El ministro de Exteriores de Italia levanta la voz discordante

En el bloque compacto de la OTAN hay una voz discordante que deplora los bombardeos sobre objetivos civiles en la ex Yugoslavia, declara que los acuerdos de Rambouillet (mejor dicho, los de Par¨ªs, dos semanas despu¨¦s) no eran aceptables para Serbia, y advierte que Estados Unidos no puede ser "el gendarme del mundo". Es la voz del ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Lamberto Dini, que con una posici¨®n contracorriente se ha ganado no pocas acusaciones de "filoserbio" en la proatlantista prensa italiana.Dini, de 68 a?os, un pol¨ªtico conservador que lidera el peque?o partido Renovaci¨®n Italiana, ha formado parte de Gobiernos a priori tan dispares como el de Silvio Berlusconi en 1994, en el que ocup¨® el cargo de ministro de Hacienda, y el actual, presidido por el ex comunista Massimo D"Alema.

No es la primera vez que Dini mantiene una posici¨®n propia dentro del Ejecutivo de centro-izquierda, pero en esta ocasi¨®n su distanciamiento le enfrenta a toda una estrategia de la Alianza. En Washington, durante la celebraci¨®n del 50? aniversario de la OTAN, Dini fue el ¨²nico pol¨ªtico del bloque aliado que calific¨® de "horrendo" el bombardeo de la sede de la televisi¨®n serbia por aviones de la Alianza. D"Alema sali¨® inmediatamente al paso, se?alando que se trataba de una acci¨®n justificada. "Yo hablaba con el coraz¨®n, D"Alema con la cabeza", fueron las palabras del ministro de Exteriores cuando los periodistas le pidieron que explicara su comentario. En una reciente entrevista publicada por el diario Il Foglio, Dini mostraba su preocupaci¨®n por el mantenimiento de los bombardeos sobre Yugoslavia, que, caso de continuar, advert¨ªa, "pueden dar una imagen amenazadora de la OTAN".

Rambouillet y Par¨ªs

Con todo, su intervenci¨®n m¨¢s pol¨¦mica ha sido la referente a las negociaciones de paz de Rambouillet y Par¨ªs, que, a su juicio, no ofrecieron un texto con la ambig¨¹edad que requieren este tipo de acuerdos tan dif¨ªciles. En declaraciones a la revista Panorama, el ministro se reafirmaba en su an¨¢lisis. "En Rambouillet, la delegaci¨®n kosovar no estaba dispuesta a firmar un acuerdo que no previese la obtenci¨®n de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, despu¨¦s de un periodo transitorio de tres a?os. Por su parte, los delegados de Belgrado aceptaban la autonom¨ªa de Kosovo, pero no la presencia de tropas de la OTAN en la regi¨®n". Seg¨²n Dini, finalmente se obtuvo la firma de los albanokosovares despu¨¦s de dos semanas en las que "los americanos hicieron un gran esfuerzo para convencer a la delegaci¨®n kosovar de que firmaran un texto reformado a favor suyo. Pero Serbia estaba para entonces ya completamente convencida de que Occidente le hab¨ªa prometido a Kosovo la independencia, a la vez que se exig¨ªa que aceptara tropas extranjeras en su territorio. El Gobierno yugoslavo dio un paso atr¨¢s, y a partir de ah¨ª se produjo la rotura y la guerra".