Un alegato contra la guerra
La acci¨®n transcurre en Troya, devastada y en ruinas, ante las tiendas de las cautivas (esposas de los troyanos muertos en la guerra), que aguardan a ver qu¨¦ les depara el destino, pero podr¨ªa ser cualquier otro escenario y cualquier conflicto b¨¦lico y a todos los presentes -unos 1.500 espectadores- les viene a la mente el drama que se vive estos d¨ªas en los Balcanes. En realidad era el teatro romano de It¨¢lica, en la localidad sevillana de Santiponce, donde alumnos del Instituto Santo Domingo de El Puerto de Santa Mar¨ªa escenificaron ayer, con lluvia y todo, una tragedia de triste actualidad: Las troyanas, que escribi¨® Eur¨ªpides en el siglo V a.C, ocho despu¨¦s de la destrucci¨®n total de la ciudad frigia. La obra era la primera que se representaba en el III Festival Juvenil de Teatro Grecolatino, que se celebra en It¨¢lica hasta el s¨¢bado con el prop¨®sito de difundir la cultura cl¨¢sica entre los j¨®venes. El Instituto de Teatro Grecolatino de Seg¨®briga (Cuenca), organizador del festival, se vio obligado a suspender a causa de la lluvia las dos funciones del d¨ªa anterior: Los caballeros, de Arist¨®fanes, y Miles Gloriosus, de Plauto. En total, 6.000 estudiantes de secundaria y universitarios y 3.000 personas mayores asistir¨¢n a las representaciones teatrales. Pero Las troyanas soportaron estoicamente los intermitentes aguaceros y truenos, y el millar y medio de estudiantes que acudieron a ver la obra, al aire libre, tambi¨¦n. "?Qu¨¦ lamento me falta por desgarrar a m¨ª que he perdido patria, hijos y esposo?" lloraba H¨¦cuba, viuda de Pr¨ªamo, el rey de Troya, antes de que el heraldo del ej¨¦rcito griego, Taltibio, le notificara el desolador destino de sus hijas: Polixena ser¨ªa degollada como ofrenda ante la tumba de Aquiles; Casandra ser¨ªa concubina de Agamen¨®n, rey de Micenas y Argos, a quien se confi¨® el mando supremo de la expedici¨®n contra Troya despu¨¦s del supuesto rapto de Helena por Paris (hijo de H¨¦cuba). All¨ª, en Micenas le esperaba a la infeliz Casandra la terrible muerte que ella misma profetiz¨®: asesinada con sus hijos por orden de la esposa del soberano. Andr¨®maca, la nuera de la reina, ser¨¢ la compa?era de lecho del hijo de Aquiles, el asesino de su leg¨ªtimo esposo, H¨¦ctor. H¨¦cuba intenta consolarla en vano: "No es lo mismo ver la luz que morir; esto ¨²ltimo no es nada; en lo otro quedan esperanzas". Pero Andr¨®maca ha perdido toda esperanza: "Si morir es no ser, no pensar, no sufrir, lo prefiero a una vida miserable". El dolor de ambas mujeres llega al l¨ªmite cuando el heraldo de los aqueos, Taltibio, le comunica que el peque?o Astianacte, nieto de H¨¦cuba e hijo de Andr¨®maca, va a ser despe?ado desde las torres de Troya. El lamento de la abuela ante el c¨¢daver del ni?o ("Todos mis besos y mis cuidados, tantos sue?os se han perdido...") se mezcla al final de la obra con el estr¨¦pito de las llamas que consumen a la ciudad. "Las troyanas es un alegato contra la guerra. Eur¨ªpides plantea toda la atrocidad de las guerras, que causan v¨ªctimas inocentes, desde el punto de vista de los perdedores. Es el mismo drama que se vive ahora en Kosovo, en cualquier conflicto", comenta Carmen Vilela, coordinadora del festival, que revindica la cultura cl¨¢sica y las humanidades como ¨²nica forma de esperanza para el mundo. "El saber es lo que nos hace libres de la demagogia, la manipulaci¨®n, y tambi¨¦n de la violencia. Es preciso inculcar los valores del pensamiento cl¨¢sico en los j¨®venes, porque los problemas de la humanidad no los resuelve la tecnolog¨ªa", agrega.
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