede poco. Lo que lleva a pensar que si la Alianza Atl¨¢ntica quiere cumplir las misiones que se ha asignado en el Nuevo Concepto Estrat¨¦gico, tendr¨¢ que disponer de fuerzas efectivas y numerosas de intervenci¨®n r¨¢pida.
En cualquier caso, la campa?a a¨¦rea necesita m¨¢s tiempo hasta producir los efectos buscados -si lo consigue- y encontrar una salida pol¨ªtica -es rid¨ªculo hablar ya de "pac¨ªfica"- a este guerra. La aparente unidad aliada tapa un soterrado debate entre los aliados sobre los t¨¦rminos de esa negociaci¨®n, pese a ciertas aperturas desde la cumbre de Washington. Algunos buscan, y buscar¨¢n a¨²n m¨¢s en los pr¨®ximos d¨ªas, parar la guerra por la negociaci¨®n aunque ello suponga m¨¢s Milosevic durante un tiempo indeterminado. EE UU y el Reino Unido, que son los que llevan la batuta en esta guerra, de momento rehusan cualquier tipo de acuerdo que pudiera dar a entender que se ha pactado con Milosevic. Esto forma parte tambi¨¦n de la escalada. En Washington se ha subido la apuesta.
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