Huelgas y disturbios sacuden con violencia la fr¨¢gil democracia de Nicaragua
Tanto el Gobierno como la oposici¨®n pierden popularidad por la crisis social y econ¨®mica
Nicaragua super¨®, con dificultades y elevado coste social, las violentas huelgas laborales y estudiantiles, las trifulcas pol¨ªticas y cruentos disturbios callejeros de las ¨²ltimas semanas. El presidente, Arnoldo Alem¨¢n, cuya popularidad sufre un bajonazo parecido al encajado por el l¨ªder de la oposici¨®n, el sandinista Daniel Ortega, ha padecido la mayor crisis de sus 28 meses de mandato. Las protestas y los males exhibidos durante su desarrollo y la prolongada par¨¢lisis del Congreso demostraron que Nicaragua dista de haber encontrado la senda de normalizaci¨®n.
"?Por favor, paren el paro!", imploraban los comerciantes en las emisoras de radio cuando el di¨¢logo era sofocado por los gases lacrim¨®genos, las porras, los disparos, las pedradas o el duelo por las dos personas muertas durante las revueltas. La huelga del transporte que a lo largo de seis alarmantes d¨ªas paraliz¨® Nicaragua caus¨® p¨¦rdidas econ¨®micas y tambi¨¦n un deterioro de la imagen de un pa¨ªs necesitado de inversiones extranjeras despu¨¦s de haberse quedado en los huesos tras dos guerras civiles, una sucesi¨®n de desastres naturales y el vicio todav¨ªa presente en buena parte del territorio latinoamericano: la corrupci¨®n y la fragilidad institucionales.El pr¨®ximo d¨ªa 26, en la reuni¨®n de Estocolmo con los pa¨ªses donantes, el Gobierno intentar¨¢ incluir a Nicaragua en la Iniciativa de Pa¨ªses Pobres Altamente Endeudados, lo que facilitar¨ªa la condonaci¨®n del 80% de su deuda, calculada en 6.100 millones de d¨®lares. Sobran argumentos para ingresar en ese mendicante club: la pobreza afecta al 70% de los nicarag¨¹enses, y el 53% de su poblaci¨®n activa no encuentra trabajo. S¨®lo la movilizaci¨®n en el sector del transporte, concluida con un acuerdo por el cual el Gobierno retrasa la liberalizaci¨®n del transporte p¨²blico y abarata de 1,42 a 1,28 d¨®lares el gal¨®n (3,8 litros) de gas¨®leo, produjo 30 millones de d¨®lares en p¨¦rdidas, mucho dinero para una sociedad entrampada.
Hasta mediados de semana no eran pocos los s¨ªntomas de desgobierno en el pa¨ªs, despedazado por la satrap¨ªa de los Somoza, la descomposici¨®n moral de algunos jefes del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) o el sofisticado robo a las arcas p¨²blicas atribuido a ejecutivos pertenecientes a gobiernos posteriores.
La paralizaci¨®n legislativa hab¨ªa arrancado el 9 de abril, despu¨¦s de que los hombres de Alem¨¢n y la oposici¨®n entraran en colisi¨®n frontal a prop¨®sito del contenido de la Ley de Presupuesto y de los gastos discrecionales negados al Gobierno.
Los sandinistas, derrotados electoralmente en 1990 por la agrupaci¨®n dirigida por Violeta Chamorro (1990-1997), propon¨ªan 800 millones de d¨®lares suplementarios para las administraciones municipales y aumentos salariales de maestros, funcionarios judiciales, empleados de la salud, polic¨ªas o soldados.
Gobierno y oposici¨®n, est¨¦rilmente enzarzados en un hemiciclo despu¨¦s ignorado, acordaron reanudar los debates parlamentarios sobre el contenido de la ley.
La oficial Alianza Liberal, apoyada por formaciones minoritarias, cuenta con 53 de los 93 legisladores, pero el sandinismo es m¨¢s activo en la calle.
Consecuencias del caos
En el fragor de las algaradas, Daniel Ortega, con poco para presumir y mucho de que rendir cuentas como gobernante, amenaz¨® con "botar" del poder a Alem¨¢n, con cargos de aplicar reformas opuestas al inter¨¦s de los m¨¢s pobres.El alzamiento de los estudiantes termin¨® despu¨¦s de que el Gobierno acordara con las universidades estatales un presupuesto de 36 millones de d¨®lares, dos millones superior a la dotaci¨®n original, y la promesa de ayudarle ante la comunidad internacional para obtener recursos adicionales.
Otras consecuencias del caos son tambi¨¦n visibles. La popularidad del conservador Alem¨¢n, a quien la Contralor¨ªa (instancia de fiscalizaci¨®n) ha pedido explicaciones acerca del supuesto aumento de su patrimonio personal en un 900% coincidiendo con su mandato presidencial, baj¨® entre ocho y diez puntos en los ¨²ltimos cinco meses.
El 38% de la muestra, encuestada por la empresa CID-Gallup, le apoya, y el 41% le repudia. Ortega es m¨¢s castigado: un 33% positivo contra un 46% negativo. El 78% dice que el presidente debe aclarar el origen de su fortuna.
En esa direcci¨®n se mueve el humor de la ciudadan¨ªa. Y, aunque hilvanados, algunos de los acuerdos, Nicaragua conjur¨® temporalmente la espiral de violencia que d¨ªas atr¨¢s la coloc¨® en la antesala de males mayores.
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