Nueva guerra, otra OTAN
La OTAN es una pieza b¨¢sica para la estabilidad de Europa y su entorno inmediato, y esa raz¨®n bastar¨ªa para justificar que deba ganar la guerra de Yugoslavia, pero no a cualquier precio. Atr¨¢s queda la doctrina del "equilibrio estrat¨¦gico" frente a un enemigo que ha dejado de serlo. Las amenazas son otras, quiz¨¢ no mayores, pero s¨ª mucho m¨¢s complejas. En las actuales circunstancias, la pr¨¢ctica se ha adelantado a la teor¨ªa. La guerra de Kosovo se ha iniciado antes de que la OTAN hubiera elaborado su nueva doctrina, el Nuevo Concepto Estrat¨¦gico aprobado en la cumbre de Washington. Como otros acuerdos de las reuniones habidas con motivo del 50? aniversario de la Alianza, este texto es un compromiso entre varias concepciones, un terreno de entendimiento entre las pretensiones globales de EEUU y otras mucho m¨¢s restrictivas de determinados pa¨ªses europeos, en particular de Francia. El nuevo esquema rompe los moldes de una Alianza defensiva frente a la amenaza sovi¨¦tica. Ahora, la organizaci¨®n pretende dedicar su potencial a atender nuevos riesgos o nuevas misiones, incluida la del mantenimiento de la paz a trav¨¦s de la guerra. Ahora bien, aunque la otrora tan delicada cuesti¨®n de la zona geogr¨¢fica de actuaci¨®n de la OTAN haya quedado superada en la nueva Europa, tampoco la Alianza va a adquirir el car¨¢cter global de gendarme mundial que pretend¨ªa Estados Unidos. La OTAN, ni quiere ni puede. Salvo en cuestiones como el terrorismo o la proliferaci¨®n de armas de destrucci¨®n masiva, el texto aprobado sit¨²a la acci¨®n de la OTAN "dentro y alrededor del ¨¢rea euro-atl¨¢ntica" y, como m¨¢ximo, "en la periferia de la Alianza". El Consejo de Asociaci¨®n Euroatl¨¢ntico, que une a los 19 pa¨ªses de la OTAN y a otros europeos, incluye a 44 pa¨ªses que cubren gran parte del hemisferio norte, entre ellos una Rusia cuyas relaciones se intentan ahora recomponer. No es poco, pero no lo es todo. Incluso dentro de este ¨¢mbito, nadie piensa en intervenir en conflictos en el seno de la Federaci¨®n Rusa o a favor de los kurdos en Turqu¨ªa.
Si algo consagra ese largo texto aprobado en Washington no es tanto una doctrina general de actuaci¨®n, sino la decisi¨®n de intervenir, siempre por "consenso", tras una valoraci¨®n y an¨¢lisis de las crisis, "caso por caso", expresi¨®n repetida una y otra vez en el documento. Ahora bien, el Nuevo Concepto Estrat¨¦gico s¨ª pretende consagrar lo que ha ocurrido ya en la crisis de Kosovo: que la OTAN pueda actuar militarmente sin mandato expreso del Consejo de Seguridad de la ONU, sino con una simple referencia a su Carta. Aunque el derecho de injerencia por razones humanitarias se va abriendo paso, afortunadamente, por otro lado se est¨¢ destruyendo una legalidad sin reemplazarla por otra. Y otros pa¨ªses, como China o Rusia, podr¨¢n hacer suya esta nueva v¨ªa a la hora de intervenir en sus zonas.
Los aliados reconocen que en el terreno militar les queda a¨²n mucho por hacer antes de estar a la altura de las nuevas demandas que se autoimponen. Como demuestra lo ocurrido en Kosovo, tienen que hacer serios esfuerzos para traducir a la realidad los conceptos b¨¢sicos que han de inspirarles en la reforma de sus Fuerzas Armadas: capacidad, movilidad y flexibilidad. Mientras no lo logren, tampoco ganar¨¢ credibilidad el proyecto de constituir una identidad europea de defensa. En Kosovo son los americanos los que llevan y pagan la guerra. Pero ser¨¢ Europa la que financie la paz, como ayer qued¨® patente en Washington.
Kosovo determina m¨¢s a la OTAN que todos los conceptos estrat¨¦gicos. La ampliaci¨®n de hecho de la Alianza a los llamados Estados del frente, lim¨ªtrofes con Yugoslavia, con los que los l¨ªderes aliados mantuvieron una reuni¨®n de solidaridad y apoyo ayer en Washington, tendr¨¢ efectos duraderos. Adem¨¢s, el apoyo a los albanokosovares, musulmanes en su mayor¨ªa, pesar¨¢ m¨¢s en la imagen de la OTAN en el mundo isl¨¢mico que muchos di¨¢logos mediterr¨¢neos.
Contrariamente a lo que ocurr¨ªa durante la guerra fr¨ªa, no bastar¨¢ la doctrina previa para asegurar la unidad o efectividad de la Alianza ante crisis concretas. En Kosovo se le ha reprochado a la OTAN su falta de previsi¨®n y sus carencias a la hora de tener que improvisar. Este futuro m¨¢s complejo que dibuja el Concepto Estrat¨¦gico requerir¨¢ m¨¢s capacidad de improvisaci¨®n. Incluso en la cumbre de Washington han surgido algunos desacuerdos sobre, por ejemplo, la posibilidad de una ofensiva terrestre en Kosovo, que "ya no est¨¢ en el orden del d¨ªa", seg¨²n afirm¨® tajantemente Gerhard Schr?der, canciller de una Alemania cuya opini¨®n p¨²blica se opone a tales planes. Los Gobiernos en democracia no pueden ignorar a sus opiniones p¨²blicas. Pero tampoco dejar que los sondeos de opini¨®n determinen la estrategia pol¨ªtico-militar.
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