Preparando la acogida
"Esto ha sido todo de bulla y corriendo. Pero se nos ha presentado as¨ª, ?qu¨¦ le vamos a hacer? Echarlo para adelante y atenderlos lo mejor que podamos, que se lo merecen". Esto lo dec¨ªa ayer una de las mujeres de la limpieza del Centro Eurolatinamericano de Juventud (Ceulaj) de Mollina (M¨¢laga) que, al igual que el resto del personal, hasta el pasado martes no ten¨ªa ni idea "del movimiento" que les espera: la llegada, a partir del pr¨®ximo viernes, de 250 refugiados albanokosovares. Pero nadie se ha amilanado. Y eso a pesar de las prisas y de que las instalaciones van a hacer las veces de centro de primera acogida durante al menos 40 d¨ªas. "Estamos perpetuamente preparados para acoger a este n¨²mero de personas. Esto es como un hotel donde pueden relajarse y aclimatarse a los cambios", manifiesta Ignacio Perell¨®, su director. Es cierto: cuentan con 11 m¨®dulos de una planta con habitaciones provistas de ba?o distribuidos en una superficie ajardinada de 100.000 metros cuadrados, un polideportivo, salas con televisi¨®n, lavander¨ªa y tres comedores. Su capacidad normal es de 200 personas, pero han llegado a acoger muchos m¨¢s visitantes. En cualquier caso, tendr¨¢n que a aumentar en un 30% la plantilla entre el personal de limpieza, cocina y seguridad. Cruz Roja llevar¨¢ el peso de la gesti¨®n y la atenci¨®n a los refugiados en coordinaci¨®n con el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Para ello, seg¨²n manifest¨® su secretario provincial, Miguel Mu?oz, se han dispuesto dos equipos de 30 voluntarios: uno los recibir¨¢ en M¨¢laga a su llegada -que se producir¨¢ en el aeropuerto de la ciudad o en la base a¨¦rea, seg¨²n fuentes de la Subdelegaci¨®n del Gobierno- y el segundo estar¨¢ ubicado en Antequera, un municipio a 14 kil¨®metros, "para que est¨¦n atendidos permanentemente". Adem¨¢s contar¨¢n con un equipo de profesionales compuesto por dos m¨¦dicos, tres psic¨®logos, dos trabajadores sociales y seis int¨¦rpretes. Cruz Roja ha realizado tambi¨¦n un estudio con las necesidades b¨¢sicas que pueden tener a a su llegada, como ropa o productos higi¨¦nicos. "Para saber sus necesidades espec¨ªficas habr¨¢ que esperar porque a¨²n desconocemos la composici¨®n del grupo", asegur¨® Mu?oz. Lo mismo le ocurre a la Subdelegaci¨®n, que recibir¨¢ hoy del Ministerio de Asuntos Exteriores una nota con las caracter¨ªsticas de los refugiados. El director del Ceulaj tampoco dio muchas m¨¢s explicaciones. "Sabemos que son unidades familiares, pero la informaci¨®n no est¨¢ totalmente definida", asegur¨®. "?Qu¨¦ m¨¢s quisiera yo que saberlo!", exclam¨® el director adjunto del Ceulaj, Salvador Quer¨®, tras una reuni¨®n con las diferentes instituciones involucradas. Ante la inc¨®gnita, el encargado del comedor, Francisco Lozano, ya se hab¨ªa instruido por su cuenta. "He preguntado a un profesor de lengua que estuvo dos a?os en la zona". Los resultados de sus pesquisas: no comen carne de cerdo ni alcohol, guisan con aceite de girasol, el caf¨¦ lo toman de pucherete -"como en Espa?a hace 50 a?os"-, consumen poco pescado, preferentemente de r¨ªo, no conocen los garbanzos. "Pero no hay ning¨²n problema. Ya hemos cocinado antes muchas veces para personas de pa¨ªses que tienen una dieta especial". "Los primeros d¨ªas centraremos los esfuerzos en el apoyo psicol¨®gico y m¨¦dico", coment¨® Perell¨®. Luego ir¨¢n abandonando el centro progresivamente y de forma escalonada a partir de la primera semana. Eso s¨ª, "cuando los expertos hayan estudiado caso por caso y vean que ya est¨¢ preparados". Su destino es a¨²n desconocido: cualquier punto del mapa espa?ol, pero, advierte Perell¨®, "siempre con el criterio de mantener la unidad familiar".
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