Ba?o de purpurina
Riccardo Muti Obras de Verdi, R. Strauss y Bellini. Orquesta Filarm¨®nica de La Scala. Director: Riccardo Muti. Palau de la M¨²sica, Sala Iturbi. Valencia, 26 abril 1999.Esta nueva actuaci¨®n de Muti en el Palau se ha nutrido de m¨²sicas claramente menores. Ni el ballet Las estaciones, extra¨ªdo de la ¨®pera de Verdi I Vespri siciliani, ni la fantas¨ªa sinf¨®nica Aus Italien de Richard Strauss pueden considerarse obras representativas del genio de sus respectivos autores. La m¨²sica de ballet verdiana pertenece al rubro meyerbeeriano, tan del gusto de los socios del Jockey Club parisiense que en 1861 patearon el estreno del Tannh?user de Wagner. El brillo superficial que caracteriza los treinta minutos del bailable se resiste con mayor ventaja en el teatro que en el concierto, y ello qued¨® demostrado en la producci¨®n de I Vespri que el propio Muti dirigi¨® en La Scala en 1989. Anteayer, el maestro napolitano aplic¨® sus habituales par¨¢metros de rigor m¨¦trico y din¨¢mico a una formaci¨®n poco disciplinada que, sin embargo, luci¨® en la obertura de La forza del destino un fraseo acorde con la carga tr¨¢gica y seriosa del dram¨®n perge?ado por Piave sobre la pieza hom¨®nima del duque de Rivas. Mucho m¨¢s comedido que en otras ocasiones, Muti extrajo de la obertura toda su fuerza melodram¨¢tica orillando con fortuna los rasgos peripat¨¦ticos a los que tan f¨¢cilmente se aboca la mayor¨ªa de los int¨¦rpretes. Aus Italien es obra juvenil de Strauss que en su d¨ªa (1886) despert¨® la admiraci¨®n de von B¨¹low ("admirable y envidiable su exuberancia de ideas, su riqueza de sugerencias"). Conocidos y admirados los posteriores poemas sonoros del autor muniqu¨¦s, este Opus 16 nos parece hoy absurdamente tumultuoso, sobre todo porque la tarantela final se desboca en un tratamiento desproporcionado del Funicul¨ª-funicul¨¢, la c¨¦lebre canci¨®n de Luigi Denza (1846-1922) que en absoluto es un tema popular napolitano (Strauss lo tom¨® como tal, sin duda). Muti dirigi¨® con br¨ªo callejero ese fragmento, pero Aus Italien tiene otros pasajes, como la visi¨®n de las ruinas de las termas de Caracalla (segundo tema del allegro molto), el atmosf¨¦rico despertar de Roma (andante) o el mediod¨ªa en las riberas de Sorrento (andantino) que reclaman una superior emoci¨®n por parte del int¨¦rprete. Ni la orquesta ni el maestro lograron transmitirla. El oropel del sonido, en este caso m¨¢s bien oxidado por las desafinaciones y desajustes inherentes al concierto-bolo, se convirti¨® en la principal preocupaci¨®n de la batuta. Aunque Muti regal¨® al final su neocl¨¢sica versi¨®n de la sinfon¨ªa de la Norma de Bellini, esta actuaci¨®n no dejar¨¢ huella en la historia del Palau. Una vez m¨¢s, la aureola del divo ha suplantado lo sustancial del concierto: la m¨²sica. Seleccionada ¨¦sta de entre el cobre, su apresurado ba?o de purpurina se resquebraj¨® al contacto con la realidad de un p¨²blico guiado por la sordidez cultural imperante.
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