A la caza del traficante de arte

El arte tiene cada vez m¨¢s adeptos. El aumento de visitantes a los museos es una cara de la moneda. Pero hay otra: los robos de objetos del patrimonio cultural se han disparado. El tr¨¢fico il¨ªcito de arte mueve cada a?o billones de pesetas; no tanto como el narcotr¨¢fico, pero tampoco una cifra muy inferior. Se estima que "como un 20% menos", seg¨²n el representante de los Carabinieri en Espa?a, Vicenzo Paticchio. La compra de obras de arte es un sistema muy utilizado para, por ejemplo, lavar dinero. Las piezas se revalorizan a un ritmo vertiginoso. El carabinero record¨® el caso de un rubens. El cuadro, colgado en un banco italiano, lleg¨® ilegalmente a Gran Breta?a, donde se pagaron 35 millones de pesetas por ¨¦l. Tras recalar en Suiza, la obra llega a Estados Unidos. Este ¨²ltimo comprador pag¨® siete millones de d¨®lares (m¨¢s de mil millones de pesetas). Este rubens fue localizado. Algo que s¨®lo ocurre en una m¨ªnima parte de los casos. "Desgraciadamente s¨®lo recuperamos entre un 5% y un 10% de las piezas cuya desaparici¨®n se comunica a la Interpol", que tampoco son todas ni mucho menos. Isabelle Matias, miembro de unidad de obras de arte de la polic¨ªa internacional, explic¨® que para que el trabajo de la Interpol sea m¨¢s eficaz es imprescindible que los 77 pa¨ªses miembros le suministren m¨¢s informaci¨®n sobre los robos y reforzar la cooperaci¨®n entre todos los involucrados. Responsables de museos, polic¨ªas especializados, vendedores de obras de arte y representantes de compa?¨ªas aseguradoras, en total m¨¢s de 60 personas, debaten hoy por tercer y ¨²ltimo d¨ªa en Bilbao c¨®mo proteger el patrimonio cultural, en unas jornadas organizadas por la Diputaci¨®n de Vizcaya y la Asociaci¨®n de T¨¦cnicos de Museos de Euskal Herria. La Interpol tiene una base de datos donde est¨¢n registrados 14.000 hurtos internacionales, "objetos de los que se sospecha que han cruzado alguna frontera", precisa la funcionaria. Esa informaci¨®n se distribuye a las polic¨ªas de todos los pa¨ªses miembros. Matias anim¨® a Espa?a a enviar m¨¢s informaci¨®n, porque, dijo, "desde hace cinco o seis a?os manda menos informaci¨®n que antes, no s¨¦ por qu¨¦". Incluso se ha creado un formulario cuatriling¨¹e para facilitar a los agentes de polic¨ªa poco versados en arte la descripci¨®n de las piezas desaparecidas. La legislaci¨®n es otro de los obst¨¢culos en la caza de los traficantes de arte. En Italia -"un museo al aire libre", en palabras del carabinero-, el castigo por robar en un yacimiento arqueol¨®gico es menor que por hacerlo en un supermercado. La desfachatez de ciertos ladrones alcanza niveles incre¨ªbles. Paticchio relat¨® que a veces se mezclan con los excavadores de verdad y mientras el resto recupera piezas para museos, instituciones y dem¨¢s, ellos van haciendo su bot¨ªn. La b¨²squeda no ceja nunca. Los datos permanecen en los archivos policiales. Matias explic¨® que Interpol acaba de recuperar en Estados Unidos unas piezas robadas en 1968 en Rumania.