A?o y medio de destierro por una disputa de escalera
Una sentencia avalada por el Constitucional obliga a un hombre de Valladolid a abandonar la casa en la que vive or haber insultado y amenazado a sus vecinos
Isacio del R¨ªo, un alba?il de 52 a?os, duerme desde hace unas semanas en su coche o en casa de amigos y familiares. Las comidas y las cenas se las lleva su mujer a su nuevo e improvisado domicilio, un Reanult-5. La causa por la que Isacio duerme y vive a ratos en su autom¨®vil es producto de una sentencia que no le permite entrar en su vivienda de la calle Navarra, n¨²mero 4, de Valladolid, en los pr¨®ximos 18 meses.Isacio tuvo que abandonar su casa despu¨¦s de que el Tribunal Constitucional avalara el pasado 17 de marzo una sentencia de la Audiencia Provincial vallisoletana que le condenaba por amenazas, insultos e injurias a distintos moradores del bloque en el que habita con su esposa y sus dos hijos desde 1979.
La sentencia del Tribunal Constitucional que neg¨® el amparo de esta instituci¨®n a Isacio del R¨ªo cont¨® con los votos particulares de los magistrados Pablo Garc¨ªa Manzano y Manuel Jim¨¦nez de Parga. En ellos, ambos exponen "que se ha producido una lesi¨®n del derecho a la tutela judicial efectiva del sancionado, que debi¨® conducir a la estimaci¨®n del amparo, con la consiguiente nulidad de la sentencia".
La citada sentencia establece que la conducta de Isacio del R¨ªo era de todo punto reprobable, ya que insultaba a los vecinos, arrojaba huevos, tomates y excrementos contra el coche de alguno de ellos, destrozaba los buzones e introduc¨ªa en los mismos preservativos usados, adem¨¢s de realizar llamadas telef¨®nicas en tono amenazante.
El conflicto vecinal se desencaden¨® hace cinco a?os cuando el propietario de una vivienda intent¨® quitar las chimeneas del inmueble. El condenado se opuso por entender que eran comunitarias y no particulares y se inici¨® un rosario de problemas y enfrentamientos judiciales. La comunidad de vecinos, a trav¨¦s de diferentes denuncias, ha acusado a Isacio, alba?il de profesi¨®n y con pocos recursos econ¨®micos, de ser el responsable de la falta de convivencia en el inmueble, una construcci¨®n de doce viviendas y m¨¢s de treinta a?os situada junto al pulm¨®n natural de Valladolid que es el Campo Grande. Durante el tiempo que dura el enfrentamiento algunas de las instalaciones del edificio han sido destrozadas en repetidas ocasiones, los buzones reventados, las paredes pintadas, incluso con heces, y han sido atacados otros elementos comunes como el ascensor y la escalera. Isacio, que niega la autor¨ªa de esos hechos, manifiesta que se le acusa sin base alguna. "He pedido que act¨²e la polic¨ªa cient¨ªfica para que tome muestras m¨ªas y de mi familia para as¨ª demostrar que no somos los autores de los destrozos; lo que ocurre es que soy yo contra toda una comunidad que, adem¨¢s, tiene dinero para utilizar contra m¨ª los abogados que sean necesarios", afirma.
Del R¨ªo entiende que tras el enfrentamiento abierto con sus vecinos hay otras razones de ¨ªndole social. Dice que, desde que lleg¨® al piso, los moradores de la casa le han hecho el vac¨ªo "porque son militares de alta graduaci¨®n, abogados, y de otras clases m¨¢s pudientes que no gustan de tener un alba?il con pocos recursos como vecino de escalera".
La vivienda de Isacio del R¨ªo se encuentra en el grupo llamado General¨ªsimo Franco, unas casas por las que los inquilinos pagaron desde su construcci¨®n rentas muy bajas y que hace a?os, tambi¨¦n a precios muy asequibles, fueron vendidas a sus propietarios casi todos ellos militares, polic¨ªas, maestros y otros grupos de funcionarios.
El portavoz del resto de propietarios de la comunidad declin¨® hacer declaraciones a este peri¨®dico y se remiti¨® a sus abogados, ex inquilinos del inmueble, para cualquier aclaraci¨®n al respecto.
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