Los misterios de un entierro y una destrucci¨®n
La b¨²squeda de los restos de Vel¨¢zquez abre varias inc¨®gnitas
La b¨²squeda de los restos de Diego de Silva y Vel¨¢zquez bajo la plaza de Ramales ha destapado multitud de interrogantes sobre la historia de un entierro de hace 339 a?os que s¨®lo podr¨¢n resolverse con el hallazgo de la cripta donde se enterr¨® al pintor.Los historiadores, por el momento, s¨®lo manejan hip¨®tesis, que dejan franco el camino de las especulaciones. Los expertos llevan meses rastreando archivos, hemerotecas, bibliotecas y registros a la caza de alg¨²n dato que pueda esclarecer los ¨²ltimos d¨ªas del pintor que mejor reflej¨® la luz de Madrid.
Los antecedentes de esta historia, calificada por el consejero de Cultura, Gustavo Villapalos, como "una gran aventura de la arqueolog¨ªa madrile?a", son los siguientes: Vel¨¢zquez, pintor de la corte de Felipe IV, muri¨® el 5 de agosto de 1660, pocos d¨ªas despu¨¦s de llegar de un viaje a Fuenterrab¨ªa con la comitiva real. Fue enterrado el d¨ªa 7 en una cripta de la iglesia de San Juan Bautista, cercana al alc¨¢zar de los Austrias.
A principios del siglo XIX, Jos¨¦ Bonaparte, el rey Plazuelas, orden¨® derribar el templo para crear un espacio abierto frente al Palacio Real, la que se convertir¨ªa en la actual plaza de Ramales. El templo se derrib¨® en s¨®lo tres d¨ªas, por lo que, seg¨²n los expertos, es posible que no se destruyeran todos los muros, sino s¨®lo los que sobresal¨ªan del pavimento. Adem¨¢s, no hay constancia de que los restos del pintor fueran trasladados a otro lugar. Con estos datos, las interrogantes que siguen abiertos son las siguientes:
?En qu¨¦ cripta se inhum¨® al pintor? Los dos ¨²nicos documentos hallados hasta el momento dan una respuesta imprecisa. El primero es un texto del tambi¨¦n pintor Antonio Asciclo Palomino, que se?ala que el cuerpo de Vel¨¢zquez fue llevado "hasta la b¨®veda" de la iglesia de San Juan. El otro, el epitafio redactado por Juan de Alfaro, indica que Vel¨¢zquez fue enterrado en una "cripta sepulcral". Por tanto, existen dos posibilidades: que la "b¨®veda" de Palomino sea la misma que la "cripta" de Alfaro -por tanto, se supondr¨ªa la existencia de una planta subterr¨¢nea en la iglesia- o que cripta signifique simplemente c¨²pula. En este caso, Vel¨¢zquez no habr¨ªa sido enterrado en una cripta del templo, sino bajo una de las diversas b¨®vedas de la iglesia. Pero en cu¨¢l: ?en la b¨®veda central o en una de las laterales?
?En un nicho o en una tumba? Si por b¨®veda se entiende oquedad, tambi¨¦n es posible que los restos del pintor sevillano acabasen en cualquier nicho de los abiertos en los muros de San Juan. Este hecho reducir¨ªa notablemente las posibilidades de hallar los restos, porque Jos¨¦ Bonaparte orden¨® derribar la iglesia, si bien los arque¨®logos han encontrado en los ¨²ltimos d¨ªas muros de hasta un metro y medio de altura. Aun as¨ª, puede ser que fuera enterrado a mayor altura.
?Qu¨¦ pas¨® en las excavaciones anteriores? La arqueolog¨ªa es una ciencia fundamentalmente destructiva. Se excava y se destruye, no tanto para hacer grandes hallazgos materiales, sino para recuperar datos y conocer mejor una parte concreta de la historia. Los datos obtenidos en las excavaciones se analizan posteriormente con el fin de sacar unas conclusiones que ayuden a reconstruir el periodo hist¨®rico estudiado. Esta circunstancia hace que los arque¨®logos actuales tiemblen ante la idea de lo que pudieron hacer sus predecesores de los siglos XIX y mediados del XX. Est¨¢ documentado que en 1843 se llev¨® a cabo una primera excavaci¨®n sin resultados. Algo parecido ocurri¨® entre 1958 y 1959, cuando el Ayuntamiento abri¨® la plaza en b¨²squeda del osario. Sin embargo, no se han hallado documentos (memoria de las excavaciones) que expliquen qu¨¦ encontraron aquellos expertos de hace 40 a?os.
?Qu¨¦ se llevaron? El pasado jueves, los arque¨®logos de la Comunidad descubrieron que, en las excavaciones de 1958, los expertos se llevaron el pavimento original de la iglesia, un elemento fundamental para determinar la ubicaci¨®n de la tumba en el caso de que el pintor fuese inhumado bajo el pavimento. Lo que se desconoce es qu¨¦ extensi¨®n de baldosas se llevaron. Se busca a alguno de los arque¨®logos que trabaj¨® en Ramales en 1958.
?En el ¨¢bside o en el atrio? Lo l¨®gico es que Vel¨¢zquez, pintor real, fuese enterrado en un lugar prominente: el ¨¢bside. Adem¨¢s, como su amigo Gaspar de Fuensalida, secretario real, le prest¨® su cripta sepulcral, esta hip¨®tesis gana puntos. Sin embargo, los historiadores de la Comunidad han constatado que los descendientes de Vel¨¢zquez pagaron poco m¨¢s de 250 reales por el enterramiento. Una cantidad muy peque?a para ocupar la parte trasera del templo. Este dinero s¨®lo daba para ocupar un espacio secundario, cerca de la puerta.
?Cu¨¢l era el nombre exacto del pintor? Un aut¨¦ntico l¨ªo. Su padre se llamaba Juan Rodr¨ªguez de Silva, y su madre, Jer¨®nima Vel¨¢zquez. Por lo que ¨¦l recibir¨ªa los apellidos de Rodr¨ªguez de Silva y Vel¨¢zquez. Sin embargo, el artista us¨® sucesivamente, y a causa de la libertad que exist¨ªa en el empleo de apellidos en aquella ¨¦poca, Diego Vel¨¢zquez, Diego Vel¨¢zquez de Silva, y al final de su vida, Diego de Silva Vel¨¢zquez, seg¨²n la enciclopedia Larousse. En su epitafio, los apellidos vuelven a cambiar de posici¨®n: Diego Vel¨¢zquez de Silva.
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