Belgrado sufre el mayor ataque de la guerra
ENVIADO ESPECIALLa capital yugoslava tembl¨® ayer por el m¨¢s intenso ataque aliado desde el inicio de la campa?a a¨¦rea contra este pa¨ªs hace 39 d¨ªas, a lo que se a?adi¨® un movimiento s¨ªsmico de 5,1 grados y el temor al fracaso de la mediaci¨®n rusa del enviado especial del presidente Yeltsin, V¨ªktor Chernomirdin. Las v¨ªctimas mortales de la jornada fueron un centinela de la polic¨ªa apostado no lejos de dos de los objetivos alcanzados en el bombardeo, y dos j¨®venes que perecieron dentro de su coche parado frente a la luz roja de un sem¨¢foro, seg¨²n informaron las autoridades yugoslavas. En Montenegro, cuatro personas murieron en el ataque a un puente al sureste de la rep¨²blica.
Belgrado fue sacudido por una serie de explosiones poco antes de la medianoche. El ataque dur¨® cuatro horas y media. Un misil caus¨® estragos en un sector residencial, donde milagrosamente no se registraron muertos. Enormes llamaradas iluminaron el cielo de la ciudad cuando una andanada de cohetes se abati¨® contra los edificios del Estado Mayor del Ej¨¦rcito Yugoslavo y el adyacente Ministerio de Defensa en Kneza Milosa, una de las avenidas principales de la capital. Las explosiones causaron simult¨¢neamente enormes da?os en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Gobierno serbio. Seg¨²n fuentes m¨¦dicas, por lo menos 18 personas resultaron heridas cuando las explosiones lanzaron metralla en un radio de m¨¢s de 500 metros, destrozando ventanales, fracturando paredes y descalabrando tejados. Ninguno de esos da?os fue causado por el temblor de tierra que estremeci¨® a un amplio sector de Serbia y Montenegro y que atirant¨® a¨²n m¨¢s los nervios de los yugoslavos.En Kneza Milosa, la avenida cubierta por un gigantesco manto de cristales rotos y mamposter¨ªa, por donde corr¨ªa el agua de ca?er¨ªas rotas al lado de cables mutilados, un funcionario de la canciller¨ªa contemplaba la escena en silencio. "No creo que valga la pena reparar el ministerio de inmediato", dijo. "Estoy seguro de que volver¨¢n a golpear
[el Estado Mayor] hoy, ma?ana o pasado", agreg¨®. Los edificios militares, que ya hab¨ªan sido atacados en la primera semana del bombardeo, iniciado el 24 de marzo, han quedado totalmente fuera de combate, pero a¨²n as¨ª ofrecen alguna que otra esquina que podr¨ªan resultar tentadoras para la OTAN.
Odio y venganza
Borislav Mihajilovic, el alcalde de Belgrado, describi¨® los bombardeos como "un ataque directo contra los habitantes de nuestra capital". El general Milivoje Novkovic, uno de los portavoces del Comando del Ej¨¦rcito, dijo que la OTAN "necesitaba de un gesto simb¨®lico de destrucci¨®n de nuestras fuerzas armadas. Esto es un absurdo desde el principio que cae en el terreno psicopatol¨®gico del odio y la enganza. Todo el mundo sab¨ªa ya que los edificios estaban vac¨ªos desde hace tiempo".
En su raid m¨¢s intenso hasta la fecha, los aviones de la OTAN destrozaron adem¨¢s la principal antena de la Radio Televisi¨®n Serbia (RTS) en el barrio de Avala (sus transmisiones fueron reanudadas varias horas despu¨¦s), y un n¨²mero no especificado de estaciones repetidoras. En Bruselas, el portavoz oficial de la OTAN dijo que hubo 600 operaciones entre la noche del jueves y la madrugada de ayer.
Informes period¨ªsticos oficiales se?alan que muchos de los ataques alcanzaron la varias veces bombardeada refiner¨ªa de Novi Sad y varios objetivos industriales y militares en Nis. Cerca de la aldea sure?a de Surdulica se registr¨® un ataque potente, pero anoche no estaba del todo claro cu¨¢l fue el ojetivo de esa operaci¨®n. Residentes de la ciudad de Uzice, al suroeste de Belgrado, tambi¨¦n dieron cuenta de una intensa noche de explosiones y fuego antia¨¦reo.
El ataque contra Belgrado poco antes de la llegada de V¨ªktor Chernomirdin, el emisario del Kremlin, ensombreci¨® las de por s¨ª tenues esperanzas de avances pol¨ªticos hacia una tregua en el futuro inmediato.
Los ¨¢nimos entre la gente que ayer acudi¨® a trabajar en el centro de la capital contrastaban con las reacciones de ira contra la OTAN en los primeros d¨ªas de bombardeos. Con rostros sombr¨ªos, empleados p¨²blicos, amas de casa, estudiantes, recorr¨ªan las calles con visible intenci¨®n de continuar su rutina a pesar de las calamidades de su vida diaria. La ¨²nica se?al de protesta que apareci¨® cerca de los edificios destruidos fue un cartel pegado a la ventana de un coche. "Solana, el hombre que mat¨® a Garc¨ªa Lorca", dec¨ªa.
En un pa¨ªs donde la pobreza comienza a morder ya no s¨®lo en los barrios perif¨¦ricos de la castigada capital, son cada vez m¨¢s visibles los s¨ªntomas de apuros econ¨®micos. Con la destrucci¨®n de f¨¢bricas, refiner¨ªas y compa?¨ªas supuestamente peligrosas para la seguridad de la Operaci¨®n Aliada, han comenzado a aparecer pordioseros. Reveladores eran los rostros de los obreros y empleados serbios s¨²bitamente arrojados al paro por la destrucci¨®n de sus fuentes de trabajo. Cifras oficiales colocan el n¨²mero de desempleados forzosos en m¨¢s de 200.000. Tras la bombas, la pobreza y un futuro incierto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.