Paname?a
PANAM? VIVI? el pasado domingo una jornada electoral cargada de simbolismos. Estaba en juego la elecci¨®n del presidente que tendr¨¢ el privilegio de recuperar de manos de Estados Unidos la plena soberan¨ªa del canal de Panam¨¢ cuando suenen las 12 campanadas que dar¨¢n paso al a?o 2000. Los candidatos en liza representaban a dos sagas pol¨ªticas incrustadas en la historia del pa¨ªs: Mireya Moscoso, viuda del tres veces presidente Arnulfo Arias, y Mart¨ªn Torrijos, hijo del general Omar Torrijos, el hombre que destituy¨® a Arias en 1968 mediante un golpe militar y que nueve a?os despu¨¦s firm¨® con el presidente Carter los acuerdos que llevan su nombre para la devoluci¨®n del canal. Todos los observadores coinciden en que han sido las elecciones m¨¢s limpias de ese peque?o pa¨ªs. En una suerte de venganza retrospectiva, la victoria se ha decidido por la viuda de Arias, que de esta forma ha privado al hijo del general de ser el beneficiario simb¨®lico del tratado Torrijos-Carter.Mireya Moscoso, de 52 a?os de edad, titulada en decoraci¨®n, no es nueva en estas lides. Hace cinco a?os qued¨® a 45.000 votos de ganar las presidenciales frente a Ernesto P¨¦rez Balladares, a quien suceder¨¢ el 1 de septiembre. El mandato del presidente saliente se ha caracterizado por una amplia liberalizaci¨®n de la econom¨ªa paname?a, con un crecimiento considerable (3,8% en 1998), pero con un fuerte coste social: el 40% de los 2,7 millones de habitantes vive en la pobreza. Por ello, si quiere asegurar la estabilidad y la democracia, Mireya Moscoso tendr¨¢ que hacer frente no s¨®lo a la asunci¨®n del canal, sino a su promesa de un amplio programa social, por otra parte inseparable de la lucha contra la corrupci¨®n institucionalizada. No le bastar¨¢ el populismo de que ha hecho gala en la campa?a.
Su victoria como candidata de la Uni¨®n por Panam¨¢, m¨¢s conocida como Partido Arnulfista, se produce frente al establecimiento pol¨ªtico heredado de la era de Torrijos -brutalmente interrumpido por el mandato de Noriega y la intervenci¨®n militar de Estados Unidos- y las divisiones de la oposici¨®n. El dato m¨¢s positivo de la jornada electoral es, sin duda, el respeto institucional al veredicto de las urnas. Desde el pr¨®ximo 1 de enero podr¨¢ superar tambi¨¦n la anormalidad de ser un pa¨ªs dividido en dos por un canal del que se apropi¨® EE UU. Toda una posibilidad y todo un reto para un pa¨ªs que sigue siendo de enorme importancia estrat¨¦gica en la cintura del continente americano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.