El asesinato de la periodista de la BBC puede estar conectado a la ultraderecha
La polic¨ªa brit¨¢nica investiga la posibilidad de que la muerte de Jill Dando, la presentadora de la BBC que cay¨® abatida de un solo tiro en la cabeza el pasado lunes frente a su casa de Londres, sea obra de un asesino a sueldo. El principal asospechoso, un hombre blanco, bien vestido, que hablaba nervioso por un tel¨¦fono port¨¢til, fue visto por siete personas. Scotland Yard ha pedido ayuda a la ciudadan¨ªa para encontrar al sospechoso, y no descarta que el asalto guarde relaci¨®n con los atentados racistas perpetrados en los ¨²ltimos d¨ªas en el Reino Unido.
La precisi¨®n del disparo y el hecho de que el autor la esperara durante una hora en las cercan¨ªas de su casa, hace pensar a los agentes que se trata de un "profesional" del crimen por encargo. "Analizaremos tanto la vida privada de Jill Dando como cualquier posible nexo con el programa de sucesos que presentaba, Crimewatch", se?al¨® ayer Hasmish Campbell, inspector jefe de polic¨ªa asignado al caso, resuelto a no dejar cabos sueltos. ?l mismo confirm¨® que la periodista recibi¨® el disparo a quemarropa. El arma, un rev¨®lver semiautom¨¢tico de 9 mil¨ªmetros, podr¨ªa haber contado con silenciador. Ninguno de los vecinos recordaba haber o¨ªdo con claridad el tiro. Richard Hughes, un ejecutivo financiero de 32 a?os que vive en el edificio contiguo, escuch¨® "un ruido muy parecido a una detonaci¨®n". Segundos despu¨¦s la vio tendida en el suelo, inconsciente y ba?ada en sangre.
El hombre buscado ahora por Scotland Yard fue visto corriendo en direcci¨®n al tramo de r¨ªo T¨¢mesis que discurre cerca de la casa de la fallecida. Varios de los siete testigos de su fuga han confirmado que no llevaba guantes ni tampoco m¨¢scara. Una de las declaraciones indica que cruz¨® las calles como una exhalaci¨®n.
Con gafas de sol y gabardina
Antes de desaparecer, pareci¨® detenerse junto a una parada de autob¨²s, "sudando abundantemente y con gesto crispado". Entre los objetos de los que pudo desprenderse en la huida est¨¢ una gabardina, unas gafas de sol e incluso la pistola misma. En la b¨²squeda de pistas, los agentes acudir¨¢n tambi¨¦n a la agencia inmobiliaria encargada de la venta de la casa de la presentadora. Cogido por sorpresa, el sector ha hecho saber ya que nunca se aprovecha de la celebridad de sus clientes para obtener mejores precios por un inmueble. Jill Dando ten¨ªa previsto casarse el pr¨®ximo septiembre y hab¨ªa empezado a buscar ya otro domicilio. Su prometido, el ginec¨®logo Alan Farthing, segu¨ªa sin dar cr¨¦dito ayer a lo sucedido. "No me lo puedo creer. Estoy destrozado", rezaba el ¨²nico comunicado hecho p¨²blico hasta el momento en su nombre.
Dada la repercusi¨®n nacional del crimen, Nick Ross, que presentaba junto a ella el espacio Crimewatch, ha subrayado que sus miembros no han recibido jam¨¢s amenazas. "En los 15 a?os que llevo aqu¨ª, nadie del equipo ha temido por su seguridad personal", ha dicho. Con todo, la propia polic¨ªa admite que los cr¨ªmenes por encargo han aumentado en el Reino Unido durante la ¨²ltima d¨¦cada. Scotland Yard cuenta por lo menos 20 asesinos a sueldo en activo en Londres y en el sureste del pa¨ªs. Los rev¨®lveres peque?os son su arma favorita y las tarifas que exigen llegan a superar las 250.000 pesetas.
Mientras la polic¨ªa contin¨²a las pesquisas, los p¨¦sames han inundado las oficinas de la BBC. La cadena p¨²blica brit¨¢nica ha recibido ya 9.000 mensajes a trav¨¦s de su correo electr¨®nico. Los telespectadores han bloqueado tambi¨¦n las l¨ªneas telef¨®nicas para expresar su dolor "por la p¨¦rdida de una periodista encantadora y entra?able".
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