El cormor¨¢n no vuela en el Danubio
La fotograf¨ªa de aquel p¨¢jaro agonizante -el cormor¨¢n- embadurnado de un l¨ªquido negro y viscoso dio la vuelta al mundo en febrero de 1991. Era la imagen del desastre ecol¨®gico que Irak hab¨ªa provocado al verter petr¨®leo en el golfo P¨¦rsico. Enseguida se supo que la fotograf¨ªa era un montaje, porque las im¨¢genes de televisi¨®n se hab¨ªan grabado antes y en otra parte. El cormor¨¢n se convirti¨® en el s¨ªmbolo actual de las mentiras de la guerra.El conflicto de Yugoslavia ha revivido los recelos de algunos lectores hacia la veracidad de las informaciones y, m¨¢s exactamente, de las im¨¢genes que los peri¨®dicos publican.
Javier Mart¨ªnez Mesanza, por ejemplo, est¨¢ convencido de que dos fotograf¨ªas, una de Reuters y otra de Associated Press, publicadas el d¨ªa 5 abril en la primera y la tercera p¨¢ginas del peri¨®dico, respectivamente, est¨¢n trucadas.
Se trata de fotograf¨ªas de un puente sobre el Danubio destruido por los aliados en la ciudad de Novi Sad, a unos 80 kil¨®metros de Belgrado.
Junto a los gr¨¢ficos, arriba, a la izquierda, puede verse la imagen que se public¨®, a cuatro columnas, en primera p¨¢gina.
Mart¨ªnez Mesanza escribi¨® al director del peri¨®dico y m¨¢s tarde al Defensor para advertir que las farolas centrales del puente "se mantienen perpendiculares al plano del agua en las partes inclinadas del tablero destruido, desafiando todas las leyes de la f¨ªsica".
El lector a?ad¨ªa: "Es posible que mi vista est¨¦ jug¨¢ndome una mala pasada, pero, si no es as¨ª, esas fotos est¨¢n burdamente manipuladas".
Y desde la fotograf¨ªa daba un salto para asegurar que "fotograf¨ªas como las comentadas me hacen dudar de la veracidad de otras y, en general, de toda la informaci¨®n que ofrecen ustedes acerca de la guerra de Yugoslavia".
El Defensor record¨® muy vagamente algunas nociones de perspectiva -estudiadas, que no aprendidas, en el bachillerato- y pidi¨® la opini¨®n de un t¨¦cnico.
Fernando Gaforio Nebreda, arquitecto en Madrid, ha tenido la amabilidad y la paciencia de elaborar una serie de dibujos, de los que aqu¨ª se reproducen los m¨¢s aclaratorios, junto a una explicaci¨®n que parece bastante clara:
"En realidad", asegura, "las farolas siguen estando perpendiculares al tablero hundido del puente y, por tanto, tienen la misma inclinaci¨®n que ¨¦ste. La aparente verticalidad de las farolas es un efecto ¨®ptico provocado por la perspectiva forzada con la que est¨¢ tomada la fotograf¨ªa".
"El ¨¢ngulo entre dos l¨ªneas se muestra en su verdadera magnitud si nos situamos perpendicularmente al plano que las contiene. De esta manera", prosigue Gaforio, " una persona que viniese navegando por el centro del r¨ªo ver¨ªa la inclinaci¨®n del puente y las farolas con la pendiente exacta que tienen (dibujo1). Cuanto m¨¢s se acerque el observador hacia donde se inclinan las farolas, mayor impresi¨®n tendr¨¢ de que la inclinaci¨®n de ¨¦stas se reduce, a la vez que aumenta la pendiente del puente (2 y 3). Si el observador se situase en el centro del puente tendr¨ªa la ilusi¨®n de ver las farolas y el tablero del puente perfectamente verticales (4)".
La fotograf¨ªa, seg¨²n confirma Marisa Fl¨®rez, redactora jefa de Fotograf¨ªa, est¨¢ hecha con un teleobjetivo, cuyo efecto es acercar al observador hasta la imagen que toma.
Para una mejor comprensi¨®n propone el arquitecto un ejercicio f¨¢cil de llevar a cabo: "Si dibujamos en una puerta l¨ªneas en varias direcciones y observamos de frente la puerta cerrada ver¨ªamos los verdaderos ¨¢ngulos que forman entre s¨ª las l¨ªneas. A medida que abramos la puerta percibiremos las l¨ªneas cada vez m¨¢s verticales. Con la puerta abierta 90 grados, todas las l¨ªneas dibujadas coincidir¨ªan con la vertical".
No hay truco en la foto. Por ahora, los cormoranes no vuelan sobre el Danubio. Lo hacen los aviones que destruyen sus puentes, cuyas im¨¢genes tanto inquietaron al lector.
Y otra imagen -mejor dicho, su pie explicativo- inquiet¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa P¨¦rez, fot¨®grafo. Se public¨® el pasado mi¨¦rcoles d¨ªa 28, en primera p¨¢gina, y all¨ª se aseguraba que un funcionario macedonio estaba desinfectando a un grupo de refugiados albanokosovares. Tambi¨¦n aqu¨ª, la perspectiva jug¨® una mala pasada, pero al autor del pie, no al lector. El funcionario fumigaba un recinto donde hab¨ªan estado los refugiados hasta minutos antes. Su aparente proximidad al tubo fumigador no era sino una ilusi¨®n ¨®ptica producida por el teleobjetivo con el que se obtuvo la imagen.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (
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